Alguna vez fue sólo sexo, drogas, rock & roll, amor libre, patear el tablero sobre trescientas mil cosas que estaban mal y gritarle a la sociedad ciertas cosas que nadie quería oír. Pero esta tarde, la tarde del domingo 7/7/07, la consigna tuvo otro objetivo: apuntó a generar conciencia en el mundo sobre las consecuencias del calentamiento global. De madrugada, de mañana, de tardecita, de noche, en Nueva York, en Londres, en Shanghai, en Washington, en Tokio, en Río de Janeiro, en Sydney, en Johannesburgo o en Hamburgo, no importaba dónde, sino cómo.
Porque en cada una de esas ciudades hubo un escenario y una superestrella entregando sus hits y su arte al servicio del medio ambiente. The Police, en Nueva York; Génesis–sin Peter Gabriel pero con Phil Collins, los Beastie Boys y Madonna– en Londres; Lenny Kravitz y Xuxa, la reina de los bajitos, en Río; UB40, en Johannesburgo; Shakira, la presencia más fuerte del mundo latino, en Hamburgo. Y con ella, nada menos que nuestro Gustavo Cerati con su guitarra Gibson, su voz y un traje celeste para el tema Día especial…
“¡Ahora me gustaría presentarles a un gran amigo mío: el líder de una de mis bandas favoritas del mundo, Soda Stéreo! ¡¡Damas y caballeros, Gustavo Ceratiii!!”, anunció la colombiana, y el músico salió a escena. Aplausos del público. Saludos mutuos. A tocar. También a disfrutar, claro, porque he ahí uno de los grandes momentos del show de Shakira en el AOL Arena de Hamburgo. “Ya habíamos trabajado juntos en un estudio, pero sentir su energía en el mismo escenario fue una gran experiencia”, señalaría Shakira un rato más tarde, después del show, ya abajo del escenario. La amistad musical nació a fines de 2004, cuando ella lo invitó a participar de su disco Fijación oral. Gustavo, caballero, aceptó.
Le coprodujo un par de temas y compusieron juntos Día especial, el que cantaron en Hamburgo. “Fue un honor compartir el escenario con… Dios. Yo aprendí mucho de Gustavo, como músico. Siempre fue uno de mis ídolos, soy su fan. Adoro su talento y me encantan todas esas caras que pone cuando toca la guitarra y canta”, agregó la chica de Barranquilla. Luego habló del Live Earth. “Hace falta un compromiso general de los funcionarios de cada país, de los organismos internacionales, de las empresas y de los ciudadanos comunes. Nuestra voz debe llegar más audible a los gobiernos, que son los que deben encargarse de regular los procesos industriales e incentivar a quienes corresponda para que se generen fuentes alternativas de energía y no se siga dañando el medio”, cerró.
En total fueron nueve ciudades, 150 artistas, más de 22 horas y un final con Lenny Kravitz rockeando sobre la playa de Copacabana, ante algo así como 700 mil personas. Para dar el ejemplo, Al Gore, ex vicepresidente de los Estados Unidos y actual abanderado de la causa ambiental, le habló a la multitud que llenó el estadio de los Giants, en Nueva Jersey, desde un escenario montado con neumáticos reciclados. “Hoy, dos mil millones de personas nos hemos unido, con nuestra presencia o delante del televisor, en más de 130 países de siete continentes, para exigir acciones. Por favor, firmen el compromiso Live Earth”, pidió. Después, Roger Waters desempolvó dos de sus clásicos made in Pink Floyd (Money y Another brick in the wall), con una imagen de fondo de Bush viajando en un avión con un lienzo que tenía inscripta la frase “Misión Cumplida”, tras los combates de 2003 en Irak. Y The Police hizo lo suyo con el clásico Message in a bottle. Sólo que en la oportunidad prefirió, como el rock todo, no tirar ningún mensaje al mar hablando de las catástrofes que pueden llegar a venir si no se detiene el calentamiento, sino decírselo al mundo en la cara. 
Ese es el tema que cantaron, escrito por Cerati para Shakira. Juntos conmovieron el AOL Arena de Hamburgo.
Madonna, y un muchacho musculoso, en pleno show.
Lenny Kravitz y su Gibson Les Paul cierran el Live Earth de Río de Janeiro.
