“Hasta los 18 años no me miré al espejo” – GENTE Online
 

“Hasta los 18 años no me miré al espejo”

Actualidad
Actualidad

Las mujeres suspiran y los hombres se preguntan “¿cómo hace?”. El resumen sería más o menos así: unos 250 abdominales, 15 minutos de cinta, 80 flexiones (a veces llega a 90) y trabajo alternado de pecho-hombros-tríceps con pierna-espalda-bíceps. Para los descreídos: tampoco usa suplementos vitamínicos. Pero, sí, toma unos tres litros de agua por día, como indica toda rutina de vida sana. Christian Sancho (33, padre de Camile, de seis años, fruto de su relación con Valeria Britos) comenzó como modelo publicitario de firmas internacionales como Versace (lo descubrió Jennifer Star, una asistente de Donatella) y Calvin Klein.

Si bien dejó su Rosario natal para estudiar periodismo en Buenos Aires, su vida tomó otro camino. “Llegué con 50 pesos… y me banqué muchas prohibiciones para subsistir”, aclara. “No podía ser periodista si era tímido. Empecé teatro para desinhibirme y descubrí una vocación”, explica. Hace ya ocho años que hizo su primera participación en tevé, con Los buscas de siempre. Hasta se dio el gusto de ser estrella de la televisión mexicana, cuando protagonizó Padre Coraje para la cadena Azteca. Pero más allá de sus sueños y su carrera, Christian se ha convertido en el actor con el cuerpo más admirado –y más perfecto– de la Argentina. A nadie le puede pasar inadvertido el físico que luce –promocionando ropa interior– en los carteles que recorren la avenida 9 de Julio, la Panamericana o la General Paz.

–¿No te da un poco de “cosita” verte en calzoncillos en los afiches que están por todo Buenos Aires?
–Es raro… Ja, ja, ja. Pero bueno, es lo que hay.

–¿Te acosan mucho las mujeres?
–No es un acoso feo… Me sorprenden. Una vez me paré en un semáforo con el auto y el de al lado no paraba de tocar bocina. Cuando miré, una mujer me hizo el gesto de que bajara el vidrio. Lo hice y me gritó “¡ése es mi superhéroe!” mientras señalaba un cartel con mi foto. Admito que me puse colorado.

–¿Qué te incentiva a mantenerte en forma?
–Yo empecé a hacer deporte a los cuatro años. Comencé con natación y a los dieciocho me dediqué a la musculación. Los profesores me pedían que no hiciera pesas hasta no completar la etapa de crecimiento.

–¿Lo hiciste por necesidad física o por placer?
–Es la herencia familiar que me tocó. Mi papá fue instructor de buceo y mi hermano también. Así que todos nadamos desde muy chicos. Fue una manera de darme disciplina, fuerza de voluntad y orden. Con el deporte aprendí a ser constante y a no bajar los brazos por nada. Incluso me enseñó a elegir, porque el deporte te aleja de varias cosas. Es el método más eficaz de hacer terapia. Cuando estoy en el gimnasio me desenchufo, te cambia el día, tenés una energía extra, estás con adrenalina. No es sólo el físico, es una ayuda emocional.

–¿Te cuidás en las comidas? ¿Tenés nutricionista?
–Sí. Me enseñaron a comer y a combinar alimentos. Cuando estoy relajado como de una manera más sana, y cuando trabajo en una tira salen más los cafés con leche y medialunas. No tengo una vida ideal donde una novia o pareja me cuide.

–O sea, ¿preferís que te protejan a ser protector?
–Depende en qué. En los cuidados personales siempre me tocaron mujeres que se encargaban de comprarme cremas para la piel o el pelo. Por eso, como verás… tengo la piel seca (hace una breve pausa reflexiva). Se nota que ando solito, sin nadie que me cuide…

–¿Te permitís antojos?
–Seee… No me puedo ir a dormir sin comer algo dulce. Al mediodía no hay postre, pero a la noche es infaltable. A la tarde tomo licuados con alfajores de maicena o pasta frola, y a la noche como helado de dulce de leche y frutilla. Si es invierno, ataco las barras de chocolate. Es la mejor manera de dormir feliz. No es aconsejable para los kilitos, pero está todo bien.

–¿Qué cosas te elogian los hombres?
–Y… Caemos en los abdominales, y si no, en el torso. Cuando me ven personalmente, dicen: “Te pensaba más grandote”. Tengo un cuerpo atlético, no hinchado.

–Y las mujeres, ¿qué destacan?
–(Hace una pausa) ¿Que se pueda decir?... La sonrisa.

–En un acto de sinceridad, te cedo este espacio para confesar que con el cuerpo se gana.
–No, no es tan así.

–¿Y cómo es?
–Hay que tener inteligencia emocional. El cuerpo es un instrumento. Lo importante es la parla de cada uno.

–¿Sos muy crítico cuando te ves frente al espejo?
–No, soy muy seguro de mí mismo y de lo que hago. Hasta los 18 años no me miré en el espejo. No me interesaba. Pero conozco casos de gente que no puede dejar de mirarse, y eso es terrible. Está bien cuidarse, pero no ser un obsesivo.

–Teniendo un futuro como deportista, ¿por qué no te dedicaste a eso?
–De chico tenía esas aspiraciones: era nadador federado y había alcanzado un nivel de alta competencia. Pero haber viajado como modelo me abrió la cabeza. Y después llegó la actuación, que me sirvió como una forma de contar personajes. En enero voy a protagonizar una película de Carlos Dell’Aguila, Atrapados en el cielo, basada en la vida de Alejandro de Michele, el integrante del dúo Pastoral que murió en un accidente de auto el 20 de mayo de 1983. Y para ese rol voy a tener que cambiar mi físico.

–O sea que me vas a hacer creer que tu cuerpo es sólo una herramienta más para la actuación.
–No te hago creer nada, pero es así. Ya sea por la edad que tengo o por mi conducta de vida, me puedo dar el lujo de estar gordo sin que esto me traiga consecuencias. Eso es lo bueno de tener una genética privilegiada. Y en esto no tengo nada que ver: se lo tengo que agradecer a mis antepasados. “Los hombres me elogian los abdominales. ¿Y las mujeres?... La sonrisa. A ellas hay que demostrarles inteligencia emocional. El cuerpo es un instrumento, lo importante es la parla de cada uno”, confiesa el actor.

“Los hombres me elogian los abdominales. ¿Y las mujeres?... La sonrisa. A ellas hay que demostrarles inteligencia emocional. El cuerpo es un instrumento, lo importante es la parla de cada uno”, confiesa el actor.

Se levanta todos los días a las 8 de la mañana. Después prepara su clásico desayuno: jugo de naranjas, café y cereales. “Si estoy en el canal siempre pido un cortado y tres medialunas”, comenta.

Se levanta todos los días a las 8 de la mañana. Después prepara su clásico desayuno: jugo de naranjas, café y cereales. “Si estoy en el canal siempre pido un cortado y tres medialunas”, comenta.

A la tarde va al gimnasio y entrena con su profesor, Aldo Giménez –campeón argentino de Levantamiento de Pesas–. Ahí lo espera su rutina: unos 250 abdominales, 15 minutos de cinta, 80 flexiones y trabajo alternado de pecho-hombros-tríceps con pierna-espalda-bíceps.

A la tarde va al gimnasio y entrena con su profesor, Aldo Giménez –campeón argentino de Levantamiento de Pesas–. Ahí lo espera su rutina: unos 250 abdominales, 15 minutos de cinta, 80 flexiones y trabajo alternado de pecho-hombros-tríceps con pierna-espalda-bíceps.

Más información en Gente

 

Más Revista Gente

 

Vínculo copiado al portapapeles.

3/9

Lorem ipsum dolor sit amet, consectetur adipisicing elit.

Ant Sig