Empezaba el año 1992 y el joven Esteban Bullrich alcanzaba su título como licenciado en Sistemas y Computación (Universidad CAECE). Al poco tiempo comenzó a trabajar para distintas empresas del sector privado y fue en la compañía frutícola San Miguel S.A., en donde conoció a la mujer de sus sueños, María Eugenia Saqueiros.
El 13 de noviembre de 2021 muy romántico el ex Senador de la provincia de Buenos Aires le dedicó unas tiernas palabras a su esposa en el aniversario número 22 de su casamiento. “A mi mujer, María Eugenia, con quien hace dos días cumplimos 22 años de casados. María Eugenia es una santa. Ella es mi conexión con el cielo y mi cable a tierra”.
Fruto de este amor nacieron sus cinco hijos: Luz, Margarita, Agustín, Lucas y Paz Bullrich, a quienes en los últimos años el político quiso dedicarles todo el tiempo posible, luego de que le detectaran una dura enfermedad llamada Escleorosis Lateral Amiotrófica (ELA).
El amor incondicional de la esposa de Esteban Bullrich: “Aprendimos a seguir su ritmo y tener paciencia”
La noticia de la enfermedad de Esteban Bullrich salió a la luz el 28 de abril de 2021. Sin embargo, la primera alerta de un desconcertante proceso previo había sonado en septiembre de 2020. “Nosotros observamos en casa aquello que de manera pública y poco feliz se empezó a mencionar en las sesiones de su trabajo: que cuando hablaba parecía borracho”, contó a Gente María Eugenia Sequeiros, sobre la Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA) que ataca al sistema nervioso y muscular de su marido.
Desde su diagnóstico a su retiro del Senado pasó un breve periodo de tiempo: la enfermedad lo obligó a fijar prioridades, y decidió dedicarse de lleno a su familia y a encontrar una cura. “En esta lucha buscando la cura de la ELA estamos todos involucrados”, afirmó la mujer de Bullrich.
“De entrada nos dijeron que era estrés. Claro, veníamos de una dura cuarentena. En casa respetamos a rajatabla el aislamiento”, contó Sequeiros. Y agregó: “Sumale a ello que la vivimos en un departamento mini de Núñez, más cierta impotencia que él sentía desde el Senado ante el cambio de Gobierno. Y, sí, cerraba lo del estrés”.
Los médicos lo tranquilizaron y enviaron a descansar. “Pero regresó a las dos semanas y, si bien los estudios básicos le daban que no tenía nada, la cosa venía empeorando. Hasta que en febrero un estudio determinó que lo suyo era algo relacionado con la motoneurona. Como no terminaba de resolverse cuál era su problema, viajamos a consultar en Estados Unidos, y allá nos confirmaron lo de la ELA”, profundizó Sequeiros.
“A Esteban siempre le gustó solucionar los problemas de todo el mundo, y ahora no puede”, recordó su señora. En ese sentido, admitió: “Hablamos de alguien súper activo: es licenciado en sistemas, piloto, chef, siempre fue un tipo desafiante, con actitud. Por eso lo de ‘Me define mi actitud, no la ELA’. Es raro, pero aún desde sus inconvenientes nos sigue enseñando. ¡Ahora aprendimos a seguir su ritmo y tener paciencia!”.
Esteban Bullrich además reveló al medio cómo fue contarle a sus niños que estaba atravesando esta enfermedad: “Con los chicos hablamos de lo que habla un padre con sus hijos, no cambió tanto. Tuvimos tres charlas sobre la enfermedad, pero no es un tema que ocupa espacio en nuestro día”.
