«Hoy no me cambio por la Andrea de hace 20 años» – GENTE Online
 

"Hoy no me cambio por la Andrea de hace 20 años"

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Tuve varios personal trainers que me empezaban a torturar para salir a correr apenas tocaban el timbre de casa -admite-. Pero una mañana, con Lucas, decidimos ir juntos al nutricionista y al gimnasio -agrega satisfecha-. Eso nos sirvió a los dos y me hizo cambiar a mí. Hoy trato de hacer ejercicios a diario. Si no, siento que me falta algo -toma aire Andrea Frigerio y ahora sí le da rienda suelta a su monólogo-. Acá en Mar del Plata cada mañana salgo a correr por el bosque y voy al gimnasio. Transpiro, subo las pulsaciones, quemo grasas y me saco el estrés. Aunque sea por un momento, olvido las cosas difíciles que le pasan al país. Antes tenía una vida más sedentaria, fumaba y no disfrutaba del perfume de los condimentos de la comida. Ahora dejé el pucho y estoy más ligada a la naturaleza, como sano y hasta me mando alguna tortita de chocolate. Aunque era más joven, hoy no me cambio por la Andrea de antes, de hace 20 años. Ya no estoy obsesionada con mi cuerpo; estoy obsesionada con tener una linda vida a los 40.

-Más allá de la fórmula elegida, su vida -y lo digo mirándola de arriba abajo- parece más que linda.
-Me encanta ser sexy, atractiva y sensual, y eso no pasa por la edad. Yo no busco ser sexy, intento ser una mujer natural. Una mujer que pone el ojo en lo físico, en lo estético y se vive produciendo, pintando o haciéndose cirugías, deja de ser sexy.

-Pero el éxito que consiguió en su carrera se lo debe a la imagen, al físico que Dios le regaló al nacer, Frigerio. ¿O no?

-Mi cuerpo me ayudó a llegar, pero nunca estuve ciento por ciento pendiente de él. No uso muchas cremas, y si me hice dos cirugías, fueron de lolas, después de dar de mamar a mis hijos. Siempre me educaron para no estar enceguecida por mi cuerpo. Aunque sé…

-Que siempre vivió de su cuerpo.
-Sí, después del secundario estudié Biología Genética, pero no terminé porque empecé a trabajar como modelo para ganar plata. Me animé porque sabía caminar bien, era elegante, tenía un estilo propio, pero no me fijaba estrictamente en lo estético. Ahora las modelos lucen un cuerpo increíble y se cuidan un toco. Antes no se mostraba tanto, se insinuaba más.

-¿Usted qué prefiere?
-Mostrar. Tiene que ver con la libertad. Que siempre me preocupé por cultivar lo interior suena a místico o espiritual, y yo jamás tuve una educación muy espiritual. Sólo me educaron para ser feliz y estar en armonía conmigo, para luego trasladarlo a los demás. Yo soy muy ingenua y a veces la gente se aprovecha. Igual, entiendo que mi mayor éxito pasa por ver bien a mi familia. Después, siento que cualquier otro fracaso puede ser menor. Los trabajos van y vienen, la familia y los amigos, perduran.

-¿Pero no le teme al fracaso profesional, a que los empresarios dejen de llamarla?
-No tengo miedo a volver a fracasar como fracasé el año pasado, porque si no apuesto, me puedo perder un éxito. Para mí los desafíos son fundamentales. Lo bueno y lo malo que me pasó me hicieron crecer. Cada paso que di fue un éxito para adentro. Por eso ahora voy a probar cómo es trabajar con mi marido. Armamos juntos ¿Creés que sos sexy?, un programa piloto para televisión.

-¿No teme cansarse de ver a su marido hasta en la sopa?
-No, igual nosotros no estamos mucho tiempo juntos. Y si me aburro, se lo digo y nos tomamos nuestros espacios. Ya transitamos 10 años juntos y por ahora nos llevamos bien. Lucas es ideal para convivir, por lo divertido. Yo necesito reírme y él hizo mucho para mejorar mi vida. Aparte, soy una mujer independiente, no me gusta que me dominen. Si bien a la larga se hace lo que él quiere, Lucas tiene la habilidad de convencerme de que se hace lo que digo yo.

-Supongamos que Lucas no escucha… ¿Alguna vez se sintió seducida por otro hombre estando casada con él?

-Nunca tuve una relación con otro hombre, pero a veces me seduce la parte artística y espontánea de algunos.

-Supongamos ahora que se mira en el espejo. ¿Qué ve?
-Sin maquillaje, siento que estoy en función de la felicidad de mis hijos. No recuerdo lo que veía antes de que ellos nacieran. Quizás antes siempre estaba maquillada y no podía verme de verdad.

-¿Nunca pensó en patear el tablero y abandonarlo todo?
-Jamás pensé en dejar a mi familia, pero a veces fantaseo con ir a comprar cigarrillos y no volver a casa. A veces me agotan las responsabilidades, pero mi familia es lo más importante que tengo.

-Hace dos años que su marido le viene insistiendo con que quiere otro hijo. ¿Qué pasa con ese tema, Andrea?
-Tuve a Tomy (19) cuando yo andaba por los 19 años, y luego de un tiempo, no bien conocí a Lucas, pensamos en encargar varios hijos. Después no se pudo por trabajo y compromisos, pero hace cuatro años llegó Fini. Con ella experimenté un embarazo lindísimo, pero el parto de urgencia por cesárea me asustó. Si tengo alguna asignatura pendiente es otro hijo. Pero antes debo vencer semejante miedo. Me cuesta bastante. Quizá debería quedarme embarazada sin proponérmelo.

-¿Va a terapia para superar ese mal trance?
-No. Quizá lo haga cuando quede embarazada. Y si no quedo, me gustaría cuidar algún chico que tuvo otra mamá. Nunca se lo dije a Lucas, pero siempre pienso en que me encantaría adoptar. Porque los chicos me producen una enorme ternura, y a mis hijos aún los sigo tratando como si fueran bebés.

Pasa el verano con su marido, Lucas, y su hija Josefina en una supercasa alquilada del barrio Los Troncos. Llegó a La Feliz para estrenar la obra Como por arte de magia en el hotel Costa Galana, donde cantó, bailó y, claro cautivó a hombres y mujeres por igual.

Pasa el verano con su marido, Lucas, y su hija Josefina en una supercasa alquilada del barrio Los Troncos. Llegó a La Feliz para estrenar la obra Como por arte de magia en el hotel Costa Galana, donde cantó, bailó y, claro cautivó a hombres y mujeres por igual.

Que siempre me preocupe por cultivar lo interior suena a místico o espiritual, y yo jamás tuve una educación muy espiritual. Sólo me educaron para ser feliz y estar en armonía conmigo, para luego trasladarlo a los demás. Yo soy muy ingenua y a veces la gente se aprovecha".">

"Que siempre me preocupe por cultivar lo interior suena a místico o espiritual, y yo jamás tuve una educación muy espiritual. Sólo me educaron para ser feliz y estar en armonía conmigo, para luego trasladarlo a los demás. Yo soy muy ingenua y a veces la gente se aprovecha".

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