Lamothe y Zylberberg: paternidad, el éxito después de años de lucha, la fama y los rumores de conflicto en la pareja – GENTE Online
 

Lamothe y Zylberberg: paternidad, el éxito después de años de lucha, la fama y los rumores de conflicto en la pareja

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Este es el momento de relax. Esteban Lamothe (38) y Julieta Zylberberg (33) disfrutan del almuerzo en el refugio Lynch, a 2.400 metros de altura, en el cerro Catedral. Miran los picos nevados y saborean una de las especialidades de la casa: la trucha. Luis Ernesto (su hijo de tres años y medio) acaba de darles una tregua en la guerra de nieve y los padres aprovechan para contemplar esa vista única. “Con el paisaje nos alcanza... Nunca esquié y ahora que estoy grabando, no me arriesgaría. ¡Imaginate si me quiebro un pie!”, se sincera la actriz. “Yo vengo de una familia de clase media del Interior y, obviamente, no veníamos de vacaciones al Cerro. Quizá el año que viene, después de Nina, me anime”, completa el actor. 

La pareja aprovechó un hueco en las grabaciones de sus tiras y aceptó la invitación de McDonald’s para visitar Bariloche. Un viaje relámpago de tres días, que les sirvió para activar el modo avión –o la versión unplugged– antes de volver a sus agendas, cada vez más cargadas: Esteban protagoniza uno de los grandes éxitos del prime time, Educando a Nina, junto a Griselda Siciliani. Y Julieta también cruzó la vereda: se pasó a las noches de Telefe y encara su primer protagónico, Loco por vos, junto a Juan Minujín. Ahora, mientras toman un café bajo el sol, el pequeño Luis arroja bolas de nieve.

–Parecen dos padres relajados, modernos, sin miedos y algo bohemios. ¿Hay algo de eso?

Esteban: Yo no tengo esa cosa bohemia de los artistas. De hecho, era más del palo del rock. Soy clásico. Me gusta estar en contacto con mis orígenes. Quiero que los chicos aprendan a respetar, que tengan valores... Después saldrá como se pueda. Lo educo como lo hicieron conmigo: con amor y respeto. 

Julieta: Uno va siendo el padre que puede ser: se adapta, va cambiando... Por ahí estás trabajando y te tomás ciertos permisos. 

–¿Luis Ernesto ya muestra su costado artístico?

J: Va a clases de arte con nuestra amiga Denise Groesman, una genia: pinta unos cuadros divinos. Está chocho. Nos hace regalos a nosotros, a los tíos...

E: Julieta lo estimuló mucho con las masas, la plastilina, la pintura, y salió para ese lado. Yo quería que se enganchara con los deportes, pero por ahora ganó ella. Igual, de a poco se va poniendo más con lo físico. 

–Hace dos años aparecieron en el prime time y sus carreras no pararon de ascender. ¿Encuentran una explicación?

J: No sé por qué pasó. Trabajo desde muy chica, recorriendo un camino. Fue todo muy gradual, pero hoy estamos los dos protagonizando por primera vez. Prefiero ser más inconsciente... Tiene que ver con el trabajo, y un poco con la suerte. Es una bendición.

E: Siempre hay una cuota de suerte y de caer bien, en el lugar indicado. Después, cada vez que actuamos, lo hacemos como si fuera la última. No somos chantas. Amamos el trabajo, somos agradecidos. Es eso, y la gente que confió en uno, como Adrián Suar en su momento.

–¿De qué manera les cambió la vida el éxito?

J: No tanto como la gente puede creer. Quizá ya no podemos estar en un lugar público como lo hacíamos antes. Es algo que viene de rebote. Igual, yo nunca fui a una Creamfields. Me parece una pesadilla. 

E: Tenés mejores ingresos, pero no lo que se piensa generalmente. En otra época, si eras un galán de tres novelas capaz te comprabas un par de casas. Ahora no. Nosotros vivimos en la misma casa con Juli desde hace años: una planta baja sin ventanas. Para mudarnos le tenemos que pedir plata a la mamá de ella.

–Hay todo un mito con el dinero de los artistas.

J: ¡Sí! Hace unos años yo tenía un personaje chiquito en una novela. Una vez, en el colectivo, escuché esta conversación: ¿Es ella?”. Respuesta: “No, mirá si va a viajar en bondi...”. Yo pensaba: “Me pagan 150 pesos. ¡Obvio que viajo en colectivo!”. Somos lo más clase media que te puedas imaginar: dos trabajadores. A veces la gente cree que porque estás en la tele sos millonario.

–¿Cómo se llevan con el nuevo rol de galán de Esteban?

E: Nunca fui lindo; ahora dicen que sí, ja. Soy un galán atípico. No me molesta: me hago cargo y trato de disfrutarlo. 

J: A mí me encanta que le vaya bien y verlo en Educando a Nina. Nunca competimos. Tenemos una pareja muy sólida; si no, sería imposible sostenerla en el tiempo. Si me lo preguntás por las escenas de amor, es algo normal de la profesión.

E: Con Juli estamos juntos hace mucho. No es la primera vez que hacemos escenas fuertes. Si nos enganchamos con eso, estamos mal. Te aseguro que si un día nos separamos, no va a ser por nuestros trabajos.

–Según Miriam Lanzoni, la mujer de Alejandro Fantino, los actores que dicen no sentir nada en las escenas hot mienten.

E: Está mal que una persona hable en general. Capaz a ella le pasa, y está bien, es súper válido lo que dijo. En ese caso, ¡pobre Fantino! Se va a preocupar cada vez que le toque una escena fuerte. 

J: ¡Es otra de las grandes fantasías populares! Pensá que estás grabando rodeado de setenta personas. 

–Se dijo que ustedes atravesaban una crisis de pareja.

J: No tengo mucho para decir. Está todo bien. Tenemos proyectos y pensamos mudarnos. Nos gustaría buscar un hermano para Ernesto. Pero veremos cuándo es el momento… Quizá el año que viene.

E: El rumor está fundado en que hace mucho no subíamos una foto a Twitter. Me lo banco, no pasa nada. Me preocuparía si fuera cierto y saliera en los medios. Entiendo que es parte del juego. Pero si un día me caso con Juli o me separo, no me interesa compartirlo. 

 

 

 Por Julián Zocchi. Fotos: Uriel Casamiquela.

 

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