Lloverá hoy? –pregunta, mirando por un lado el cielo plomizo de la hoy templada ciudad de San Pablo, y por el otro, las caritas de Alma (6) y Lola (8), sus hijas, sentadas en la fila Y del block 616.
–Hmmm, parece. Pero, bueno. La lluvia les entrega color épico a las hazañas
–contestamos, para que no se asuste por un probable chaparrón.
–Linda manera de decir que nos vamos a recontra mojar, che –ríe Fernanda Morello de Mascherano (29) en uno de los recodos del estadio Arena, treinta y dos minutos antes de que arranque Argentina-Holanda por la semifinal de la XX FIFA World Cup.
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
En principio, contemos que no es casualidad que las tres se encuentren allí, al margen del incondicional y continuo apoyo de la familia hacia el mediocampista, defensor y delantero (perdón la licencia, pero en el histórico miércoles 9 de Julio, Día de la Patria, el hombre defendió los colores celeste y blanco a lo largo y ancho de toda la cancha). Javier (30) le pidió en forma especial a su señora que no dejara de viajar el día anterior con sus hijas, porque “Almita cumplía 5 años y nos necesitaba cerca. Entonces nos vinimos de nuevo de una, y chau –explica Fer–. Siempre estuvimos a su lado y no podíamos fallarle ahora, tan concentrado y dedicado que lo vemos al equipo de Alejandro Sabella. Nadie se merece ganar el Mundial más que mi marido”, relata en la cuenta regresiva del encuentro.
–¿Lo vive de una manera especial, cierto?
–No te imaginás. Y mirá que salimos ya hace quince años. Nos conocimos en San Lorenzo, Santa Fe. Finalmente terminamos casándonos el 8 de junio de 2007... Media vida juntos.
–¿En la que usted descubrió a qué clase de hombre?
–A un tipo extraordinario. De una entrega total en todo, te aseguro, no sólo dentro de la cancha, donde se lo conoce en general.
–¿Se sorprende todavía al descubrirlo ahí correr, tirarse y enfrentar a grandotes sin retraerse un centímetro?
–¿Sabés qué pasa? Javier no es jugador de Argentina, es hincha de Argentina.
–Y en la casa, el duro futbolista, ¿les deja el lugar de jefecito a sus mujeres?
–Para nada. El es el mejor padre, el mejor marido, el mejor.
–Perdón, nos quedó repiqueteando su dato: dice que llevan quince años juntos. ¿El mismo tiempo desde el debut de él en..
. –...las Selecciones argentinas. Sí, yo soy su cábala –vuelve a reír la bella morocha, antes de retornar al asiento 12 y empezar a cantar por su marido y por el team nacional.
Festejo triunfal del caudillo, la Seleción está en la final uego de 24 años.
Sonrisa orgullosa de su familia. “Siempre estuvimos a su lado y no podíamos fallarle ahora”, dice su mujer, emocionada.
Luego del partido hubo torta y velita por el cumple de Alma.
