La boda sorprendió a Hollywood. Fue pensada hasta el último detalle por sus protagonistas para que fuera íntima, privada y familiar. Y el plan resultó a la perfección: el sábado pasado, la diosa latina Jennifer López y el coreógrafo Chris Judd
se casaron en secreto en el complejo Cold Creek, en las colinas, a las afueras de Calabasas, Santa Mónica, donde la estrella tiene su mansión.
Ciento setenta personas, entre familiares y amigos íntimos, asistieron a la ceremonia civil. Los padres de la novia, Guadalupe y David, y sus hermanas Leslie y Linda viajaron a Los Angeles dos días antes de la boda. Larry y Violeta Judd, padres del novio, hicieron lo mismo desde Florida. Arlene Rodríguez, la mejor amiga de la cantante, fue su dama de honor, mientras que Benny Medina, su representante, ofició de padrino. Recién 24 horas después, Alan Nierob, el portavoz de la estrella, confirmó la boda y dio a la prensa algunas fotos del evento.
Para su segundo matrimonio (el primero fue con el camarero Ojani Noa el 22 de febrero de 1997, del que se divorció diez meses después) Jennifer eligió un exclusivo vestido de seda y encaje en color marfil de Valentino. Su novio optó por un elegantísimo jacquet del mismo diseñador. Aunque dicen los presentes que el casamiento fue de lo más romántico y que los novios se veían muy enamorados, se sabe que la boda estuvo a punto de naufragar cuando Jennifer se enteró de que Judd había contratado a unas bailarinas de striptease para su despedida de soltero. Después de la boda, los novios viajaron de luna de miel a Italia, donde tienen previsto asistir a un desfile de Versace.
Amor a primera vista. La pareja se conoció -y enamoró- durante el rodaje del video de la cantante Love don´t cost a thing (El amor no cuesta nada), a fines de 2000, cuando ella todavía estaba de novia con el rappero Puff Daddy. Al principio, la relación se mantuvo en secreto hasta que el 14 de febrero de este año Jennifer decidió terminar con todo y anunció públicamente la ruptura de su noviazgo.
Un mes después apareció del brazo de su nuevo candidato, Chris Judd, en la ceremonia de los Oscar. El romance estaba confirmado, pero nadie apostaba mucho a esta relación. Salvo ellos mismos. Amigos de la pareja cuentan que él le propuso matrimonio en junio durante un asado en casa de amigos. Y que al día siguiente la llevó a la exclusiva joyería Rafinity, en Santa Mónica, donde juntos encargaron un anillo de compromiso grabado con las iniciales JCJ (Jennifer Chris Judd). Dos meses después, la pareja organizó una fiesta para celebrar la buena noticia en el exclusivo restaurante Mortons de Los Angeles, donde invitaron a 140 amigos, entre ellos, los actores Jude Law y Vince Vaughn, el director Steven Soderberg, y el prestigioso fotógrafo Herb Ritts.
Para Jennifer, este fue un año de éxitos y mucha felicidad. A saber: como empresaria, estrenó una línea de ropa que lleva su nombre; como cantante, su nuevo disco J.LO está en los primeros puestos del ranking norteamericano; y en su faceta actoral protagonizó tres películas: Planes de boda, Angel Eyes e Enough. Pero la chica no se conformó solamente con la gloria profesional. Como si su horóscopo le hubiera prometido éxitos seguros en todo lo que emprendiera para este 2001, ella también decidió jugárselas en el amor. El sábado 29, la latina más famosa del planeta se casó con su último enamorado: Chris
Judd.
Para el casamiento, los novios se vistieron de Valentino. López eligió un vestido de seda y encaje en color marfil con mangas tres cuartos y tul de seda bordado. El novio, de elegantísimo jacquet .
Jennifer y Chris en la première de la película Angel Eyes, días antes de su boda secreta.
