«La mía sí que es la muñeca maldita» – GENTE Online
 

"La mía sí que es la muñeca maldita"

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"Siento una bronca bárbara porque me pierdo la semifinal de la Davis contra Rusia. Pero la operación de la muñeca fue un éxito. Pese a todo el dolor, sigo soñando con ser el número uno. Y no voy a dejar de luchar hast
a lograrlo
". Más confiado que nunca, Guillermo Cañas (24) saluda sonriente al único medio que esperó el resultado de su intervención quirúrgica en la puerta del Hospital Británico. "Esta nota fue la más larga que hice con ustedes", asegura Willy, y no se equivoca. Hace poco más de dos semanas llegaba a Ezeiza victorioso después de pulverizar a cuatro top ten, conquistar el Masters Series que se realizó en Canadá, y meterse entre los quince mejores del mundo. Y recibía a GENTE en su Tapiales natal, después de una emocionante bienvenida que le dieran su vecinos, los que lo consideran ciudadano ilustre. Por eso alquilaron un par de colectivos para seguirlo en caravana, como se estilaba en los viejos tiempos.

Hoy la realidad es otra. A causa de un par de lesiones en su mano derecha, Guillermo deberá esperar de seis a ocho semanas para recuperarse definitivamente. "La mía sí que es la muñeca maldita. Pero no pienso bajar los brazos", dice el joven que hasta hace ocho meses dormía en un altillo en Tapiales. Hoy, Cañas vive -valga la redundancia- en Las Cañitas. Pasó del humilde PH de don Luis, su papá, a un confortable semipiso cercano al Campo de Polo de Palermo. Y bromea con eso: "Che, no me gasten porque no me agrandé. ¿Sabés por qué me mudé a Las Cañitas? Nada más que para estar a cinco minutos del Lawn Tennis o el Vilas Racquet, donde entreno cuando estoy en la Argentina. Si no, tardaba una hora en llegar. Ojo que a Tapiales, como dice el cantito de la tribuna, 'lo llevo en el alma'
¿eh?. La recepción que me hicieron en el Club Sparta fue increíble, no me la esperaba. Pero toda esta gente me vio nacer y nos quiere mucho a mí y a mi familia. Pude observar rostros que hacía años no veía y me emocioné casi hasta las lágrimas. Son increíbles. Ver a los vecinos del club que está a media cuadra de mi casa y frente al almacén que era de mi viejo, me recuerda mi infancia, mi adolescencia…". 

Guillermo se emociona cuando recuerda que a los seis años, Luis, su padre -otro apasionado de la raqueta-, puso una en sus manos. "Yo me dedicaba al fútbol
-rememora-. Era un buen arquero. A partir de allí empecé a jugar un torneo tras otro en ambos deportes. Así estuve dos años. ¿Cómo olvidar esa época en el Club Bomberos? Pero llegó un momento en que se superponían y tuve que optar. Elegí el tenis, con dudas, claro, porque el fútbol me encantaba. Ahí sabía que iba a tener asegurado el número uno. En cambio en el tenis todavía lo estoy buscando" (sonríe).


-Más allá de su broma, ¿eso es algo que lo obsesiona?

-No, para nada. Juego, me divierto, y sé que en mi profesión debo mejorar día a día. Ya era consciente de que cualquier lesión o imponderable podía llegar a detener mi marcha y hacerme bajar varios escalones de golpe. Pero como estoy convencido de que lo voy a superar, sigo soñando con ser el número uno. Cada tenista, o cualquier persona en su tarea cotidiana, oficio o profesión, lo intenta. Pero no quiere decir que si no lo logra, no sirva. Sólo se fracasa cuando uno no pone todo lo que tiene en su trabajo.


-¿La lesión es muy complicada?

-Mirá, empecé a sentir dolor en la muñeca en Stuttgart, en julio. Y en Toronto se agudizó. Me diagnosticaron tendinitis y lo trataron con antibióticos. Cuando llegué, una radiografía dio como resultado una lesión en la parte dorsal de la muñeca. El martes probé hacer 10 minutos de tenis y no podía sostener la raqueta. Y otro estudio reveló la fractura por estrés del segundo y tercer metacarpiano por excesivo uso de la mano, una lesión bastante más frecuente en un pie o un codo. El doctor Walter Mira fue muy estricto: me dijo que hasta que no me cure ni piense en volver a jugar.


-Los entendidos del tenis dicen que en setiembre, para enfrentar a Rusia por la Copa Davis, se lo va a extrañar. ¿Usted se siente imprescindible?

-No, para nada. Sólo espero que nuestro equipo supere esta etapa para que lleguemos a la final. Ahí sí que se agarren, porque les voy a disputar el puesto a cada uno de los jugadores si es necesario (sonríe).

-¿Por qué en la conferencia de prensa hizo referencia al tema del doping?

-Porque quiero que quede todo claro y que no se empiecen a decir estupideces. (N. de la R.: Hace unos meses, un jugador europeo lo señaló como un nuevo caso de doping). No quiero que especulen con que estoy tapando algo.


-Le cambio de tema, ¿cómo le va con las mujeres ahora que es un deportista famoso que tiene la oportunidad de recorrer el mundo?

-… 

-¿Su silencio significa que se niega a contestar?

-No me niego, pero estoy de novio desde hace varios meses con la tenista Pitu (María Emilia) Salerni. Prefiero el silencio, ¿me entendés.


-¿Cómo hizo en dos años para pasar del puesto 230 en el mundo y meterse entre los 15 primeros? 

-Uy, fue difícil. La lesión anterior, que fue en mi muñeca izquierda, me mantuvo alejado durante demasiado tiempo. Pero me sirvió. Yo antes entrenaba casi como si fuera una obligación. Después, cuando no lo podía hacer, empecé a valorar la preparación física. Te podría decir que ese duro trance que logré atravesar sirvió para lanzar mi carrera.


-¿Qué sintió cuando la Asociación de Tenistas Profesionales (ATP) lo eligió como el mejor jugador del mes de julio de todo el circuito internacional?

-Orgullo, el mismo que siento cada vez que piso Tapiales, mi querido barrio. Y placer, el mismo que siento cuando saboreo los ravioles que prepara Mirta, mi vieja, los domingos.

Después de conquistar el Masters Series de Canadá pulverizando a cuatro top ten y meterse entre los quince mejores del mundo.

Después de conquistar el Masters Series de Canadá pulverizando a cuatro top ten y meterse entre los quince mejores del mundo.

Viernes, 17 horas. Cañas abandona el Hospital Británico junto a sus padres, Luis y Mirta, después de que le practicaran una artroscopia en la muñeca derecha. Y cuando ganó el Abierto de Canadá el mes pasado. Lamentablemente, Guillermo se va a perder la semifinal de la Davis contra Rusia.

Viernes, 17 horas. Cañas abandona el Hospital Británico junto a sus padres, Luis y Mirta, después de que le practicaran una artroscopia en la muñeca derecha. Y cuando ganó el Abierto de Canadá el mes pasado. Lamentablemente, Guillermo se va a perder la semifinal de la Davis contra Rusia.

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