-Hija! -se asoma Claudia desde la cocina-. ¡Están dando el programa de
Agrandadytos que grabaste -cierra la puerta, y el aroma a torta recién horneada
invade el living del séptimo piso de Segurola y La Habana e invita a abandonar
la nota, la profesión y la integridad en busca de un trozo.
-Gracias, má -contesta Dalma, ahuyentando, sin saberlo, cualquier pretensión de
los periodistas.
-Andá a verlo -la invitamos nosotros.
-No. Dejá. Sigamos el reportaje -prefiere la hija de Diego.
Y sí, amén la anécdota gastronómica, existe una realidad incuestionable: a Dalma
Nerea (17 cumplidos el 2 de abril), salir en la tele, ya le resulta familiar.
"Primero, de nena, por la fama de papá, y después, a medida que iba creciendo,
por mis apariciones y mis trabajos personales en la tribunita de Decíme cuál,
Cebollitas, Los buscas, PH, Calientes y Hospital Público, aparte de teatro
también con Cebollitas, Mamá me aburro y Aladino. Es cierto que me resulta
familiar, y más familiar me va a resultar a partir de ahora, ¿no?", dispara
otorgando pistas del ciclo que acaba de sumarla a su dream team luego de una
fascinante pulseada entre la Ideas del Sur de Marcelo Tinelli y la Pol-ka de
Adrián Suar. Hablamos de Los Roldán (lunes a viernes, 21:30 por Telefe, 3,5
millones de espectadores promedio), el programa top de la temporada 2004. "Mi
personaje se llama Laurita y reemplaza a Sofía (Sofía Gala) cuando ella no puede
atender el quiosco. En la ficción, me porté mal con Hilda (Lola Berthet), y
pronto sabremos qué le hice. Aparte, me caracterizo por lo chusma y grasa. El
papel me genera grandes expectativas", revela.
-La Dalma real ¿qué tiene de chusma y qué de grasa?
-Poco y nada. En realidad, creo que nada. Odio el chisme en todas sus
posibilidades. No veo programas de chismes y detesto meterme en la vida de la
gente. Y me considero cero grasa. A lo sumo, me visto de calza y pollera. Quizá
ahí radique el secreto. Interpretar a una persona distinta a uno, me parece
maravilloso. No pensaba trabajar en el 2004. Iba a terminar el Polimodal,
recibirme y después largarme a full. Pero apareció esta opción y flasheé.
-Terminar el Polimodal, recibirse… ¿Sos demasiado responsable o demasiado
obediente?
-Ambas cosas. Recuerdo que cuando le contaba a mamá que muchos compañeros
cambiaban de colegio para poder grabar, decía: "¡Yo me muero. Mirá el ambiente
en el que te metiste!". Ni te cuento si uno abandonaba. Yo jamás entré en la
discusión. No me animé. "Ya llegará tu tiempo de elegir", me paraba mamá cuando
le planteaba pequeños cambios. Semanas atrás nos pusimos a conversar. "¿Qué vas
a estudiar en el 2005?", me preguntó. "Teatro", le contesté. "Okay, ¿y qué
carrera vas a estudiar", me repitió. "Teatro", le reiteré obviando la Psicología
y la Abogacía que de nena había entrado en la lista de probabilidades. "Ya llegó
mi tiempo de elegir, má".
-¿Aceptó así nomás, Claudia?
-Antes, consultó a la directora de mi colegio y a gente cercana. "Ella supo bancarse el doble turno bilingüe (inglés-castellano) y rehusarse a montones de
cástings, manteniendo siempre su pasión por la actuación e incluso tomando
clases con Hugo Midón y Roxana Berco. Ahora deberías dejar que pruebe", le
sugirieron, y parece que aceptó. Comprendió que hoy sólo tengo dos certezas
respecto del futuro de mi vida. Que quiero ser actriz y que no quiero casarme.
-¿Tu chico qué opina?
-Es un santo. Estoy re enamorada. Me banca a muerte. Sabe que me encantarían una
familia e hijos y que la libreta no me significa nada. Si por mí fuera, el único
vestido blanco hubiese sido el del cumpleaños de 15. Lástima que mamá no dejó
que me vistiera tan claro. "Blanco es para las que contraen matrimonio. A lo
sumo marfil", ordenó. Y marfil fue.
-Sin embargo, de casamiento, convivencia y demás todavía no se habla…
-Todavía no. Fer (Fernando Molina, 20, estudiante de Relaciones del trabajo,
hincha de River) en su casa de Villa Crespo y yo en mi casa de Villa Devoto. No
se queda a dormir. Vamos de a poco. Recién cumplimos 15 meses juntos. Tené en
cuenta que es mi primer novio oficial. Capaz que en séptimo año hubo algún
pibito, aunque ni besos nos dábamos. En cuanto a los besos de escena, a Fer no
le cierran ni un cachito. Igual, trata a mi mamá de "suegra", y mamá a él de
"yerno".
-¿Y a papá Maradona?
-De Diego (risas). Lo respeta. Nunca le pidió ni un autógrafo. Sucede que papá
lo joroba. La vez pasada, en la quinta de General Rodríguez jugaron un partido
como compañeros, y el maldito de mi viejo les daba a todos pases exactos, obvio,
menos a Fer, que se los tiraba largos, para que no llegara. O jugaban al hockey
en contra y cuando mi novio apenas lo raspaba, papá se tiraba al piso exagerado,
aparatoso, gritando, "¡Me mató, me mató!". ¿De quién pensás que heredé mis
condiciones actorales?
-¿Lo ves nada, poco o mucho en la Clínica Psiquiátrica del Parque, de Parque
Leloir, donde está internado hace un mes?
-Gianinna y yo lo vemos seguido. Prefiero evitar el tema. Somos poquitos los que
estamos a su alrededor y callando, lo protegemos, manteniendo el tema en su
círculo íntimo, lo cuidamos. Bajó 20 kilos, toma la medicación que necesita, lo
encuentro tranquilo, evolucionando, y recibe la visita diaria de mamá. El otro
día, llevaron un karaoke y cantaron juntos. Una ídola. Mi ídola. La admiro.
Ojalá pueda convertirme en una mujer como ella. Además, ¿sabés?, ¡hace unas
tortas increíbles!
Personifico a Laurita, una adolescente chusma y grasa", señala.">
En su piso de Devoto, Dalma define a su personaje en Los Roldán: "Personifico a Laurita, una adolescente chusma y grasa", señala.
'¿Qué vas a estudiar en el 2005?', me pregunto mamá. 'teatro', le contesté. 'Okay, ¿y qué carrera vas a estudiar', me repitió. 'teatro', le reiteré. 'ya llego mi tiempo de elegir, má''"">
"'¿Qué vas a estudiar en el 2005?', me pregunto mamá. 'teatro', le contesté. 'Okay, ¿y qué carrera vas a estudiar', me repitió. 'teatro', le reiteré. 'ya llego mi tiempo de elegir, má''"
