El jueves 9, y con bastante frío, comenzó la XXI edición del Festival de Cine de Mar del Plata. A diferencia de otros festivales del séptimo arte del mundo, el nuestro brilló por la euforia del público con las estrellas, una blue carpet en vez de la reconocida alfombra roja, y algunos problemas de la organización.
A partir de las ocho de la noche las estrellas empezaron a colmar la larga pasarela, de a dos en dos. Entre las figuras locales, Karina Mazzocco, de largo y con pelo recogido, junto a Carolina Peleritti, fueron de las pocas que intentaron emular el glamour de los recientes premios Oscar. Sin embargo, el verdadero brillo lo dieron las stars internacionales arribadas especialmente –a pesar de los problemas de movilidad por el paro de Aerolíneas Argentinas– desde Nueva York y París.
Juliette Binoche (42) llegó el viernes 3 a Buenos Aires y se hospedó en el hotel Four Seasons junto a su novio argentino y productor cinematográfico residente en París, Santiago Amigorena. Almorzó junto a la familia de su pareja y partió rumbo al glaciar Perito Moreno, para desembarcar el jueves en la Ciudad Feliz. El contingente norteamericano –Susan Sarandon y su marido, Tim Robbins– también llegó ese día, y ocupó la suite presidencial del hotel Costa Galana. Fueron los últimos en caminar por la blue carpet, –seguidos de cerca por nuestra diva Mirtha Legrand, quien ligó aplausos compartidos– admirados por los gritos de los fans argentinos.
Cuando la sala Astor Piazzolla del teatro Auditorium estuvo colmada, comenzó la ceremonia de apertura, conducida por Adrián Suar y Cecilia Roth. El momento emotivo de la noche fue cuando toda la troupe de La historia oficial, ganadora del Oscar hace dos décadas, llenó el escenario para recibir una placa homenaje. Ricardo Darín, por su lado, y como era de esperar, mantuvo su sentido del humor intacto y se abrazó con su amigo Suar al recibir el premio Astor de Oro. La más bella fue sin duda Juliette Binoche, quien recibió un reconocimiento por su trayectoria y un mate de plata, con la firma de Pallarols.
Después le tocó el turno a Tim Robbins, tras la presentación de una Mercedes Morán emocionada. Envuelta en un vestido largo negro, hizo su aparición Graciela Borges, y con su tono de voz característico, presentó a Susan Sarandon. Lo mismo que sus pares internacionales, recibió mate y premio, pero ella, en cambio, ligó además un abrazo efusivo de parte de nuestra diva del cine. Al promediar la noche, hizo su entrada Mirtha Legrand. Luego de una larga introducción presentó a su hermano, el director José Martínez Suárez. Le entregó una distinción y además tuvo que aguantar con estoicismo un chiste sobre su edad. La ceremonia terminó con la proyección de la película de la competencia oficial, La salvaje y azul lejanía, de Werner Herzog.
El viernes fue el día de las master classes y las conferencias de prensa. A las 11 de la mañana, en el Salón Versailles del hotel Hermitage, Tim Robbins, flanqueado por dos traductoras simultáneas y Andrea Prodan, hermano del recordado Luca y amigo del actor, dio su clase de actuación y política, con su infaltable colita de caballo gris y las uñas de los dedos anulares pintadas de negro. Al momento de las preguntas, Graciela Alfano tomó el micrófono.
Después la siguió su novio, Matías Alé. Una hora después hubo cambio de figuritas y subió Sarandon. Divina con sus 59 años, la estrella –con menos paciencia que su marido– habló y habló. Y otra vez preguntó Alfano, seguida de Adriana Salgueiro, China Zorrilla y la ex diputada ahora nuevamente actriz Irma Roy. Para terminar el día, la pareja glam plantó sus manos sobre el cemento húmedo de la vereda, como en el Teatro Chino de Hollywood. Y todo adornado con cánticos del público que rodeaba el lugar, vestido sólo con sus trajes de baño de rigor, y alguna camiseta para tapar el cuerpo. A la tarde le tocó el turno a la bella francesa. Juliette Binoche juntó a la prensa especializada y encandiló a más de uno con su look color tiza. Antes de empezar, avisó a los presentes que no iba a hablar de su sexualidad. Emitió alguna risita y comenzó. Y como la pareja norteamericana, ella también puso sus manos en la entrada del Hermitage. Su novio argentino siempre se mantuvo al margen y obvió posar para la foto.
Hubo de todo en el festival marplatense. Así como las estrellas extranjeras –también el español Eduardo Noriega, quien llegó para presentar El método, de Marcelo Piñeyro– no tuvieron problema de subirse a un auto y hacer 400 kilómetros por la falta de aviones, Cecilia Roth pidió una avioneta para llegar a La Feliz junto a su asistente, peluquero y maquillador. No contenta con eso, pidió cambio de habitación en el Costa Galana.
¿Los más divertidos? Ricardo Darín y Adrián Suar, quienes no se perdieron ninguna de las fiestas durante su estadía. Carolina Peleritti le conversó tupido a Noriega, aunque no fue la única que intentó un acercamiento. Y Pablo Echarri y Nancy Dupláa también festejaron y posaron sus manitos en la vereda. Hubo mucha excitación entre el grupo de cineastas argentinos. Y aún se espera la llegada del director de culto norteamericano Abel Ferrara. Seguramente recibirá pedidos laborales de actrices de segunda línea, de esas que caminan incansables el festival. Pero lo más importante es que esta vez las tres presencias estelares fueron de Primera A. Y todos quedaron obnubilados por ellas.
La americana Sarandon y la francesa Binoche, en la blue carpet de la ceremonia de apertura. Chic decontracté.
Juliette Binoche, la más elegante del festival, apoya sus manos en la vereda del Hermitage y luego posa dentro del hotel.
Cecilia Roth y Adrián Suar, los maestros de ceremonia de la apertura.
