“Hoy, por primera vez, creo en el amor para toda la vida” – GENTE Online
 

“Hoy, por primera vez, creo en el amor para toda la vida”

No quiere hablar de él. “Entendeme. Forma parte de mi privacidad, y yo a mi privacidad la protejo como una leona”, explica detrás de su mirada celeste cielo, a la fecha –quizá por el clima húmedo, la luna del domingo a la noche o un capricho hormonal– medio verdosos. “En serio. Prefiero obviar una cuestión tan personal”, continúa el tema de inicio. “Escribí, si te sirve, que es luminoso, amplio, descontracturado, lindo”, ilustra diplomática frente a la obstinación del periodista. “Lo vengo disfrutando mucho, como se disfruta lo nuevo”, agregará pícara. “En serio, no quiero hablar de él. Por favor”, intenta cerrar el tema con esa clase de caída de párpados que suena a ruego y que un caballero no debe dejar pasar. Soledad Fandiño (26; porteña, del 7 de abril de 1982, novia durante un par de años del humorista Pablo Granados) no quiere hablar del departamento al que acaba de mudarse, y habrá que respetarla... Ah, ¿de Nicolás Cabré? Del actor de 28 años, tampoco.

–Yo sólo puedo comentarte cosas de mí, y hasta ahí –insiste–. Porque no me gusta meterme en la vida de terceros y porque ya genero bastante exposición saliendo al aire de lunes a viernes. Dejá que me guarde algo. A propósito, y como sé que te morís de ganas de consultarme sobre la comedia Por amor a vos, de Canal 13, haré un esfuerzo titánico y te responderé. No voy a dejar que te sientas requetemal recibiendo tantas negativas (risas).

–Muy macanuda. Aceptamos. ¿Resulta complicado preservar el bajo perfil de una relación cuando noche a noche, desde las 21.15, alrededor de tres millones de espectadores ven en la pantalla chica a Jazmín –su rol– y a León –el de Cabré– conversando, besándose, discutiendo, abrazándose, mimándose?
–Arrancaste a full, eh. Okey, acepto yo también. Te contesto que no resulta complicado.

–¿Ni siquiera cuando tal relación, al tratarse de dos individuos conocidos que vienen de mantener otros noviazgos, puede generar especulaciones mediáticas, rumores, tapas?
–Ja ja (imposta).

–Déle. Pórtese bien con este modesto periodista.
–Poné que ni siquiera me resulta complicado. ¿Y sabés por qué? Porque yo, si leo, son libros de autoayuda, no revistas; si veo tele, son películas, no programas de chimentos; y si escucho, son compactos, no rumores radiales. Existe una gran diferencia entre lo íntimo y lo que sale a la calle. Cuido mi vida y la de quien me acompaña. Soy muy respetuosa de la relación, y pretendo preservarla. ¿Me porté bien?

–La verdad, excelente. Merece un descanso, algunas preguntas más sencillas, del estilo, ¿supone que marcará una bisagra en su carrera la tira de Pol-ka en la que brilla?
–Cada apuesta marcó un momento importante. Super M 20/02, Rebelde way, No hay 2 sin 3; Juanita, la soltera; Son de Fierro, bailé en ShowMatch. Sé capitalizar las distintas experiencias de mi carrera. Si pretendo probar en cine y en teatro, evolucionar en la profesión, debo enfocar justito ahí.

–Sensata frase. La consultamos porque, salvo la aparición en Bailando por un sueño, ahora goza del mayor rating de su joven historia.
–Cierto. Igual, no varía la respuesta. Yo no me fijo en el rating. Jamás me vas a sorprender averiguándolo. Saliendo a la calle, podés saber si un ciclo en el que participás mide mucho. La gente te mira, los chicos te llaman por el nombre de ficción. Me ocurre en el supermercado. Eso se acrecentaría si tomara colectivos o subtes, como lo hacía antes de comprarme el auto. Para el caso, me nombraste a ShowMatch. No sabía bailar. Aprendí gracias a la coach Jimena Olivari. Me maravilló. Pretendo tomar clases. También de canto. Y no mandes caras raras, que entonando me las rebusco, che.

–¿Le ha cantado a Cabré?
–Ja ja (imposta).

–Hasta ahora descubrimos a una mujer serena, de excelente humor, centrada, ubicada, responsable, cuerda. Pórtese un poco mal, revélenos su costado bravo.
–Tranquila. Claro que se arma y exploto. Típica ariana. Impulsiva. No tiro ceniceros pero, enojada, puedo decir cualquiera. Negada de la tecnología. Mi computadora carece de Internet, y mi hogar, de línea de teléfono. Consulto mails de a par de meses, encontrando cien en la casilla. Uso un antiguo celular sin cámara de fotos que guarda mi única agenda. Por casa, suelo andar en pijama, pantuflas, despeinada, rea. Si no hay tiempo, salgo sin combinar la ropa. La heladera que compré está semivacía. Conservo amigos de mis anteriores barrios (Flores, Monte Grande, Pompeya, Villa Lugano, Palermo) y de mis antiguos colegios y universidades (San Marcos, Nueva Pompeya, el Marista Mac Nab Bernal, UCA y UADE). Así soy yo. No calculo las calorías de la comida.

–Aunque un poco ha adelgazado. Al menos comparándola con la señorita de 53,5 kilos que entrevistamos en marzo de 2006.
–Te juro, no sé en cuánto ando, y no sé el resto de mis medidas.

–Déjenos leer sus números en Chekka Buenos Aires, la agencia que la representa: 1,69 de altura, 92-62-90 de curvas, 38/39 de calzado, 24/25 de pantalón y camisa small o medium. ¿Aciertan?
–Pienso que sí.

–Disculpe, ¿la ha medido Cabré?
–Ja ja (imposta).

–Revélenos sus claves para mantenerse así, tan saludable en lo físico.
–Ejem. Odiar el gimnasio: he pagado tres meses de cuota, asistiendo apenas a una clase. Comer lo que me guste: en especial salado; hasta preparo asados. Escaparles a las dietas y a los productos light: tomo gaseosas y mate azucarado. La inversa de lo que se presume.

–Frente al espejo, ¿qué se ponderaría?
–Adoro mi color de ojos, heredado, a no dudarlo, de la abuela Teresa. Y puntualizo lo de “a no dudarlo” porque mis padres (Liliana, ama de casa, y Alfredo, empleado de correo privado) y mi hermano menor (Facundo, estudiante) los tienen castaños.

–¿Cuál considera la zona peligrosa, lo peor de su figura?
–Ambos pies, una rareza. Me divierten.

–Interesante. ¿Le charlan, le cuentan chistes?
–Puedo abrir los dedos de manera poco común. Te sorprendería.

–Ajá. ¿A Cabré le sorprenden?
–Ja ja (imposta).

–¿Tampoco la estrella que luce tatuada en el hombro izquierdo?
–Ja ja (imposta).

–¿Se viene la sigla N.C. sobre el omóplato derecho?
–Ja ja (imposta).

–¿Nos confesó qué clase de dama es en el amor, Fandiño?
–Celosa, comprometida y fiel. En el amor y en la amistad no sé perdonar una traición.

–Durante aquella nota concertada un par de temporadas atrás sostenía que los planes de convivencia, matrimonio y niños quedarían para después de los 30. ¿Lo ratifica?
–Eh, no sé si lo ratificaría.

–Epa, si recién cambia de domicilio y duda, usted merece la calificación de “enamoradísima”.
–Ja ja (imposta).

–Imaginábamos su...
–Admito que estoy enamoradísima, que hoy creo en el amor para toda la vida, y que, aunque se trata de una cuestión hiper personal...

–¿Qué? Anímese.
–No hablo precisamente de mi flamante departamento.

producción: Angie Ugarte y Danny Di Luciano
asistente de fotografía: Nicolás Yutuk Mellino
peinado: Diego Janiot, para Pino Peluquerías
maquillaje: Mauricio Catarain, con productos Sisley Paris
agradecemos a Af Jeans, Koury, Muy Miuka, Ricky Sarkany,
Verónica de la Canal, Luna Garzón y La Esquina del Mueble

Porteña, sensual, simple, divina. “Puedo comentarte cosas de mí, y hasta ahí. Ya genero bastante exposición saliendo al aire de lunes a viernes. Dejá que me guarde algo”, lanza la rubia nacida en Villa Lugano.

Porteña, sensual, simple, divina. “Puedo comentarte cosas de mí, y hasta ahí. Ya genero bastante exposición saliendo al aire de lunes a viernes. Dejá que me guarde algo”, lanza la rubia nacida en Villa Lugano.

“Si leo, son libros de autoayuda, no revistas; si veo tele, son películas, no programas de chimentos; y si escucho, son compactos, no rumores radiales. Existe una gran diferencia entre lo íntimo y lo que sale a la calle”

“Si leo, son libros de autoayuda, no revistas; si veo tele, son películas, no programas de chimentos; y si escucho, son compactos, no rumores radiales. Existe una gran diferencia entre lo íntimo y lo que sale a la calle”

“Yo no tiro ceniceros pero, enojada, puedo decir cualquiera. Mi computadora no tiene Internet, y dentro de mi casa –donde no hay línea de teléfono– me paseo en pijama, pantuflas, despeinada, rea. Así soy yo”

“Yo no tiro ceniceros pero, enojada, puedo decir cualquiera. Mi computadora no tiene Internet, y dentro de mi casa –donde no hay línea de teléfono– me paseo en pijama, pantuflas, despeinada, rea. Así soy yo”

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