Kun Agüero: La dura infancia del hombre que siempre sonríe – GENTE Online
 

Kun Agüero: La dura infancia del hombre que siempre sonríe

El Kun Agüero con la Copa del Mundo en sus manos.
El exfutbolista que es considerado uno de los personajes más carismáticos y cálidos del ambiente, contó cómo fueron sus comienzos en Villa Los Eucaliptos. Además, dos fotos inéditas del ídolo a sus 5 y 13 años.
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A los 34 años, Sergio Leonel Agüero del Castillo –más conocido popularmente como el Kun Agüero–, no deja de regalarnos imágenes que quedarán en el imaginario colectivo como la de su eterno abrazo con su colega y amigo Lionel Messi tras conquistar la Copa del Mundo, o la del alocado festejo que prosiguió a la victoria (y que dejó a un feliz Messi colgado del travesaño con la estatuilla dorada en la mano).

Una postal única que conquistó más de 4 millones de likes.

Aguero siempre sonríe y le pone optimismo a todo lo que hace porque considera que "su mayor virtud en la vida es tratar de hacer todo con alegría", pero su niñez no fue tan luminosa ni sencilla como muchos imaginan.

De hecho, en el 2007, en una entrevista con GENTE, el geminiano repasaba su historia y aseguraba: “Mi infancia fue muy dura, porque en casa no teníamos un mango. Y a veces mis viejos, Leonel, mi papá, y Adriana, mi mamá, no comían para que lo hiciéramos nosotros, sus seis hijos. Eso me quedó grabado".

"Es ahora que estoy jugando bien y que llegan los reconocimientos, cuando se me vienen a la cabeza las cosas que vivía de chico, los días jodidos”, sumaba el por entonces jugador del Atlético Madrid tras salir campeón mundial con la Selección Sub-20 y quedarse con el Botín y el Balón de Oro.

“Todo lo que soy se lo debo a mi familia”, aseguraba el goleador en la intimidad de su habitación de hotel de Toronto acompañado por sus orgullosos padres, Leonel y Adriana. Foto: Archivo Atlántida.

Además, el Kun (apodo que le puso Jorge, su abuelo, porque decía que su nieto era igual a Kum-Kum, un dibujito animado japonés sobre un nene que rompía todo lo que tenía cerca) rememoró sus primeros recuerdos futbolísticos y los ubicó en Villa Los Eucaliptos, el barrio de la ciudad de Quilmes en el que transitó gran parte de su infancia: "Me acuerdo que cuando tenía unos diez años, me escapaba de casa y me iba a jugar a la canchita que estaba al fondo de la villa. Ahí sí que se metía fuerte, pero eran los partidos que más me gustaban. Si ganabas, te asegurabas la Coca y unos pesos en el bolsillo. Igual había que tener h… para agarrar la pelota en el medio y encarar para el arco: ¡la patada mas baja te la pegaban en el pecho!”.

De los potreros del barrio pasó a debutar en la Primera de Independiente con 15 años, un mes y tres días, convirtiéndose en el más joven en toda la historia del futbol argentino en hacerlo. Pero sus comienzos nunca los olvidó. De hecho, ya viviendo en Europa –donde realizó gran parte de su carrera profesional–, él, con la humildad de un grande, declaró: "Nunca hay que olvidarse de los orígenes, y yo no me olvido de los chicos con los que peloteaba en la canchita de tierra del barrio. No me olvido de dónde salí".

A los 5 años lucía la camiseta de Loma Alegre de Quilmes, su primer club. Foto: Archivo Atlántida.
Con 13 años ya gambeteaba con los colores de Independiente. Foto: Archivo Atlántida.

Fotos y entrevista: Archivo Atlántida
Recopilación de archivo: Mónica Banyik

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