Aunque el año pasado ya había contado que atravesaba un duro momento de salud, el Indio Solari (67) eligió confirmar la noticia de una manera muy especial: sobre el escenario y delante de sus fans. “Anda circulando una versión de que estoy enfermo, y es verdad”, relató ante las 150 mil personas que colmaron el Hipódromo de Tandil el sábado 12 de marzo, para verlo junto a su banda, Los Fundamentalistas del Aire Acondicionado.
Siempre muy reservado de su vida privada, en junio último le había confesado a Mario Pergolini en una entrevista que tenía “una enfermedad que anda jodiendo en el cerebro, que no es cáncer ni sida”. Aunque por entonces había decidido no dar más detalles: “No es el momento de hablar”.
Su momento sería en el reencuentro con sus seguidores, después de quince meses sin brindar un recital (el último había sido en Mendoza, en diciembre de 2014). “Mr. Parkinson me está pisando los talones. Pero acá estoy. A cada uno le toca lo que le toca; la vida es así”, aseguró el ex líder de Los Redondos, que irrumpió en escena quince minutos antes del horario estipulado para hablar con sus fans.
Aclamado con pasión, disipó los rumores de que ése sería su último concierto. “Les aseguro que no me voy a bajar tan fácil de un escenario”, siguió emocionado, antes de comenzar con el show, que inició pasadas las 21.30 con Nuestro amo juega al esclavo, tema de Los Redondos. El Indio incluyó varios temas de sus épocas con Skay Beilinson, cosa que los fans festejaron, corearon y “poguearon” a lo largo de las tres horas que duró la gran misa ricotera.
Quince minutos antes del horario estipulado para el show, el entrerriano salió a escena para hablar con el público sobre su enfermedad. “Les aseguro que no me voy a bajar tan fácil de un escenario”, prometió.
