“Gracias a Dios, Silvestre está mejor” – GENTE Online
 

“Gracias a Dios, Silvestre está mejor”

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Parece que la situación dramática ya pasó. Está superada. Si bien el estado de Silvestre, el bebé de ocho meses de Juana Viale (26) y Gonzalo Valenzuela (30), es delicado, todo indica que la salud del pequeño va mejorando día a día. Ya quedó atrás el susto grande que se llevó el chileno cuando llegó a la casa que ocupa junto a la modelo y actriz en el Barrio Santa María del Manquehue, en Santiago. Eran alrededor de las tres de la mañana del lunes cuando Gonzalo volvió al hogar familiar, después de celebrar en el Centro Cultural Mori –que él dirige junto a su colega, Bejamín Vicuña, pareja de Pampita– el debut de Humanos en el camino, el documental que conduce con éxito para Chilevisión, y encontró a Silvestre morado por falta de respiración. De inmediato, padre y madre trasladaron al pequeño a la Clínica Santa María del barrio de Providencia, cercana al centro de la ciudad. Silvestre presentaba serios problemas broncopulmonares y recibió atención médica inmediata por parte de cuatro especialistas. Alrededor de las nueve de la mañana pudo ser estabilizado y quedó internado en la UCI (Unidad de Cuidados Intensivos) pediátrica, con respirador artificial y un cuadro de neumonía.

Testigos cuentan que Valenzuela caminaba con preocupación, como un león enjaulado, llorando por la sala de urgencias del sanatorio, mientras desde la recepción se escuchaban los quejidos desconsolados de Silvestre, que sufría horrores por la obstrucción respiratoria que padecía. El cuadro era grave, y según los profesionales, con riesgo de vida. La preocupación de la sociedad chilena por el estado de salud del hijo del actor –que aquí es muy querido y admirado–, es grande, pero el hospital no entregó ningún tipo de parte médico, por estricto pedido de los propios Gonzalo Valenzuela y Juana Viale.

De inmediato, familiares y amigos de la pareja desfilaron por la clínica: la hermana del actor, Luz Francisca Valenzuela, la guionista Coca Gómez, la mamá de Benjamín Vicuña, Isabel Lucco, su socio del Centro Mori, Cristóbal Vial, su colega Willy Semler –con quien Gonzalo se quebró hasta las lágrimas, llorando sobre su hombro–, y por supuesto, Marcela Tinayre, su hijo Nacho, e Ignacio Viale, padre de Juanita. Marcela y Nacho regresaron el viernes por la noche a Buenos Aires. Pero el papá se quedó hasta el domingo. Digamos que a partir de ese día se notó cierta tranquilidad en la familia. Porque, al contrario de lo que había ocurrido hasta el sábado, donde tanto Juanita como Gonzalo permanecieron dentro de la clínica y sólo pudo vérselos apenas en el bar tomando un café, comiendo algo rápido, o en los pasillos del sanatorio corriendo de un lado a otro, el grupo salió a distenderse pasado el mediodía.

Manguera –como se lo conoce tanto en Argentina como en Chile– y Juana prefirieron caminar unas quince cuadras desde el sanatorio hasta el coqueto restó vegetariano El Huerto –considerado el mejor de su tipo en Santiago– en la calle Luco, pleno barrio de Providencia. De hecho, un amigo del actor llevó su moto BMW hasta el lugar. En un clima bucólico, Juana recibió en especial los mimos de su padre, que siempre tuvo una oportuna caricia para ella, y también de su pareja, por supuesto. Y hubo varias risotadas de la nieta de Mirtha Legrand, lo que indicaría el excelente estado de ánimo de todos los presentes, pero en especial de los padres de Silvestre, que no pararon de abrazarse con familiares y amigos, en un clima de absoluta intimidad. Fueron casi tres horas, que sirvieron para relajarse y descansar, quizás por primera vez, después de semejante susto. Y la despedida fue más que emotiva y cariñosa.

Juana ya demostró ser una madre coraje cuando tuvo que quedar internada en la Clínica Alemana de Santiago desde el 13 de noviembre de 2007 hasta el 23 de enero de este año, para poder dar a luz a Silvestre. Vivió un embarazo complicado, con pérdida de líquido amniótico, y el bebé nació sietemesino, con todas las dificultades que ello implica. Hoy, aquella chica rebelde de otros tiempos no para de dar pelea, luchando como una fiera por sus hijos, Ambar, ya una señorita de cinco años, y Silvestre, que al cierre de esta edición se encontraba en franca mejoría, aunque deberá continuar bajo estricto control médico unos diez días más. “La pasó muy mal. Fue muy serio lo que le ocurrió, pero hablé con Juana y me dijo: ‘Gracias a Dios, Silvestre está mejor, abuela’”, contó emocionada Mirtha Legrand, bisabuela del pequeño, en su programa del lunes. Enhorabuena.

El domingo, después de almorzar en el restó <i>El Huerto</i> en el barrio de Providencia, Juana y Gonzalo Valenzuela agradecieron el apoyo recibido de familiares y amigos, entre los que estaba Ignacio Viale (de camisa azul y anteojos), padre de la actriz.

El domingo, después de almorzar en el restó El Huerto en el barrio de Providencia, Juana y Gonzalo Valenzuela agradecieron el apoyo recibido de familiares y amigos, entre los que estaba Ignacio Viale (de camisa azul y anteojos), padre de la actriz.

<i>“Juana es luchadora, tiene calma y sabiduría”</i>, suele definir a su pareja, Gonzalo Valenzuela. Durante la internación siempre estuvieron junto a Silvestre. Sólo salieron el domingo, para pasear y comer junto a gente muy querida por ellos. A Ignacio Viale, padre de Juanita, se lo vio a los abrazos con su yerno chileno, y siempre muy cerca de su hija para lo que hiciera falta. La actriz se mostró muy cariñosa con una futura mamá del grupo.

“Juana es luchadora, tiene calma y sabiduría”, suele definir a su pareja, Gonzalo Valenzuela. Durante la internación siempre estuvieron junto a Silvestre. Sólo salieron el domingo, para pasear y comer junto a gente muy querida por ellos. A Ignacio Viale, padre de Juanita, se lo vio a los abrazos con su yerno chileno, y siempre muy cerca de su hija para lo que hiciera falta. La actriz se mostró muy cariñosa con una futura mamá del grupo.

Días antes de volar a Chile, a Juana, Gonzalo y Silvestre se los vio por Buenos Aires. Hoy el pequeño debe seguir internado en la Clínica Santa María, de Santiago.

Días antes de volar a Chile, a Juana, Gonzalo y Silvestre se los vio por Buenos Aires. Hoy el pequeño debe seguir internado en la Clínica Santa María, de Santiago.

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