“Hace rato que maté al pirata que llevaba adentro” – GENTE Online
 

“Hace rato que maté al pirata que llevaba adentro”

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Johnny Christopher Depp (43) posee look de divo: es un excéntrico de la cabeza a los pies. Cuando llega a la suite presidencial, su metro ochenta aparece cubierto con sombrero y una remera negra ajustada, al igual que sus jeans DKNY. Sus tatuajes comienzan en los brazos y llegan hasta los dedos, y distintas clases de bandanas le cubren desde las muñecas hasta los codos. “Todo esto es de mi hija”, apunta, pacífico y feliz. Es, como muchos lo han bautizado, “el anti Tom Cruise”. Y no se trata de una pose, sino de su estampa al natural. El encuentro con GENTE se retrasa 40 minutos, porque el actor le pidió a su manager que postergara la entrevista para ver el partido entre España y Francia. Por eso llegó tarde y por eso, ahora mirando al cronista a los ojos (como lo hará durante toda la nota), sonreirá y se disculpará: “Perdón. Es que me encanta el fútbol y no me estoy perdiendo ningún partido del Mundial. ¿Tú eres de la Argentina, verdad? Es un gran equipo. Me gusta. El otro día vi un reportaje a John Travolta, y comentó que Italia y Argentina eran sus favoritos. A mí me gustan mucho Francia e Inglaterra”, lanzará y aguardará las preguntas:

–Hoy Piratas del Caribe es un éxito comprobado. Pero, ¿qué lo motivó inicialmente a aceptar el papel?
–Hace cinco años, la gente de Disney me llevó a Disneylandia para ver el juego en que está basada la película que deseaban que yo protagonizara. Fui con Vanessa (su esposa francesa) y mi hija. Observé el juego y pensé: “Esta es una película a la que mis hijos llevarán a mis nietos, y mis nietos a mis biznietos”. Entonces miré a los directivos de Disney y les disparé: “¿Quieren que haga una de piratas con espada? Cuenten conmigo”. Un acierto.

–¿Y podríamos decir que el capitán Jack Sparrow, su personaje de Piratas del Caribe 2: El cofre de la muerte, lo ayudó a parar su enojo?
–(Sonríe) Reconozco que la furia o el enojo no es tan predominante en mí hoy en día como lo fue hace diez o doce años, antes de convertirme en “Yo” (se señala con sus dos dedos pulgares), antes de mi reconstrucción personal. Aunque todavía es parte de mi genética, hace rato que maté al pirata que llevaba adentro. Interpretar diferentes personajes te da la posibilidad de calmar un poco toda esa energía. Jack me da alegría y diversión. La ropa, los tics, todo. Es irreverente, es libre.

–Disculpe el atrevimiento, pero este pirata ficticio, ¿no le salió un poco gay?
–(Carcajada) ¿Te parece? ¡Es lo que pretendía! Antes de hacer la primera parte de la saga leí un libro muy interesante, que se llamaba Sodoma y la tradición pirata. Se decía que las mujeres en los barcos traían mala suerte. De allí que a Sparrow quise hacerlo ambiguo y enigmático.

–¿Es verdad que casi todo el vestuario está inspirado en Keith Richards?
–Sí. ¿No es bárbaro? Le digo más: se está reponiendo de a poco, y para la tercera parte tendrá una aparición especial. Va a caer de un cocotero, en las islas Fiji (se ríe).

–¿Se animaría a tocar la guitarra con él?
–Sería alcanzar el cielo con las manos. Pero no podría hacerlo, a menos que me lo pidiera.

–¿Le llamó la atención haber sido nominado para el Oscar por este personaje y no por otros más comprometidos que compuso antes?
–Claro, pero los Oscar no tienen nada que ver con mis objetivos ni con mi trabajo. Por eso la primera reacción fue de negación. Aunque finalmente estuvo bien… Igual, creo que no habrá una segunda vez.

–A partir del éxito comercial que parece perseguirlo, ¿puede elegir sus trabajos?
–Desde 1990 hago las películas que quiero con los directores que quiero. Siempre fui como veneno para el box office (la taquilla) de Hollywood y siempre me salí con la mía.

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Depp nació en Kentucky y es el menor de cuatro hermanos de padres separados. Nunca quiso ser actor: su sueño era tocar la guitarra y llegar a ser como Iggy Pop. Hasta que su inseparable amigo Nicolas Cage lo llevó para el lado de Hollywood. Atrás quedaron largos años de excesos. Antes de casarse con la actriz y cantante Vanessa Paradis –con la que tuvo a Lily Rose (7) y a Jack (4)–, Depp estuvo casado con Lori Anne Allison y anduvo de romance con las actrices Sherilyn Fenn y Winona Ryder y con la modelo Kate Moss. Excesos decíamos: don Johnny se robó las portadas de los medios estadounidenses cuando produjo el incendio de un hotel neoyorquino cinco estrellas. Fue arrestado. “Aunque tal episodio fue exagerado en los medios, admito que todos pasamos o tenemos momentos de envenenamiento. Yo no era tan salvaje como se decía. Sí he tenido momentos de autodestrucción, y hoy los veo como una pérdida de tiempo”, respira el protagonista, entre otras grandes películas, de El joven manos de tijera, Blow, Ed Wood y Chocolate, que hoy divide su vida familiar entre Los Angeles y Francia.

–¿Qué ocurrió para que eso cambie?
–Mis hijos… Cuando nació Lily Rose sentí que un gran velo se corría de mi cara, que el enojo se había ido, que ya no estaba enojado con nadie. Todo era pureza. Ese ser humano que sentía que no tenía hogar y que era perseguido por los paparazzi se había esfumado. Aparte, para esa época, mi mujer ya se había convertido definitivamente en mi contención. Y eso también me permitió empezar a disfrutar más de mi profesión.

–Conocer a Marlon Brando fue seguramente un hecho importante en su carrera. Cuéntenos de esa relación.
–(Largo silencio) Uno de los pocos amigos que tuve en el ambiente, además de Nic (Cage) y Tim Burton. Cuando me llamaron para hacer Don Juan de Marco me enteré de que Marlon estaba en el elenco… ¡y no podía creerlo! Fue muy generoso conmigo. Me vi pasar por las mismas situaciones que él. Tuvimos una conexión profunda. Rara vez hablamos de cine. La mayor parte del tiempo me la pasaba sentado en sus rodillas, tomando gin.

El éxito lo persigue. Johnny (aquí, como el pirata Jack Sparrow) cobró veinte millones por las dos primeras partes de Piratas… Aparte, ya terminó el rodaje de la tercera, que contará con la presencia de su admirado stone Keith Richards, a quien le “robó” su caracterización.

El éxito lo persigue. Johnny (aquí, como el pirata Jack Sparrow) cobró veinte millones por las dos primeras partes de Piratas… Aparte, ya terminó el rodaje de la tercera, que contará con la presencia de su admirado stone Keith Richards, a quien le “robó” su caracterización.

“<i>Cuando nació mi hija Lily Rose sentí que un gran velo se corría de mi cara, que el enojo se había ido. Todo era pureza. Ese ser humano que sentía que no tenía hogar y que era perseguido por los paparazzi se había esfumado</i>”.

Cuando nació mi hija Lily Rose sentí que un gran velo se corría de mi cara, que el enojo se había ido. Todo era pureza. Ese ser humano que sentía que no tenía hogar y que era perseguido por los paparazzi se había esfumado”.

El estreno de esta producción de Disney viene batiendo récords históricos en los Estados Unidos y  presenta nuevas criaturas y aventuras. Por segunda vez en su carrera, el actor protagoniza una película que supera los 100 millones de dólares de costo. La otra había sido <i>La leyenda del jinete sin cabeza</I>.

El estreno de esta producción de Disney viene batiendo récords históricos en los Estados Unidos y presenta nuevas criaturas y aventuras. Por segunda vez en su carrera, el actor protagoniza una película que supera los 100 millones de dólares de costo. La otra había sido La leyenda del jinete sin cabeza.

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