“Hoy siento que recuperé la confianza para volver a dar pelea” – GENTE Online
 

“Hoy siento que recuperé la confianza para volver a dar pelea”

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Desde el día en que su abuelo Paco le construyó una cancha de tenis en el fondo de su casa, todos supieron que ese chico de pelo lacio y fino como el oro, que había nacido el día de Año Nuevo de 1982, llegaría a ser un tenista de elite. Lo que más llamaba la atención, desde que empuñó una raqueta por primera vez, era su seguridad. Una fortaleza mental que, a los 16 años, daba sus frutos y le servía para ganar el campeonato juniors del US Open de 1998. Veinticuatro meses después ya era un jugador profesional y, con tan sólo un año en el circuito, se encontraba entre los 50 mejores del planeta. Hasta que en el 2002 el mundo quedara boquiabierto al verlo convertirse en el primer jugador en llegar a la final de Wimbledon durante su debut allí. Pero faltaba más. El 20 de noviembre de 2005 llegaría su consagración, el triunfo más importante de su carrera deportiva, al ganar el Torneo de Maestros de Shanghai, después de vencer en la final al ‘imbatible’ Roger Federer, remontando una desventaja de dos sets.

Ahí muchos pensaron que David Nalbandian sería el próximo número uno del mundo. Pero aunque en el 2006 obtuvo buenos resultados y llegó a estar tercero en el ranking mundial, también se dedicó a atender sus otras pasiones: No sólo armó su propio equipo de rally, además, cada vez que creía necesitarlo, volvía a Córdoba, a Unquillo, su ciudad natal, para refugiarse en el cariño de su familia y sus amigos. Aparte, desde marzo de tal año decidió jugar sin entrenador. Pero después de las semifinales de Roland Garros, las lesiones no lo dejarían en paz. “Me duele tanto la cintura que no me puedo agachar”, confiaba a sus íntimos en abril del 2007, mientras seguía de cerca las actuaciones del Tango Rally Team en la capital cordobesa. Su peligroso estado físico, y la falta de confianza, lo hicieron retroceder hasta el puesto número 26º del ranking. No obstante, apenas se encendió la luz de alarma, él solo decidió dar un golpe de timón. Contrató a Martín Jaite como entrenador y volvió a armar un equipo de trabajo que incluye a Diego Rodríguez, como fisioterapeuta, y a Claudio Galasso, como preparador físico.

Entonces, en estas dos últimas semanas, el tenista que hasta mediados de octubre no había logrado ni siquiera meterse en semifinales de un torneo de ATP en durante el 2007, volvió a sorprender a todos. En apenas quince días consiguió dos Masters Series –Madrid y París– y bajó a seis top tens. Además, no sólo es el único tenista que venció a los dos mejores jugadores del mundo, Federer y Nadal, dos veces seguidas en un mismo torneo, sino que es el primero que les gana a los dos en finales. “No entiendo cómo David está 25º del mundo”, expresó Roger, luego de perder la final de Madrid. “¡Me pasó por arriba!”, dijo resignado Rafael, el jugador de los bíceps de acero, después de caer en París. Y aunque Nalbandian celebró casi de la misma forma en que lo hizo en sus cinco títulos anteriores, esta vez hubo una característica que se repitió en los dos últimos: el abrazo con su equipo de trabajo y con Victoria Bosch (27, su novia desde la adolescencia), la mujer con quien, en sus palabras, “planea casarse y formar una familia”.

–David: ¿qué cosas cambiaste para convertirte en 15 días en un jugador casi imbatible?
–Recuperé la confianza en mi tenis y jugué de manera espectacular. A medida que se te van dando los resultados, la cosa se hace mucho más fácil. Pero lo principal fue que esta vez me sentí bien físicamente, algo que no había conseguido a lo largo de todo el año.

–¿Cuánto influyó en este despegue el haber vuelto a armar un equipo de trabajo?
–Muchísimo. Martín (Jaite) es un buen entrenador y me está ayudando a corregir un montón de cosas. Sé que todavía debo mejorar algunos detalles, pero poco a poco los voy a ir hablando con él. Después, Diego (Rodríguez) y Claudio (Galasso) son dos fenómenos. Entre los cuatro armamos un gran equipo.

–¿Por eso, después de ganar, decidiste celebrar el triunfo en la tribuna con ellos?
–Seguro. Fue muy lindo poder dedicarles estos dos títulos. Siento que de esta manera les pago un poco todo el esfuerzo que hacen por mí.

–En Madrid fue la primera vez que le dedicaste un título a Victoria, tu novia…
–Es verdad. Es que el apoyo de ella es fundamental. Y ahora que se recibió (el año pasado obtuvo el título de farmacéutica), podemos estar más tiempo juntos, porque me puede acompañar a la mayoría de mis viajes. Vicky es mi cable a tierra. Cuando estoy cansado o enojado con mi juego, me dice dos palabras y encuentro la paz que necesito.

–¿Y ahora cómo sigue todo? ¿Soñás con jugar el Torneo de Maestros?
–No creo. Por lo que tengo entendido, los ocho que están clasificados ya confirmaron su participación (N. de la R: Esta nota fue realizada el lunes 5 por la mañana). Vuelvo a la Argentina, el martes doy una conferencia de prensa en Córdoba, y el viernes me voy a Neuquén para ver a los pilotos del Tango Rally que van a disputar la novena fecha del torneo argentino. Ahí celebraremos con Marcos (Ligato) el triunfo que Gabriel Pozzo consiguió en Japón, otra de las alegrías que tuve en estos días.

–Muchos, hasta tus propios rivales, dicen que en estas dos semanas jugaste como un verdadero número uno del mundo. ¿Todavía se sueña con eso?
–Siempre se sueña con ser número uno, pero por ahora estoy en el noveno lugar del ranking, y para llegar hay que jugar mucho más que dos semanas. Hoy siento que recuperé la confianza para volver a dar pelea. Pero sé bien que para estar bien arriba debés tener un muy buen año, y en todas las superficies. Por ahora, con mi equipo de trabajo vamos a ponernos metas más cortas…

–¿Como cuáles?
–En el 2008 quiero ganar algún Grand Slam. Es una deuda pendiente.

–¿La única?
–No. La otra es obtener la Copa Davis. Y por el sorteo que nos tocó, pareciera que esta vez será mucho más favorable que otros años. Ojalá que el 2008 sea el año de Argentina. Nos merecemos una Copa y vamos a hacer lo imposible por conseguirla.

David alza el trofeo que lo consagra como el mejor de París, rodeado por diez bellezas del Lido, el cabaret más famoso del mundo.

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“El apoyo de  mi equipo, encabezado por Martín (Jaite) es fundamental, pero sobre todo el de Vicky. Ella es mi cable a tierra. Cuando estoy cansado o enojado, me dice dos palabras y encuentro la paz que necesito”

“El apoyo de mi equipo, encabezado por Martín (Jaite) es fundamental, pero sobre todo el de Vicky. Ella es mi cable a tierra. Cuando estoy cansado o enojado, me dice dos palabras y encuentro la paz que necesito”

Esta semana se lo vio mucho más flaco y jugando un tenis espectacular.

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