La intimidad de las últimas horas de Goldy, la hermana de Mirtha Legrand – GENTE Online
 

La intimidad de las últimas horas de Goldy, la hermana de Mirtha Legrand

Goldy y Chiqui, siempre juntas.

La tarde del pasado viernes 1 de mayo, María Aurelia Paula Martínez Suárez (93) se sintió algo cansada y decidió recostarse para tomar una de sus habituales siestas en su casa de Olivos. Nunca despertó. Su asistente personal –reemplazante temporal de su querida Roxy, de visita familiar en Paraguay– preocupada porque la señora no se despertaba, ingresó al cuarto y advirtió lo que había ocurrido. De inmediato se comunicó con Miguel Solari, yerno de Goldy, marido de su hija Gloria Lopina –recordemos que su otra hija, Mónica Lopina, está radicada en Paraguay desde hace muchos años–. Tras llamar a la ambulancia y constatar el fallecimiento de su suegra debido a un infarto mientras dormía, Solari comunicó lo sucedido a Marcela Tinayre (69). Pocos minutos después, ella y su hijo Nacho Viale (39) llegaron al departamento de Avenida del Libertador y Scalabrini Ortiz (CABA) para dar la noticia que Mirtha Legrand jamás hubiese querido escuchar. Conmovida, Chiquita tomó su teléfono y llamó a Carlos Rottemberg (61, su ex productor y amigo). “Falleció mi hermana, vení por favor”, le dijo. Mirtha se mostró “angustiada y dolida, pero muy entera”, describió Rottemberg.

Sábado 2 de mayo. Sepelio de Goldy
en el cementerio Memorial, de Pilar. Su yerno Miguel Solari –marido de Gloria Lopina– y su hijo Santiago acompañaron el féretro, en representación de una familia recortada por las reglas sanitarias impuestas 

En el living, y a pesar del dolor, todos respetaron las normas higiénicas que demanda la pandemia de Covid-19. Cada uno de los cuatro se ubicó en una esquina, a cinco metros de distancia y con barbijos. Algo difícil de respe- tar en un contexto en que los abrazos se hacen más que necesarios. Mirtha pidió que se avisara a los afectos más cercanos. E insistió terminante: “Quiero ir a despedir a mi hermana”. Mientras era contenida por los suyos, Carlos tomó la hábil decisión de llamar al doctor Semenic, a quien comparten, y al cual Mirtha respeta y obedece a rajatabla. “Tengo en altavoz al médico”, advirtió el productor teatral. Entonces el profesional le enumeró a Chiquita las razones por las cuales salir representaría un riesgo para su vida. La llamada terminó de convencerla.

Solari y su hijo transmitieron parte de la ceremonia a través de una videollamada que habría reunido a su mujer, Gloria, y a su cuñada Mónica –la otra hija de Goldy–, radicada en Paraguay.

Esa noche, Marcela se quedó con su mamá y aún perma- nece con ella. Según sus allegados, Mirtha y Goldy –que hablaban de cuatro a cinco veces por día– “venían tristes por el contexto en el que vivían, un pesar que se sumaba a la pérdida de su hermano Josecito (fallecido en 2019), la amalgama entre los tres”. Las dos habían conversado por teléfono el día anterior, jueves 30 de abril. “Quisiera morir antes que Goldy”, solía decir Chiquita, “porque no soportaría su muerte”. El fin de semana, Mirtha despidió a su hermana con sentidas palabras a través de sus redes:
Hermana querida, te fuiste sorpresivamente. No olvi- daré tu ternura, cariño y sabiduría. Desde el cielo se- guirás con tu amor incondicional hacia todos nosotros. Hermana, cómo voy a extrañarte, hoy no tengo consuelo”. Goldy –a quien Chiquita alguna vez le dijo “sos mi hermana, mi madre, mi todo”– era la crítica más amoro- sa para la anfitriona de los almuerzos, mentora de ideas, consejera y “casi productora”, como define su círculo íntimo. Es la creadora de la frase “como te ven, te tratan y si te ven mal, te maltratan” y del término “mesaza”, usado en las promociones del ciclo.

Fotos: Fabián Uset y Christian Beliera

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