Kilos más, pelos menos, a estos campeones los queremos – GENTE Online
 

Kilos más, pelos menos, a estos campeones los queremos

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Leopoldo Jacinto Luque
En Mendoza, en el barrio de Guaymallén, hace seis años que el ex delantero trabaja en el polideportivo
SUPE y en el club Banco Nación. Allí, en dos humildes escuelitas, enseña a los chicos a jugar al fútbol:
"Al principio mucho no me gustaba, no me veía preparado para trabajar con ellos. Porque los que creen que llevar adelante un grupo de 15 o 20 chicos es algo sencillo, están muy equivocados. Hay que tener vocación y mucha paciencia. Pero hoy estoy muy contento". A los 52 años, cuenta que, cuando dejó el fútbol, estuvo ocho meses buscando trabajo. Después River -equipo con el que salió cinco veces campeón- lo contrató para observar jugadores en Santa Fe, su provincia. Allí se casó y tuvo a sus tres hijos: "Aquéllos eran buenos tiempos. Recorría todos los lugares mirando partidos de juveniles y después recomendaba los mejores. Pero llegaron los famosos recortes y me impidieron seguir con mi tarea. Ahora me la rebusco como puedo. Por suerte este año me llamaron para hacer un comercial de Telecom y ahora el de DirecTV. Me pone muy contento que me elijan para hacer este tipo de cosas. Eso significa que todavía me recuerdan".

Ricardo Daniel Bertoni
Desde hace cinco años, el ex delantero de Independiente trabaja como asesor de fútbol en Sudamérica para la Fiorentina de Italia. Durante todo el año observa distintos jugadores, la mayoría juveniles, y luego pasa un informe al equipo europeo. Fue así como el año pasado, Ezequiel González, el volante de Rosario Central, desembarcó en el ex equipo de Gabriel Batistuta: "Por suerte, la Fiore me dio la posibilidad de seguir haciendo lo que más me gusta: vivir para el fútbol. Siento que esto es parte de mi vida, y cuando voy a ver los partidos me sigo emocionando. Me encantaría trabajar en Independiente, porque es el equipo que amo y del cual soy hincha. Pero, bueno, dicen que nadie es profeta en su tierra". Está casado con Mabel y es padre de dos hijos: Yair Emanuel, estudiante de comercio, y Macarena, que heredó algo de su padre y se inclinó por el periodismo deportivo:
"Soy un agradecido de la vida. Porque tengo una familia 10 puntos y porque a los 46 años todavía sigo tirando paredes en los picados con mis amigos".

Ubaldo Matildo Fillol 
De todos, es el único que sigue vinculado a la selección. Desde 1999 trabaja con José Pekerman entrenado a los arqueros juveniles. También hasta julio pasado fue asesor de la Secretaría de Deportes de la gobernación de Buenos Aires, pero como la selección le demandaba mucho tiempo, decidió renunciar:
"Gracias a Dios no me puedo quejar. Porque también estoy a cargo del complejo deportivo que lleva mi nombre, en Olazábal al 2900. Además, tengo una gran alegría porque Pekerman me eligió para hacer un trabajo con chicos de 14 y 15 años". A los 51 años, el Pato está a full, ya que a su trabajo habitual le suma los distintos eventos que realiza en el verano para varias empresas: "Hoy estoy embarcado en unos proyectos para manejar todo el deporte en los countries de Buenos Aires. Estos once años de experiencia me sirven como carta de presentación". Está casado con Olga y es padre de tres hijos, Nadia, Sebastián y Tamara: "Más allá de lo laboral, con mi señora estamos muy contentos por los hijos que tenemos. Porque todos estudian, son familieros y respetuosos. Esos son los valores más importantes de la vida".

René Orlando Houseman
"Mire, entiendo que ustedes quieren que esto salga perfecto, pero yo no doy más. Ni para jugar el Mundial entrené tanto. Me planto acá y no me muevo más". Fue lo que el
Loco le dijo al productor de la publicidad después de tres días de ensayos. Y como en 1978, las carcajadas de sus compañeros no se hicieron esperar. A los 48 años, René es uno de los tantos desocupados de la Argentina: "Jugué al fútbol hasta 1984, cuando me retiré en Excursionistas. Tuve que decir basta porque las piernas ya no me daban más. Después trabajé como ayudante de campo, y luego tuve una escuelita de fútbol en San Fernando". Hoy vive en Belgrano junto a su esposa, Olga, y su hijo Diego René. También tiene otra hija, Yésica Evelín, que está casada y hace seis meses lo hizo abuelo: "Damián Ezequiel es el primer nieto y me cambió la vida", se babea el abuelo primerizo. El ex wing derecho no se siente un ídolo olvidado: "Hace un tiempo que Huracán quiere que trabaje con las divisiones inferiores, pero la plata que me ofrecen no me alcanza ni para el colectivo. Prefiero seguirlo al Globito desde la platea".

Jorge Mario Olguín
Como muchos técnicos argentinos, hoy está a la espera de alguna propuesta. Es que su vida siempre giró en torno al fútbol y después de su retiro realizó el curso como
DT. Tuvo su bautismo de fuego sentado en el banco de Argentinos Juniors, el equipo de sus amores:
"Estuve varios años y fue una experiencia inolvidable. Como técnico, tuve la suerte de dirigir a Colón de Santa Fe y a Almagro. Después en el exterior trabajé en Costa Rica y en Japón, y hasta principios del año pasado, en Deportivo Español. Y aunque hace un tiempo que estoy parado, sigo con la esperanza de que me vuelvan a
llamar
". El ex marcador de punta supo invertir su dinero en negocios paralelos a su carrera profesional. Primero, cuando en 1982 inauguró una escuelita de fútbol. Después cambió de ramo y compró una joyería en Palomar, que maneja junto a su familia. Está casado con Norma y es padre de dos hijos: Gastón y César. Y a los 49 años se siente pleno con la llegada de Iriel, su primera nieta: "Estoy muy contento por el reconocimiento de la gente. Nuestra selección fue muy golpeada y necesitábamos que se volvieran a acordar de nosotros".

Alberto César Tarantini 
Sus rulos -toda una marca registrada- ya son pasado. El look actual del Conejo es el pelo corto y varias canas. A los 45 años, es uno de los ex campeones que por ahora no tiene ninguna vinculación con el fútbol. Sin embargo, hace un par de meses le ofrecieron dirigir un equipo "chico" de la Argentina, pero no se llegó a concretar por una diferencia económica. Aunque la idea de volver a jugar el juego que mejor juega y que más le gusta siempre está latente. La semana pasada viajó a Europa para escuchar una propuesta: "Existe la posibilidad de que dirija, pero hasta que no se haga no quiero decir nada". Hace dos años que se viene preparando con todo para darle rienda suelta a su pasión. Hizo el curso de DT y cambió la vida nocturna por la gimnasia: "Para poder hacerte cargo de un plantel hay que estar bien. Y eso incluye lo físico y lo emocional". Padre de dos hijos, Bernardita y Robertino, el jugador que se formó en Boca y se hizo grande en River habla del reencuentro con sus ex compañeros:

"A pesar de que pasaron los años, cada uno conserva su carácter y sus mañas".

Mario Alberto Kempes 
El Matador (47) espera en Italia que se concrete un sueño postergado por meses: dirigir en la cuarta división del fútbol local un equipo formado sólo por argentinos:
"La compañía Global Foot Sport me trajo a Italia para que me haga cargo de Fiorenzuola, un equipo que disputa el campeonato C2 y que está a punto de ser comprado por un empresario italiano. La idea era crear un polo futbolístico formado únicamente por argentinos. Trabajé duro con 16 juveniles y los preparé para el debut en el torneo. Pero surgió un problema y el antiguo dueño, que hoy sigue siendo el presidente, decidió disputar el campeonato sólo con jugadores italianos". Casado con Julia -su segunda esposa- y padre de Natasha (2), el goleador que hizo gritar a todo el país con sus goles en la final del 78 vive en Fiorenzuola, un pueblo de 15 mil habitantes entre Parma y Piacenza: "Espero poder demostrar mi capacidad en Europa. Ya estuve sentado en el banco de varios equipos de Indonesia, Albania, Venezuela y Bolivia, donde salí campeón. Pero ésta es una experiencia distinta. Y quiero que sirva como trampolín para volver a casa y dirigir en la
Argentina
".

Oscar Alberto Ortiz
La vida del Negro (48) sigue ligada a la pelota, más allá de los kilos de más. Hoy su pasión son los chicos. A ellos, desde hace nueve años, trata de inculcarles algo de lo que demostró con su zurda mágica:
"Mi vida futbolística terminó en 1983. Me cansé de todo y me fui a vivir un año a los Estados Unidos. Después estuve seis meses en Frankfurt (Alemania), donde realicé una clínica de fútbol. Allí aproveché para hacer un año de docencia y dedicarme a entrenar chicos. Al regreso, en 1986, construí un gimnasio en Parque
Chacabuco
". Ortiz reconoce que era un poco reacio a las concentraciones y al trabajo táctico. Por eso a los 29 años colgó los botines: "Más que un profesional del fútbol, yo era un jugador de pelota. Me gustaba jugar, pero no siempre tenía ganas. Y era muy difícil entrar a una cancha si no estaba
motivado"
. Está casado con Silvia y tiene dos hijos: Sebastián y Paula, que hace 19 meses le dio a Tommy, su primer nieto: "Siempre he tratado de que mis hijos no tengan como ejemplo a un jugador de fútbol.
Les inculqué que se fijaran en los Borges o en los Favaloro. Esos son los verdaderos ejemplos a
seguir
".

Para poder realizar la coreografía que les exigió la agencia de <i>Agulla & Baccetti</i>, los jugadores tuvieron que ensayar doce horas durante tres días.

Para poder realizar la coreografía que les exigió la agencia de Agulla & Baccetti, los jugadores tuvieron que ensayar doce horas durante tres días.

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