“Hoy trato de hacer sólo las cosas que me gustan y me importan” – GENTE Online
 

“Hoy trato de hacer sólo las cosas que me gustan y me importan”

Enérgica y luminosa, Cecilia (42) lanza la frase mágica: “Me siento en la flor de la vida”. A juzgar por su sonrisa, por su mirada y por la forma en que disfruta posando para los flashes, nunca habló más en serio. “Hoy trato de hacer sólo las cosas que me gustan y que me importan. No tengo miedo ni vergüenza de decir lo que realmente siento. No tengo nada que esconder, porque mi vida, a estas alturas, ¡es un libro absolutamente abierto!”, confiesa entre risas, como si se tratara del precio inevitable del éxito. Y hay más: “He hecho de mi vida algo realmente interesante, lleno de desafíos. Me he equivocado, como todo el mundo. Lo importante es que siempre me levanté. Ahora me siento con más energía que nunca para construir lo que quiera. Siento esa plenitud que te dan los años y la experiencia”, afirmó a la revista chilena Cosas, ahora que empieza a cosechar los frutos de invertir su look en el negocio del diseño, con su línea de ropa. “Desde hace tiempo mi nombre es una marca instalada en el inconsciente colectivo”, admite.

El jueves 24 de abril, a las 21, la alfombra roja se extendía en la entrada de El Portal Dehesa, el shopping más exclusivo de Santiago. Media hora más tarde, Cecilia Bolocco descendía de un imponente Mercedes plateado. Entre bandejas de shushi, quesos y carpaccio, los invitados y periodistas se abalanzaban sobre la ex modelo y flamante diseñadora, para obtener su mejor perfil y la declaración más polémica. Mientras tanto, las futuras clientas, enloquecidas por los diseños de la ex Miss Universo, no querían quedarse afuera del local. Generaron una ola de empujones y vidrios rotos que sólo terminó al comenzar el desfile, el cual tuvo a Bolocco como principal mannequin. “Pensé que este sueño no iba a llegar jamás”, confía.

EL LARGO ADIOS. Alejada de la televisión, considera que no tiene nada que aportar a la pantalla chica: “Por mi carácter, mi personalidad y mi trayectoria, ya no me veo. En mi vida he hecho un cambio de eje y ya no tengo la necesidad de ser parte de aquel círculo”. En ese sentido, y al ser consultada sobre su frustrada participación en Bailando por un sueño, el éxito de Marcelo Tinelli, asegura que, para ella, nunca fue una posibilidad real. Ni siquiera pudo convencerla el propio conductor, que viajó a Santiago para explicarle personalmente de qué se trataba la propuesta y lo importante que era para él contar con ella. “Tengo un reencuentro pendiente con la Argentina (…) pero si bien me entretiene el baile, no es una prioridad en mi vida, y era inviable por una cuestión de tiempos. Se especuló tanto con lo que pedía o no pedía... Pero la verdad es que nunca pedí nada...” (risas).

Otro capítulo argentino tiene a Carlos Menem como protagonista masculino. No estaban divorciados, pero ya se sentía su ex esposa cuando, en mayo de 2007, fue fotografiada en topless y a los besos con el italiano Luciano Maroccino en Miami. Seis años habían pasado desde el mediático y cuasi electoral casamiento en La Rioja cuando se produjo el escándalo, con obvio eco en los medios de todo el mundo. Fue entonces cuando ella se tomó un avión de regreso a Chile y le pidió disculpas públicamente. Un año después, acepta hablar del tema: “Con Carlos tenemos una muy buena relación y hemos logrado lo que más nos importa a ambos: que Máximo pueda seguir viendo a su padre cada vez que se pueda”. Y dice que fueron momentos de tensión, pero no los considera los más graves: “Para mí han sido más difíciles otras cosas, como la enfermedad de mi mamá (Rose Marie Fonck sufre cáncer de mama). Lo otro fue simplemente un abuso y un manoseo de mi imagen, la utilización de mi persona para fines poco dignos por parte de otros”.

¿Hubo un antes y un después? Sin dudas: “Me sentí tan utilizada, me dio tanto asco la forma en que por ser figura pública podía ser usada para cualquier fin, que dije: ‘No quiero seguir siendo parte de este circo’”, explicó. Es que la mediatización de sus relaciones se remonta a 1990, cuando se casó con el productor de televisión estadounidense Michael Young en el Palacio Cousiño, con la pompa de una boda real. Pocos meses después se separaron, y si bien lo intentó, no pudo obtener la dispensa papal que anulara la unión. También circularon versiones de sus romances con el conductor Kike Morandé, el cantante Keko Yunge y hasta el escritor Paulo Coelho, nunca confirmados, hasta su matrimonio con Carlos Menem y la posterior separación, “difícil y dolorosa”, según sus palabras. Pese a su segundo fracaso matrimonial, el ex presidente argentino fue el hombre que la convirtió en madre, el mejor de sus títulos. Y, como tal, no puede evitar contar los logros de su hijo Máximo (5), ganador del premio For being gentle (Por ser gentil), una especie de Mejor Compañero, y su inscripción en el libro dorado de The Grange School. “Siempre ha sido criado de una manera bastante normal y se adapta a todo tipo de situaciones y realidades”, asegura Cecilia.

Y, como mujer, no descarta volver a enamorarse: “Quisiera encontrar al compañero ideal, un cómplice que me abrace, pero no me voy a detener a pensar en lo que me falta. Vendrá si es que Dios lo quiere y así lo determina. El amor irrumpe en la vida y no es algo que se pueda salir a buscar”. Sin embargo arriesga: “¡Qué difícil va a ser encontrar a alguien que me acompañe en todas mis locuras!”.

La ex Miss Universo trasandina es admirada por su buen gusto para vestir. “Estar bien es parte de mi vida. La diferencia es que ahora lo trasladé a los negocios”, dice.

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“Con Carlos tenemos una muy buena relación y hemos logrado lo que más nos importa a ambos: que Máximo pueda seguir viendo a su padre cada vez que se pueda”

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“Tengo un reencuentro pendiente con la Argentina. Pero si bien me entretiene el baile, no es una prioridad en mi vida. Se especuló tanto con lo que pedía para participar en Bailando... La verdad es que nunca pedí nada”

“Tengo un reencuentro pendiente con la Argentina. Pero si bien me entretiene el baile, no es una prioridad en mi vida. Se especuló tanto con lo que pedía para participar en Bailando... La verdad es que nunca pedí nada”

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