La reina africana – GENTE Online
 

La reina africana

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Pasaron cuatro años. Llegó otro Mundial. Y para Susana Giménez se impone el juego de las diferencias. Las mayores, con el de Alemania, son principalmente dos. Por un lado, la compañía: ya no está Jorge Rama a su lado y el fugaz affaire con Damián Popiloff no prosperó. Así que, ¡nada de hombres! Pero mucho trabajo. Y esa es la segunda gran diferencia: aquí conoció lugares, atravesó las tortuosas distancias sudafricanas (a veces el tránsito parece una fotografía, ¡no avanza!), pero fundamentalmente se concentró en la grabación de notas para su programa del domingo 20, con algún adelanto que difundió el domingo pasado. Por eso, explicaron en su entorno, quiso hacer todo en el más absoluto secreto.

Susana arribó a Sudáfrica el jueves 10 de junio en un charter de la Aerolínea Principal de Chile, una compañía desconocida en nuestro país, pero que suele transportar a la selección trasandina que dirige Marcelo Bielsa. Tal es así que su vuelo, el PNP 708, no figuró jamás en el cartel que anuncia los arribos del aeropuerto Tambó. A ella, su hija Mercedes (sin Eduardo Celasco) e Inés Hernández las esperaban la gente de Tije Travel (operador turístico oficial de la FIFA), y un Mercedes Benz negro justo a la salida de la puerta de Arribos. Pero resultó que Musa, el chofer, lo había dejado estacionado y la rigurosa policía sudafricana le colocó el cepo. Entonces, cambio urgente de planes. Cuando salió, la diva preguntó: “¿Este es mi Mercedes?”.

Y no, partió a bordo de una van, con la que rodeó la ciudad de Johannesburgo hasta llegar a uno de los hoteles Radisson Blu en la zona de Sandton, una especie de Retiro, con estación de tren y todo, donde se encuentran los alojamientos más importantes. Allí se hospedó en la habitación 933, con una espectacular vista de la ciudad. Antes de subir al ascensor, se detuvo un momento, jugó con una bufanda con los colores argentinos y contó que ésta era su segunda vez en Sudáfrica, y también su segundo mundial. El primer encuentro con estas tierras tuvo lugar cuando Jorge Rodríguez la invitó a pasar unas románticas vacaciones, que incluyeron hacer noche en pleno Parque Kruger. Esta vez, en cambio, esa misma noche comenzó a trabajar. Partió rumbo a Pretoria.

En la ciudad donde se concentra la Selección la esperaba Diego Maradona. En una de las salas del High Performance Center de la Universidad de Pretoria tuvo lugar la entrevista, que estuvo en vilo por razones técnicas hasta pocos días antes de suceder. Es que buena parte del equipamiento satelital y los móviles que Telefe envió por barco a Sudáfrica, por un problema gremial en el puerto, terminaron en… ¡Singapur! La solución llegó por mano del empresario argentino Matías Sarasola, vinculado entre otros quehaceres al medio televisivo, y que hace nueve años tiene negocios en Sudáfrica, quien consiguió los móviles.

Allí, en la charla del viernes por la noche, Diego le contó que “quería meter a los jugadores en una concentración para sacar las conclusiones tanto como deportista como de persona. Antes los tenía dos días y después se iban a sus países. Ahora esta convivencia nos está haciendo muy bien. En este tiempo hicimos un grupo bárbaro”. No paró Susana: desde Pretoria, de noche, continuó hasta Sun City, quizás el destino más espectacular y barroco de Sudáfrica. Por supuesto, se alojó en The Palace of the Lost City, un hotel catalogado como de seis estrellas, cuyas habitaciones cuestan 640 dólares por noche. Tapizados de cebra, enormes estatuas de elefantes y antílopes, dos enormes piscinas, una playa artificial con olas generadas desde un control y mucha seguridad son la marca registrada del enorme complejo. Allí Susana, en el más absoluto hermetismo, grabó copetes para su programa. Por la tarde, puso proa a un safari por la reserva de Pilanesberg, de 55 mil hectáreas, a sólo 15 minutos. De esa excursión rescató que “viajamos en elefante, estuvimos con los hipopótamos, lo pasamos genial, los sudafricanos son amorosos, todo es sensacional”. Claro, el paseo tuvo algún susto, cuando se perdieron, por un momento, en el paisaje desértico.

El día siguiente era el de la inauguración de la Copa del Mundo. Y Susana no quiso perdérselo. “Voy a ir por los sudafricanos”, había contado dos días antes. Entre las 94 mil personas que colmaron el Soccer City, estaba ella, acompañada por dos directivos de Telefe, Gabriel Bianco –Director Comercial, Marketing y Negocios– y Alejandro Parra –CEO de Telefe Internacional–. Deslumbrada, esperó ansiosa la mañana del sábado 12, el debut de la Argentina. Y disfrutó del triunfo como el más conspicuo de los hinchas. Salió del Ellis Park agotada y feliz.

El domingo durmió hasta pasado el mediodía, y cuando se levantó pidió por un peluquero. Desde la recepción le dictaron el teléfono celular de Tony, de Tony&Guy, en el segundo piso del Radisson, pero no lo llamó. Pero a la tardecita, no pudo más. Salió. Junto a su hija Mercedes e Inés Hernández enfiló al shopping Mandela Square, centro de la acción en Johannesburgo. Bien al estilo Susana, combatió el frío de la noche con un tapado de animal print. Caminó y caminó, pero no compró nada. Sí lo hizo Mecha, que portaba una bolsa de Thruworths, un fashion retailer sudafricano que tiene más de cincuenta locales en todo el país.

Después, un café entre argentinos, y vuelta al hotel. Para Susana, el viaje terminará después del partido del jueves frente a Corea del Sur. En Sudáfrica, ya dejó su sello. Felíz, nuestra diva máxima pisó suelo sudafricano el jueves 9 a las 8.30 de la mañana. Es su segunda vez en el país más austral del continente negro.

Felíz, nuestra diva máxima pisó suelo sudafricano el jueves 9 a las 8.30 de la mañana. Es su segunda vez en el país más austral del continente negro.

 El domingo a la tarde, al caer el sol, Susana y su troupe (su hija Mecha e Inés  Fernández), partieron de shopping al Mandela Square. La diva, de riguroso animal print, a tono con el continente africano, caminó mucho, pero no compró nada. Su hija, de llamativo short de jean, se llevó una bolsa con ropa de Thruworths.

El domingo a la tarde, al caer el sol, Susana y su troupe (su hija Mecha e Inés Fernández), partieron de shopping al Mandela Square. La diva, de riguroso animal print, a tono con el continente africano, caminó mucho, pero no compró nada. Su hija, de llamativo short de jean, se llevó una bolsa con ropa de Thruworths.

La bufanda-cábala del periodista de GENTE en manos de Susana: ¡Vamos Argentina!

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