«Las bailarinas de tango somos buenas amantes» – GENTE Online
 

"Las bailarinas de tango somos buenas amantes"

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Tango que me hiciste mal… ¿ y sin embargo te quiero? No. A Mora Godoy (34), el tango le hizo muy, pero muy bien. Entre otras cosas, porque el año pasado posó para Playboy vestida sólo de música: un ticket desnudo hacia la fama. Es la misma que hace unos años se casó con Omar Romay –hijo del zar Alejandro, productor del espectáculo en el que ella bailaba por esos días–, para luego divorciarse de él. Hoy, tango mediante, está embarazada, con fecha de parto para julio, de su actual pareja –en escena y fuera de la misma–, Junior Cervila. Este brasileiro de San Pablo, edad 37 y bailarín como ella, arrancó con la fiebre de la lambada allá lejos y hace tiempo, y a sus 23 vino a Buenos Aires a probar suerte. Llegó a Broadway –sí, sí, Nueva York–, con Tango Argentino. Junior, cabe decirlo, tiene un hijo de un matrimonio anterior. De hecho, la relación artística comenzó hace nueve años –antes de que Mora conociera a Omar–, cuando bailaron juntos en Madrid. Pero ahora están en pareja desde hace doce meses, y el amor llegó en un departamento de Barrio Norte. O sea, nada de La Boca…
Nacida en el barrio de Quinquela, dice que a los 4 años ya escuchaba a Troilo, cosa que le provocaba un cierto firulete en los pies. A los 8 su mamá la llevó al Colón –de cuya escuela es egresada–, para que se convirtiera en una tradicional ballerina, pero a los 20 dejó el plié y el pas de deux y volvió al arrabal. Claro, el origen tira.

Hoy tiene escuela y compañía de danza propias, espectáculos como Perfume de tango y Tanguera, giras por Francia, Italia, Japón, Estados Unidos –donde, en San Francisco y como coreógrafa que es, montó Tango fatal, su propio show, además de dictar un seminario en la prestigiosa universidad de Stanford–. Por estos días presentó Tangodisea en Punta. Marcelo Tinelli la llamó para participar en Bailando por un sueño. Le dijo que no, y ya explicará por qué. Entonces, no quedan muchas dudas: quien dice bailarina de tango en este país, dice Mora Godoy.

–Ambos empezaron con el tango en 1992. ¿Se cruzaron en alguna escuela, por casualidad?
Mora:
No, no estudiamos juntos, pero tuvimos los mismos maestros, grandes del tango, como Pepito Avellaneda, Juan Carlos Copes, Antonio Todaro… En verdad, nos cruzábamos en los bailes, pero nunca en una clase ni en escena. Recién en 1998 nos conocimos en un escenario. Ya compartíamos la misma estética, la misma dinámica. Pero en esa época los dos estábamos en pareja, y ni nos mirábamos.

–¿Y ahora cómo es la química en escena?
Mora:
Somos muy pasionales arriba del escenario. Nos sobra fuerza y energía. Somos muy latinos y tenemos mucha personalidad a la hora de bailar.

–¿Y qué pasó precisamente para que terminaran juntos?
Junior:
El año pasado, cuando los dos estábamos solos, nos empezamos a mirar distinto.
Mora: Creo que el tango nos ayudó a enamorarnos y a buscar este hijo. Esos pasos, esas miradas, esos apretones, eran cada vez más pasionales. Antes éramos prejuiciosos y no queríamos relacionarnos con nadie que bailara. No creíamos en la pareja de baile que termina de hacer su show y se va de la mano a casa.
Junior: Claro. Mi primera pareja había sido compañera de baile… ¡y después no quise saber nada más con las bailarinas!
Mora: Yo también estuve de novia con mi primera pareja de baile. El tango al principio te confunde. ¡Ja, ja, ja! Bueno, la primera y la última te podés confundir… Pero no estamos siempre juntos: tenemos nuestros proyectos individuales. El gran proyecto en común es nuestro hijo.

–¿Bailan en casa?
Junior:
En nuestra casa se escucha mucha bossa nova. Y yo le estoy enseñando a bailar samba y música popular brasileña. Pero a veces pienso que es mejor que aprenda a bailar samba con otro. Es como enseñarle a manejar a tu mujer: ¡no te hace caso!

–¿Y a vos, Junior, qué te pasó cuando viste a Mora desnuda en la tapa de Playboy?
Junior:
¡Me terminé de enamorar, como todos los hombres que vieron esas fotos! La diferencia es que yo duermo con ella. ¡Ja!
Mora: Los dos somos muy celosos. Pero me pareció una propuesta interesante, con un buen contrato, y yo pude elegir las fotos. Me di cuenta de que con ese desnudo no iba a perjudicar mi carrera ni mi prestigio.

–Y en las tanguerías, donde hay un ambiente muy machista, ¿cómo fue la repercusión?
Mora:
Lo tomaron muy bien. Siempre tuve muy buenos comentarios. Pero lo de Playboy no me desenfocó. Después de ese desnudo me ofrecieron un montón de cosas, desde teatro de revistas hasta Tinelli, quien me llamó para Bailando por un sueño. No acepté porque yo soy bailarina y no me iba a resultar un esfuerzo bailar. No me parecía justo.

–¿El tango ayuda a tener buenas relaciones de pareja?
Junior:
El baile ayuda, porque es algo tan corporal como el sexo. Y creo que el tango es la expresión vertical de un deseo horizontal. ¡Pero eso no quiere decir que te vayas a acostar con todo el mundo que sacás a bailar!
Mora: Creo que los bailarines somos muy buenos amantes, porque el tango tiene erotismo, sensualidad y sexualidad: los cuerpos se rozan y la respiración de uno está muy cerca de la del otro.

–¿Los bailarines se cuidan? Por ejemplo, no tener sexo la noche anterior a actuar. Concentrados como en el fútbol, bah...
Mora:
No. ¡Nosotros tenemos sexo la tarde anterior a bailar! En realidad, lo hacemos antes o después, aunque generalmente luego de un show quedamos destruidos.

–¿Tenés miedo, Mora, de que tu carrera se corte después de ser mamá?
Mora:
Nosotros ya disfrutamos mucho de nuestra carrera, y sabemos que va a ser cada día más fuerte. Ahora vamos a tener por quién bailar.

Mora, muy sexy en Punta Ballena. A los 34 años, éxito, giras por todo el mundo, grandes shows. Y, además, un hijo en camino.

Mora, muy sexy en Punta Ballena. A los 34 años, éxito, giras por todo el mundo, grandes shows. Y, además, un hijo en camino.

“Creo que el tango nos ayudó  a enamorarnos y a buscar este hijo. Esos pasos, esas miradas, esos apretones, eran cada vez más pasionales…” (Mora)

“Creo que el tango nos ayudó a enamorarnos y a buscar este hijo. Esos pasos, esas miradas, esos apretones, eran cada vez más pasionales…” (Mora)

“El tango ayuda, porque es algo tan corporal como el sexo. ¡Pero eso no quiere decir que te vayas a acostar con todo el mundo que sacás a bailar!” (Junior)

“El tango ayuda, porque es algo tan corporal como el sexo. ¡Pero eso no quiere decir que te vayas a acostar con todo el mundo que sacás a bailar!” (Junior)

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