Durante el reportaje parecía que habían pinchado una piñata que adentro sólo tenía la palabra “top”. Repicaba y retumbaba todo el tiempo. Lo mejor eran los diversos tonos que aplicaban las chicas sobre la vapuleada palabra, sobre todo en los mediodías televisivos. Pasaban de irónicas a infantiles hasta el brujeril más brutal. Se ven muy simpáticas Jazmín de Grazia (20, tres años en las pasarelas, ex SuperModel de tevé) y Emilia Attias (17, nueva en el mundo fashion, chica del verano en GENTE), pero lo más importante es su voluntad de trabajo y la necesidad de que las cosas se repartan de manera justa y no siempre para el lado de las top. Ese es el tema, las peleas entre modelos. ¿Verdad? ¿Mentira? “Parece que sí”, dirán las dos, cómplices.
–¿Y por qué?
Jazmín: Se le da mucha importancia a algo que no lo tiene.
Emilia: Exageran lo que pasa en los backs de los desfiles. Aunque a veces pasan cosas… yo lo he visto.
–¿Entonces en el mundo de las modelos pasa lo que en cualquier lugar de trabajo?
Jazmín: Claro. En cualquier oficina hay competencia para ver quién tiene más poder. Con nosotras es peor: competencia laboral, mujeres y belleza, combinación fatal.
Emilia: En nuestro caso, lo visible es lo que juega. Cuando algunos dicen que sos más linda, las otras se ponen inseguras, vengativas, y se desquitan haciendo algo. No todas son así. Los líos también surgen porque estamos ocho horas esperando un desfile, viene una y te roba una silla, te sacan un cigarrillo o tu Coca. Pequeñas cositas que desatan bronca.
Jazmín: Contratan a una top, o lo que algunos llaman top, y llega dos horas tarde al desfile, entonces, las que llegamos en horario nos enojamos. Yo entiendo que a una top se le pague más, pero lo mínimo que pretendo es que sean profesionales.
–¿Quiénes son las top ahora?
Jazmín: Depende del desfile y de las modelos que estén. Las top van rotando. En algún desfile la top sos vos y en otros hay ocho arriba tuyo.
–La realidad es que sobre la pasarela pasan cosas. Cuenten cuáles.
Emilia: Los famosos codazos sólo se dan más entre las top. Yo no puedo hablar, soy nueva, me toca trabajar y punto. Pero veo que muchas de las que tienen un poco más de fama exigen como si fueran estrellas.
–¿Ejemplos?
Emilia: Piden que las maquillen de tal manera, o exigen tal ropa; son las top y quieren estar más visibles o más lindas.
–Jazmín, ¿vos llegaste a ligar algún codazo?
Jazmín: Una vez vino una chica que hacía poco que trabajaba y me empujó mal para meterse. “Nena, que sea la última vez que me empujás, ubicate en tu lugar”, le dije después. “Sos una b…”, me dijo. “Ubicate en tu palmera, porque yo hace tres años que trabajo; si querés mi lugar empezá a ganártelo, con codazos no vas a ningún lado”. Y no pasó de ahí.
–¿Hay muchas intrusas en el mundo de las modelos?
Emilia: Hay muchas que recién empiezan y ya quieren ser top, exigen cosas como si lo fueran.
Jazmín: Depende del desfile. Algunos son más de personajes, y en esos hay chicas que trabajaron alguna vez en algo que les dio popularidad. Pero lo que más me molesta es que hay chicas que se creen top sólo porque compartieron sábanas con algún celebrity. Yo, lo que tengo me lo gané trabajando tres años, y ellas con la acción de una noche solucionan su vida.
Emilia: Eso se ve seguido, pero las que nos ganamos un lugar sabemos que duramos si nos esforzamos en el trabajo.
–¿Influye eso de inventar escándalos?
Jazmín: Sí. Muchísima gente me vino a decir: “Tenés que armar un escándalo”. Todas quedamos como taradas por dos que se pelean de mentira para tener prensa.
–¿Ustedes se enteran cuando la pelea es armada?
Emilia: A veces nos enteramos y otras nos damos cuenta. Ganan prensa y se habla de ellas, pero no es decente.
–Parece que de modelo a vedette se pasa fácilmente, ¿no?
Jazmín: Es un tema... Si tenés oportunidad de hacer cosas como vedette, las hacés. Pero hay que diferenciar: si sos vedette, hacete cargo y decilo y no juegues a la modelo.
–¿Te molesta ese avance de las vedettes?
Jazmín: A mí no me molesta hacer una pasada con una vedette, pero que diga que es vedette, que la gente lo sepa, porque si no se crea la confusión en la que parece que todas somos todo: actrices, modelos, vedettes...
–¿Se complica para ustedes luchar contra la que llegó porque tuvo una noche gloriosa o con la otra que cierra la pasada porque es vedette...?
Emilia: Mantenerte al margen es buena cosa. Me ocupo de mí y de crecer profesionalmente.
Jazmín: A mí me divierte todo eso. Cuando me hacen una nota, me preguntan por mi trabajo y no por el tipo con el que pasé la noche, eso marca quién soy.
–¿Antes de cada desfile ya se ve venir el lío?
Jazmín: Hay desfiles que son más conflictivos que otros.
–¿Por ejemplo?
Jazmín: Los que son más mediáticos y masivos. Por ejemplo, en el de Giordano hay otro tipo de chicas.
–¿Van preparadas?
Jazmín: Tenés que mirar muy bien a tu alrededor.
–¿Qué tenés que mirar a tu alrededor?
Jazmín: Si hay vedettes, por ejemplo: cuando se ponen muy en bolas, me visto más para diferenciarme. Ya que nos ponen en el mismo desfile, yo no quiero salir al lado de ella igualada, las dos semidesnudas.
Emilia: Tenés que exigir el lugar en donde te ponen, porque hay personajes entreverados con las modelos, fijarte cómo arman las pasadas. Nunca tenés que ponerte al lado de gente que pueda perjudicar tu imagen.
–¿Quién te puede cambiar la imagen?
Emilia: Las vedettes, claro. Hacen cosas muy mediáticas porque las necesitan. Si subís a la pasarela con una de ellas, para que la pasada quede pareja, tenés que hacer un poco lo que hace ella para llamar la atención o te opacan.
–¿Pueden hablar de estos temas con los empresarios y las productoras?
Jazmín: Depende del caso. No quiero estar rodeada de chicas súper pulposas; yo no soy una vedette.
–Es medio insalubre tener que estar cuidando el zapato, la ropa y la silla para que no te los quiten.
Jazmín: A mí me pasó en el último desfile. De pronto me desaparecieron los zapatos…
–¿Descubriste quién te los había sacado?
Jazmín: No, había muchas chicas...
–¿Pero no hay alguien responsable que ponga orden y diga esto es de tal o cual, no lo toquen?
Emilia: Las productoras, pero están tapadas de trabajo.
–¿Hay alguien que pide camarines?
Jazmín: Sí, hay chicas que para algunos desfiles pidieron camarines. Me parece mal. Todas tenemos cola, lolas y lo que molesta son los hombres que están ahí sin hacer nada, mirando. ¿Por qué a mí me pueden ver las lolas y a ellas no?
–No deberían dejar entrar a extraños.
Jazmín: Muchas veces se desborda. Hay gente que viene a traer cosas –zapatos, agua, ropa– y se queda quietita en un rincón. Yo a veces voy y la saco.
–Al otro día del desfile, cuando ven en la tele las repercusiones, ¿qué dicen?
Emilia: Me causa gracia cómo exageran. No siempre pasan cosas malas.
–¿Saben cómo les dicen a ustedes?
Jazmín: ¿Quiénes?
–Las otras....
Jazmín: Me han llegado comentarios. Dicen que soy muy directa. No sé que más dirán....
–Mucamita o algo así...
Jazmín: Yo nunca oí que se lo hayan dicho a nadie...
–Todos supimos cuando se lo dijeran a alguien… ¿Hay camarillas?
Jazmín: Sí. En cualquier grupo de mujeres siempre bardean a alguna.
–¿La modelo más temida?
Emilia: Hay que cuidarse de las más zorras, las calladitas.
Jazmín: Sabés con cuales tenés onda… Y con las demás, presto atención. 
“Sólo presto atención a las chicas con las que no tengo onda”, dice la rubia. La chica del último verano recomienda: “Hay que cuidarse de las más zorras”.
Cuando te dicen que sos la mas linda, las otras chicas se ponen vengativas… cualquier cosa, aun insignificante, puede desatar broncas" (Emilia)">
"Cuando te dicen que sos la mas linda, las otras chicas se ponen vengativas… cualquier cosa, aun insignificante, puede desatar broncas" (Emilia)
