La rutina se filtró en su relación. Aún pese a los safaris y los viajes
alrededor del mundo. Las pintorescas excursiones en Harley Davidson, los
amaneceres en Punta del Este y las rosas amarillas de cada día. Socavó en los
cimientos de la pareja y, de repente, se descubrieron apenas conviviendo. Sin
siquiera darse cuenta, transformaron sus interminables conversaciones de otros
años en tan sólo diálogos, tan cordiales como breves. Ninguno de los dos
reconoce crisis o peleas. "Nos pasó lo mismo que a cualquier pareja: nuestro
amor se desgastó con el tiempo", coinciden. La noticia pronto llegó a la prensa
y apuró la confesión. Finalmente, Susana Giménez reconoció en su programa que,
después de seis años de amor, su relación "con el señor Jorge Rodríguez" había
terminado.
LA INTIMIDAD DEL FINAL. El domingo 5, Susana y Jorge Rodríguez acordaron la
separación. Ocurrió en el Tortugas Country Club, después de su último almuerzo
juntos. Su día no había comenzado del todo bien: cuando llegaron a la casa, se
dieron cuenta de que habían olvidado las llaves y tuvieron que entrar por una
ventana. Susana cocinó un salmón a la parrilla. Luego pensaron en ir a ver un
partido de polo, aunque finalmente pasaron la tarde en la casa. Fue Susana la
que disparó la charla: "Ya no nos pasa lo mismo que en los primeros tiempos",
habría dicho. Rodríguez asintió y juntos se preguntaron cómo recuperar la pasión
de los primeros años y vencer la monotonía. En los últimos tiempos ya habían
hablado al respecto en más de una oportunidad. E intentaron, de forma
infructuosa, salvar su relación. "Creo que fue la primera vez que hice todo por
defender una pareja. Sin embargo, no encontramos la forma", asegura hoy Susana.
Quizá por ello esta vez acordaron poner distancia entre los dos. Y se
propusieron un pacto secreto: no volver a verse ni hablarse por el término de un
mes. "Pasamos los últimos seis años juntos y hoy queremos ver cómo reaccionamos
frente a un impasse. Hace tiempo que sentimos que la vida nos lleva por caminos
diferentes. La distancia nos sirve como protección del amor, si es que va a
volver… Si queremos cuidar lo que vivimos y si hay un futuro, tenemos que
tomarnos un tiempo", les habría confiado Rodríguez a sus íntimos. Susana y
Rodríguez se despidieron con un beso. Y se prodigaron caricias hasta último
momento. Aún entonces se amaban, coinciden quienes los conocen. Pero ya no
volverían a verse.
SUSANA SIN RODRIGUEZ. En su primer fin de semana sola, Susana Giménez volvió al
Tortugas Country Club. Durante el sábado recibió la compañía de algunas amigas
-entre ellas, la de su asistente personal y productora, Inés Hernández- que la
acompañaron en su "duelo sentimental". Esta vez Susana sí fue a ver el partido
de polo que se disputó en la cancha central del country. Estaba sentada en la
tribuna, con su perro Jazmín en la falda, cuando la sorprendieron una cámara de
televisión y un fotógrafo. Otra vez, imperturbable, continuó con su rutina. Se
dejó fotografiar y se molestó ante la insistencia de un cronista por conocer
detalles de la ruptura. "Ya dije lo que tenía que decir en mi programa", se
excusó la diva. La última imagen que registró la televisión aquella tarde, fue
la de Susana regresando a su casa sobre una bicicleta, con Jazmín en la canasta
delantera. En todo momento mantuvo contacto con su hija, Mercedes Sarrabayrouse,
quien hace tan sólo quince días perdió un embarazo de nueve semanas. Mecha
estaba en Carmelo, como todos los fines de semana (allí tiene una casa frente al
río) junto a su marido e hijos. El domingo Susana viajó a Uruguay para pasar el
resto del fin de semana largo con sus nietos, Lucía y Manuel.
RODRIGUEZ SIN SUSANA. Durante el primer fin de semana después de la separación,
Jorge Rodríguez guardó luto frente al mar de Punta del Este. "Me voy a escapar
unos días porque se la van a pasar hablando de nuestra separación y no tengo
ganas de escuchar todo lo que van a decir", le confesó a uno de sus amigos antes
de partir. Al mismo tiempo, rechazó todo pedido de entrevistas. "Cuiden a la
rubia", suplicó como única respuesta. El viernes 10 último, se embarcó con
destino a Uruguay. Repartió sus días entre Yellow Rose (N. de la R.: la chacra
que compartió durante los últimos seis veranos con Susana Giménez) y la casa de
su amigo, el ex funcionario Hugo Franco. Durante el fin de semana, Rodríguez y
Franco repitieron la misma rutina: pasearon en sus motos por La Barra y
almorzaron en el restaurante La Huella, de José Ignacio. ¿El menú? Ensaladas y
pastas, siempre acompañadas por agua mineral. Rodríguez habló del crecimiento de
su radio en la zona de San Isidro y comentó también de su nuevo desafío
profesional: la producción ejecutiva y artística de Buscando el amor, el próximo
disco de Pappo. Evitó, ex profeso, hablar de su separación. "Estamos los dos muy
dolidos. Es muy duro aceptar las cosas después de una separación… Necesitamos
tiempo para digerir todo esto y poder ver las cosas con cierta perspectiva",
concluyó.
PALABRA DE RODRIGUEZ. Los amigos de Jorge Rodríguez aseguran que aún extraña a
"la rubia" y que, entre íntimos, se confiesa sin pudores. Y rescatan sus
definiciones más contundentes.
- Respecto del impasse, o el pacto que hizo con Susana, habría dicho: "Me muerdo
los dedos para no llamarla".
- Acerca de los motivos de su separación: "No hubo un tercero. No es que la
rubia se enamoró de otro hombre, ni que ella me haya enganchado en alguna cosa
rara… nada de eso. Y creo que al no haber hecatombe, al no haber un motivo de
pelea, todo es mucho más difícil. Los dos sabemos lo que nos costó encontrarnos,
aceptarnos, amarnos. Por eso estamos tan dolidos".
- A propósito de la repercusión mediática: "Me preocupa, porque la rubia es
vulnerable. Quedamos en que ella es la que iba a manejar el tema, que iba a
decir lo que quisiera, ya que es la figura pública, la estrella. Yo no importo
nada. Me pongo una armadura de amianto y listo. Pero no quiero que la prensa se
ensañe con ella porque sé lo que Susana sufre con eso. Conmigo, que hagan lo que
quieran, pero a ella que no la toquen".
- De sus años juntos: "Nuestra relación fue tan increíble que no merece que
alguien la ensucie con mentiras. La amé tal cual es y nunca antes había sido tan
feliz. La rubia me dio el amor más grande de mi vida, con ella viví mis mejores
seis años".
PALABRA DE SUSANA. El viernes 10, Susana Giménez amaneció rodeada por
periodistas que montaban guardia en la puerta de su casa. El rumor de su
separación ya había trascendido a la prensa. Inmutable, enfrentó los flashes,
pero evitó hacer declaraciones. Y, acompañada por su hija Mercedes, visitó la
peluquería de Miguel Romano. Puntual, a las ocho de la noche, se plantó frente a
cámaras y comenzó su programa hablando respecto de su intimidad. "Mi relación
con el señor Jorge Rodríguez ha terminado -confirmó-. Fue una relación que me
llenó de felicidad, fui muy feliz, me costó mucho tenerla pero,
desgraciadamente, en la vida se acaba todo. Se acaba el verano, se acaba la vida
misma, se acaba todo. Van a decir de todo, yo sé que la tragedia vende mucho más
que nada… pero bueno, les quería decir eso a todos los que me quieren…y a los
que no también… porque no voy a hablar más de este tema". Aquella noche ya no
tenía rosas amarillas sobre su escritorio, las que durante los últimos seis años
le envió Rodríguez cada día. Cuarenta y ocho horas después, Susana Giménez
mantuvo un breve diálogo con GENTE.
-¿Cómo estás, Susana?
-Estuve bien una vez que pude tomar la decisión. Después, al tener que decirlo
públicamente, sentí que todo volvía a removerse. Pero bueno, la cosa ya había
saltado y no podíamos seguir guardándolo.
-¿Cuándo empezó la crisis?
-Te digo la verdad, no tengo fecha. Y tampoco le diría crisis. Jorge y yo
empezamos a sentir que una relación increíble, que nos dio los años más felices
de nuestras vidas, se estaba apagando por la rutina.
-Dicen que hubo terceros en discordia…
-Se van a decir muchas cosas, pero nada es cierto. No hay terceros, ni otro
hombre ni otra mujer ni nada. Nos pasó lo mismo que a mucha gente: se desgastó
el amor. La relación venía mal desde hace mucho tiempo y yo decidí terminarla.
-¿Es definitivo?
-No lo sabemos. Por ahora decidimos que lo mejor para cuidar ese maravilloso
amor que vivimos era separarnos. El tiempo dirá lo que pueda pasar. Yo quiero o
no quiero, no soy una mujer tibia. Y por eso tomo decisiones que, a veces,
pueden sorprender. Por respeto a lo feliz que fui, por lo que puede llegar a
pasar, esta vez prefiero no sentarme y dar muchas explicaciones. Así está bien.
Entonces se despidió. Amable, con una sonrisa, aunque sin poder ocultar su
evidente dolor.
Aun en su impasse, Susana Giménez y Jorge Rodríguez intentan rehacer sus vidas.
Separados, luego de un amor que duró seis años pero que ninguno de los dos
reconoce terminado definitivamente. Quizá de regreso a su estudio de televisión,
la rubia -tal como aún hoy insiste en llamarla Rodríguez- se vuelva a sorprender
ante un nuevo ramo de rosas amarillas. Al fin y al cabo, detrás del maquillaje,
sólo hay una mujer.
por Jorge Martínez Carricart
fotos: Carlos González
desde Punta del Este: Pablo Procopio y Julio Ruíz
fotos: Fabián Uset, Leandro Montini, Alejandro Carra, Diego Soldini, Walter Papasodaro y Enrique García Medina
A seis días de su separación, Susana se refugió en su casa del Tortugas Country Club. Anduvo en bicicleta y también vio polo, siempre junto a Jazmín, su yorkshire.
Rodríguez guardó duelo en Punta del Este, donde se instaló a pasar el fin de semana largo. Anduvo en moto y almorzó con amigos en José Ignacio.
