Aqué hora va a nacer mi hijo?”. Con esta pregunta-desafío hacia sus oyentes comenzó, la semana pasada, el programa radial que de lunes a viernes, de 6 a 9 de la mañana –El show de la noticia, FM 99,9– conduce Roberto Pettinato (52). Se trataba de un juego divertido y con un toque de predicción, que tuvo un resultado ahora conocido: el hijo nació a las 16:06 horas. Sólo alguien como él es capaz de desafiar a sus oyentes a que le anticiparan la hora precisa del nacimiento de su hijo. Así, el martes 8 nació Lorenzo Roberto Pettinato, con 4,160 kilos, bajo el signo de Cáncer (con ascendente en Sagitario y luna en Libra), en la habitación 1111, piso 11 de la Maternidad Suizo Argentina.
Apenas llegó el momento, Petti y su esposa, Karina El Azem (38, artista plástica, casados desde el 8 de junio de 2007), se internaron en la clínica privada. El parto fue por cesárea, y la pareja dejó la Suizo Argentina casi una semana más tarde (el lunes 14, cerca de la una y media de la tarde). “¡Estoy tan cómodo acá…! Te tratan de maravillas. ¿Por qué querría irme?”, se preguntó el ex saxofonista de Sumo y actual conductor de Duro de domar. Con la llegada de su cuarto hijo (es padre de Tamara (24), Homero (20) y Felipe (14), hijos de su primer matrimonio con una astróloga), el autor de las canciones Los viejos vinagres y Lo quiero ya vuelve a cambiar pañales y a preparar mamaderas.
–¿Por qué eligieron el nombre Lorenzo?
–Porque representa al mafioso bueno, que se salvaría en cualquier saga de El Padrino. No entraría Marlon Brando a decir: “Mataron a Lorenzo”. Lorenzo seguramente se quedará con la chica y vivirá en la Toscana viendo atardeceres y dejando atrás a La Tota (Santillán) y los alaridos de una televisión vieja.
–¿La llegada del bebé los cambia como pareja?
–Eso te lo pueden responder los pechos de mi esposa en este preciso momento. Lorenzo está feliz porque no puede creer que de un lugar así no salga plástico.
–¿Qué música elegís para él?
–Hasta los cuatro meses no habrá sonidos de televisión en casa. Escuchará fundamentalmente un solo tema de Miles Davis llamado Yesternow, que dura cerca de 25 minutos; también a (Franz Joseph) Haydn y algo de (Johannes) Brahms. Ya tendrá tiempo para el cuarteto y la bailanta.
–¿Te gustaría que fuera fanático de alguna banda?
–Como es canceriano y seguramente será muy mamero, es posible que sea fanático de los temas que silba la madre... Pero me gustaría que se dedicara a los libros y que se mantuviera alejado del rock. Un poco de reggae... tal vez. Pero que no nos pida viajar a Jamaica, es peligroso. En casa, como te imaginarás, hay música prohibida, música que enferma el discernimiento y el espíritu. Para la gente, el heavy metal es maligno. Para mí es al revés: el mal está en todo lo que te achata y te banaliza hasta convertirte en un alfajor.
–¿Si te hubieran permitido musicalizar el nacimiento, qué habrías elegido?
–Bueno, obviamente al ser cesárea hubiese puesto al cantante de un lado y a la orquesta del otro. ¡Ja! Pero sería terrible ponerle música a ese momento. Imagináte que se raya el compact y Lorenzo entra y sale ocho veces... o cuando sea grande decirle: “Bueno, hijo, queríamos que fuera un parto natural, pero al poner a Iliana Calabró saltaste por la ventana”.
–¿Qué fue lo primero que le dijiste a Karina?
–Le dije: “No te preocupes ahora... La anestesia dura un montón”.
–¿Tener ya tres hijos te preparó mejor para este nacimiento?
–No. Había olvidado todo. Sólo me acordaba de que “nunca intentes encontrar el imán de la farmacia cuando hay una urgencia”.
–¿Qué cosas repetirías y cuáles no en la educación del bebé?
–Le diría que se puede ser bueno en la vida, dar amor, recibir cariño de los demás; que no siempre la vida es un peligro constante, que también se puede ser feliz teniendo una bonita panadería. Y que hasta que cumpla los 18 años y no tenga trabajo... ¡los padres tienen toda la razón!
–Si el nene tuviera diez años, ¿qué programas de televisión no lo dejarías ver?
–Ninguno que le cree adicción. Con los míos no hay problema, porque no la crean.
–¿Te sentís un hombre realizado?
–Lo voy a sentir cuando venga el siguiente. Hay que poblar este país de gente piola, para que formen un ejército y así luchar contra los lavadores de cerebros.
–¿Qué significado tiene ser padre?
–¿Hay un significado? ¿O uno ama a la personita que tiene delante y siente lo que siente y es inexplicable? Creo que es imposible hablar de significados... salvo que trabajes en una revista que se llame algo así como Somos papis hoy.
–¿Qué imagen de vos te gustaría que tuvieran tus cuatro hijos?
–Perdón, pero mi idea es ser inmortal (risas).
–¿Qué fue lo primero que le compraste a Lorenzo?
–Un muñeco muy gracioso, que tiene tres ojos y otros tres en cada brazo; lo compré en Nueva York. ¡Es hermoso! También, un libro que tiene la piel de los animales, para que pueda tocar... Espero que la Kloosterboer no se ofenda.
–¿Acompañaste a Karina en la cesárea?
–Por supuesto... La idea no era otra. Es lo único que hacemos los maridos: agarrar la mano de tu pareja, y en mi caso hacer algunos chistes con el cirujano.
–¿Qué cosas te gustaría que Lorenzo heredara de vos, y cuáles de tu esposa?
–Mis discos, algunos saxofones, el talento artístico de mi esposa, mi forma de estacionar, algunos trajes de colores, el humor y la tolerancia a la frustración.
–¿Cómo es la habitación de Lorenzo?
–Llena de fotos que él mismo eligió (silencio). Es raro, porque son todas de Taína, la hija de Valeria Mazza. No sé cuáles son sus intenciones...
Apenas pasado el mediodía del lunes 14, Roberto, Karina y Lorenzo –con una gorra muy canchera– en las primeras fotos en la casa de Palermo.
Lorenzo nació a las 16:06 del martes 8 de julio. En su programa de radio El show de la noticia, el conductor desafió a sus oyentes a predecir la hora en que nacería su hijo.
La familia saliendo de la Maternidad: Lorenzo luce ¡un buzo antiflama! Abajo: Homero, primer hijo varón de Petti, es notero de Abran cancha, en TyC Sports. Tamara, la hija mayor de Roberto, es la productora del programa radial que conduce en La 100 (FM 99.9).
