Gustavo Conti y Ximena Capristo parecen estar atravesando el final de la turbulencia que casi le pone fin a una relación de 20 años. Si bien aún falta limar asperezas, y mucho por conversar para que no queden recelos, todo indica que están dadas las condiciones para retomar las riendas de la pareja como si nada hubiese pasado o, en contrapartida, haciendo borrón y cuenta nueva.
Hace dos meses, Capristo publicó escandalosos chats con los que intentó sacar a la luz una supuesta infidelidad de Conti. Se vivieron momentos de mucha incertidumbre. En el otro rincón, más allá de que acepta el ida y vuelta de mensajes con otra mujer, Gustavo sostiene que nunca le fue infiel y que sólo se trató de una charla subida de tono, que no pasó a mayores.
Más tranquilos, estuvieron en el living de Flor de equipo, el programa que conduce Florencia Peña por Telefe, y tocaron el tema. “¿Cómo están después de la tormenta?”, fue el disparador que lanzó la conductora y él respondió “bien”, pero ella fue más allá: “No, estamos remándola. No estamos 100 por ciento bien”, aclaró, mientras no le sacaba la vista de encima a su marido.
Acto seguido, y tal vez sintiendo que así como lo hizo su mujer, todas las miradas estaban puestas en él, aclaró: “Pará, pará... Primero quiero aclarar que no hubo infidelidad, como se dijo. No estuve con otra mujer, no pasó absolutamente nada de todo lo que se estuvo diciendo en todos lados. Me acusaron de un delito que no cometí”.
Lejos de que se terminara el tema, La Negra volvió a pedir la palabra para contar qué fue lo que la enojó. “Yo le propuse abrir la pareja y él me dijo rotundamente que no. Me hace quedar como una loca y luego aparecen mensajes con otra señorita. ¿Es infidelidad o no?”, dijo y agregó, bajándole el tono: “Yo no quería echarlo porque lo amo, pero también quería hacer mi permitido”.
Los chicos se conocieron en la segunda edición de Gran Hermano y el amor fue inmediato. Lo que comenzó puertas adentro en la casa más famosa del país, lo siguieron afuera. Con la relación afianzada tuvieron a Félix, el único hijo del matrimonio.
