Acaba de llegar de Canadá, donde participó del Festival de Toronto con la película Los dos Papas, en la que compartió cartel con dos estrellas de Hollywood. En teatro coprotagoniza La verdad, con Jorgelina Aruzzi, y pronto comenzará a grabar la ficción de Underground Volver a empezar, con Carla Peterson. Más allá del actor, para él ante todo está la familia que supo construir junto a su mujer y sus hijas.
Cuando se habla de Juan Minujín (43) se dice que es un actor de trayectoria intachable, cuyas versátiles interpretaciones son muy disfrutadas por el público. Se destaca que es mucho más que la cola bonita que muestra cuando sube al escenario del Paseo La Plaza para interpretar a Martín, un mentiroso serial e inescrupuloso en La verdad junto a Jorgelina Aruzzi. También demostró su talento en Los dos Papas, la película que filmó en 2017 –donde personifica a un joven Jorge Bergoglio–, que se estrenará el 20 de diciembre por Netflix y de la cual muchos pronostican que puede ser candidata al Oscar. “No puedo estar más feliz. A ocho años del estreno de Vaquero –la película en la que actué y que dirigí–, volví al Festival de Toronto nada menos que con una de Fernando Meirelles (Ciudad de Dios) y del guionista Anthony McCarten, el mismo que hizo Bohemian Rhapsody. Además, acá comparto cartel con Anthony Hopkins (Benedicto) y Jonathan Pryce (Francisco). Interpretar al Papa junto a ellos fue un hito en mi carrera. Siento una gratitud inmensa por la oportunidad de estar en este film”, cuenta Juan, que acaba de llegar de Canadá con Laura, su mujer desde hace 21 años.
–¿Cómo te convocaron para hacer de Bergoglio en Los dos Papas?
–Había terminado de hacer la primera temporada de El marginal y me llamaron para encontrarme con Fernando Meirelles para hacer una prueba de cámara y pasar la letra del libro. En la segunda reunión me confirmaron que había quedado y me anunciaron que debía viajar a Londres para encontrarme con Jonathan Pryce y trabajar el tema de actuación y make up, ya que él hace de Bergoglio adulto. Además, Pryce quería tener el acento e la intención de un argentino. Para eso puso un coach: es increíble el trabajo que hizo.
–¿Cómo fue tu vínculo con él durante el rodaje?
–No compartimos escenas, porque interpretamos a la misma persona en tiempos diferentes, pero nos hicimos bastante cercanos. Nos tocó estar varios días en las mismas locaciones. Fuera del rodaje realizamos muchas salidas: fuimos a cenar con mi mujer y Kate, la suya. Pegamos muy buena onda, y cada tanto nos whatsappeamos. Cuando nos reencontramos en Toronto fue muy divino y generoso hablando de mi trabajo. Tanto él como Hopkins están increíbles en la película.
–¿Después de este film te llegaron propuestas para trabajar en el exterior?
–Sí, para hacer películas en Londres y Madrid. Por suerte tengo mucho trabajo que me gusta acá, y no me quiero alejar de mi familia. Por eso no acepté proyectos de afuera: cuido mucho el tiempo que tengo para compartir con Carmela (9) y Amanda (12), mis hijas. Estoy fascinado con mi versión casera de padre omnipresente que propone experimentar jugando. Con ellas estamos tomando clases de piano, canto y tenis, todo junto, y nos matamos de risa. Estar con ellas me apasiona. Veo difícil irme seis meses a trabajar afuera, aunque en algún momento me gustaría experimentarlo. Hoy disfruto de mucho compartir lo cotidiano con mis chicas y mi esposa.
–¿Cómo sigue tu año laboral?
–Con Gustavo Yankelevich decidimos seguir con La verdad hasta noviembre. Por suerte, con Jorgelina (Aruzzi) nunca bajamos de figurar entre las cinco obras más vistas de la cartelera porteña. Es muy probable que el año que viene hagamos una segunda temporada. Después está el deseo y la idea de que vuelva Pastor a El marginal 4, pero aún no está desarrollado el proyecto. Y el año que viene vuelvo a trabajar con Carla Peterson en Underground, donde voy a hacer Volver a empezar. Estoy contento, porque con Carla somos muy amigos y tenemos mucha afinidad profesional. Le metemos mucha cabeza a los proyectos: nos involucramos como nadie.
