“Fue una excusa más para celebrar nuestro amor” – GENTE Online
 

“Fue una excusa más para celebrar nuestro amor”

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Existe la felicidad completa? Vaya pregunta, señores. Por lo pronto, Luisana Lopilato y Michael Bublé siguen empeñados en esbozar algo parecido, una especie de recurrente celebración que los encaminó a una nueva reunión –la tercera– en la que festejaron su matrimonio. Repasemos: el 31 de marzo documentaron su amor en el Registro Civil porteño y luego ofrecieron una imponente recepción en su casa de Nordelta; dos días después, se vino la megafiesta en la estancia Villa María de Cañuelas, a puro glamour, con lo más selecto de la farándula y los paparazzi prestos a cumplir su misión. Y aunque el fin de fiesta trajo la lamentable noticia de que habían desvalijado su casa mientras bailaban al ritmo de Ricardo Montaner, nada empañó la sonrisa de los novios. Y al poco tiempo se embarcaron en su luna de miel de tres semanas, que incluyó Venecia, Milán e Israel. Felicidad completa, que le dicen. Pero, ah, faltaba un detalle, que en realidad fue más que eso. ¿Cuál? La última parada de este viaje romántico, que podría compararse con el Crazy Love Tour. De hecho, así se llama la gira que Michael empezará a cumplir desde el 1º de junio, en Texas, y que lo llevará por diferentes ciudades de los Estados Unidos. Pero su tour personal, al lado de Luisana, lo depositó en Vancouver, su ciudad natal. Allí, en una fiesta organizada por sus padres, Lewis y Amber, los novios levantaron las copas. De nuevo.

Boda a lo Hollywood.“Mi intención es que en el ambiente se respirara el clima de los viejos tiempos de Hollywood, como si se tratara de una fiesta después de los Oscar, en los años cuarenta”, declaró mamá Amber, quien verdaderamente logró su propósito. El salón del Pan Pacific Hotel de Vancouver, donde se llevó a cabo, lució impecable, con paredes decoradas con seda blanca, sofás del mismo tono y grandes espejos enmarcados. El hotel es uno de los más lujosos de la bella Vancouver y se encuentra pegado al famoso puerto, donde la vista (sobre todo la nocturna) deja plasmada la hermosura del lugar. Para decorar el salón se utilizaron 5.000 metros de tela de seda blanca y alfombras de felpa blanca, además de 25 sofás de cuero blanco y cristales Swarovski (enviados desde Los Angeles) para cubrir el techo. Hubo, además, 6.000 rosas de Ecuador, y orquídeas para terminar de darle al ambiente ese tono tan buscado. Sí, de película.

La novia soñada. “¡Se viene la segunda! Nervios. Muchos. ¡Va a salir todo increíble!”, escribió Luisana (24) en su cuenta de Twitter cuando comenzaba el gran día, viernes 20 de mayo. Y durante la jornada les iría comentando a sus fans (ya se acercan a la friolera de 700.000 seguidores en la red social) cómo transcurría la dulce espera. Ya más ducha con el inglés, contó que estaba “excited” (emocionada), que Bebe Sanders estaba a punto de peinarla, que Lyn (la misma que la maquilló para el video que filmó en Vancouver) se hizo cargo del make up y que se tomó un champagne antes de salir, para calmar los nervios. Cuando se puso el vestido escuchó a su alrededor un coro de suspiros. Estaba, vaya novedad, bellísima. “Luisana me vino a ver en febrero para pedirme que le hiciera el vestido”, cuenta Jorge Ibáñez. “Y el diseño salió muy rápido, le gustó de entrada lo que le propuse. No tenía que ser blanco, así que elegimos un color manteca, con líneas simples. Lo empezamos a hacer y se lo llevó cuando volvió de la luna de miel. Ahí se lo probó y le pareció perfecto. La verdad, lucía hermosa. Y me dijeron que se lo elogiaron bastante allá en Canadá. Como no pude ir, se acordó de llamarme. Eran las once la noche acá y me sorprendió gratamente. ‘Estoy a punto de salir a la fiesta y te quiero agradecer. Mike murió con el vestido, le encantó, lo mismo que al resto de la familia. Estamos muy felices’, me dijo. Misión cumplida, entonces”, agregó el diseñador. El vestido es de satén de seda natural, con corsage y breteles bordados en perlas y cristales (los zapatos de Lonté estaban forrados con la misma tela del vestido). Michael, mientras tanto, estuvo vestido por Hugo Boss (traje oscuro, corbata al tono).

Finger Food y hockey. ¿Qué degustaron los 350 invitados? Fueron muy celebrados los mariscos y las ricas empanadas argentinas, que le dieron el toque nacional a la velada (a Michael, además, le encantan). De lo más exótico de la noche: una modelo que llevaba un vestido de cinco metros de ancho lleno de pequeñas tartitas (conocidas como cupcakes, en el Norte), para que la gente se sirviera a gusto. Fue el propio Bublé quien les dio la bienvenida a los invitados, con un breve discurso en el tono simpático que lo caracteriza. “Gracias a todos por venir, sobre todo a quienes llegaron desde la Argentina”, señaló el cantante. El actor Diego Topa fue uno de los que hicieron el viaje hasta Canadá para no fallarle a la amiga Luisana. Inmediatamente se mostraron videos en las pantallas de TV, ubicadas estratégicamente en el salón. Allí pasaron imágenes del casamiento en la Argentina y sonaron estruendosos aplausos durante la proyección. Michael, además, pidió que se transmitiera el partido que sus amados Vancouver Canucks (el equipo de hockey sobre hielo del cual es seguidor acérrimo) jugaban contra San José Sharks. ¿Fanático, yo? No por nada, en su cuenta de Twitter, Bublé se presenta como “canadian pop singer & hockey fan”.

Hombre enamorado. “Es una mezcla de nervios y emoción”, les contaba Bublé a los periodistas locales. “Y una excusa más para celebrar nuestro amor, tomar unas copas y bailar hasta la madrugada. Además, nuestras familias se llevan muy bien entre sí, disfrutamos mucho estos momentos”, agregaba el crooner, que es la personalidad más famosa de su país. En esta ocasión, la barbita de Michael estaba más tupida que de costumbre. Hubo besos para las fotos, mucha danza hasta la madrugada, con música de todo tipo, y el epílogo de este cuento de hadas de varios capítulos y mucho futuro por delante. Eso sí: Michael no pudo disimular la mueca de fastidio cuando, desde los televisores que rodeaban el salón, supo que los Canucks acababan de perder 4-3 con San José, y las chances de ingresar a la final de la Copa se complicaron inesperadamente. Pucha, Michael, es cierto nomás: la felicidad completa no existe. A pura sonrisa, los novios celebraron en el Pan Pacific Hotel. Ella lució un vestido exclusivo de Jorge Ibáñez. El, un traje Hugo Boss. Ingresaron al salón con “All you need is love”.

A pura sonrisa, los novios celebraron en el Pan Pacific Hotel. Ella lució un vestido exclusivo de Jorge Ibáñez. El, un traje Hugo Boss. Ingresaron al salón con “All you need is love”.

Amber y Lewis, los padres de Bublé, organizaron la fiesta. Salió todo impecable.  “Me encanta que ambas familias se lleven tan bien”, comentó Michael.

Amber y Lewis, los padres de Bublé, organizaron la fiesta. Salió todo impecable. “Me encanta que ambas familias se lleven tan bien”, comentó Michael.

Burbujas en la copa de Luisana, hermosa en su vestido color manteca (incluyó detalles de perlas y cristales en los breteles y el corsage). La sonrisa de Michael lo dice todo.

Burbujas en la copa de Luisana, hermosa en su vestido color manteca (incluyó detalles de perlas y cristales en los breteles y el corsage). La sonrisa de Michael lo dice todo.

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