“Fue todo un desafío tocar a una mujer” – GENTE Online
 

“Fue todo un desafío tocar a una mujer”

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La estancia Santa Rita, en Lobos, era, allá por el 1800, una de las residencias de Juan Manuel de Rosas. Por estas mismas tierras deambulaba su hija dilecta, Manuelita. Hoy, más de un siglo y medio después, es Luciana Salazar quien, casi desnuda, ocupa este casco reciclado y convertido en set de filmación. Dirigida por el fotógrafo Gabriel Rocca, ella enfrenta las cámaras como protagonista de siete programas de media hora –más que sensuales, eróticos– para Playboy TV Latinoamérica. Después de una jornada donde mucha agua ha acariciado su cuerpo a flor de piel, Luciana se envuelve en una toalla blanca y ya está dispuesta a contar todo sobre esta nueva experiencia en su carrera.

–¿Qué estás haciendo en Playboy TV?
–El proyecto estaba desde principios de año, pero no se podía concretar porque yo tenía exclusividad con Marcelo Tinelli y él no quería que lo hiciera. Recién cuando finalizó mi contrato con Ideas del Sur pude retomarlo. Para mí es muy importante, primero porque es Playboy, y segundo por la llegada que tiene en Latinoamérica y Estados Unidos. Además, está involucrado Gaby Rocca, que para mí es lo más. Tiene una estética genial y yo sabía que iba a estar muy cuidada, que no iba a ser vulgar y que estaba en buenas manos.

–¿Cómo hiciste para desnudarte completamente delante de todo el mundo y no morirte de vergüenza?
–Hasta ahora, nunca había hecho un desnudo total en fotos. Creo que lo más osado fue justamente para GENTE, pero tapándome... Más de una vez me habían pedido que hiciera topless, pero yo no quise. No tanto por pudor, sino porque no me parecía la ocasión especial. Y esta vez sí me pareció una oportunidad copada.

–¿Tenías esa fantasía desde chica?
–No, de chica no. Si yo hubiera sido varón, el tipo de mujer que me habría gustado sería como Carmen Elektra, tipo chica Baywatch: linda de cara, buen cuerpo, curvas. Siempre me gustó ese estilo de mujer y, obviamente, trato de ser así. Pero no sé si tenía la fantasía de ser una chica Playboy. De hecho me lo habían propuesto hace dos años y no llegamos a un acuerdo económico. Pero esta vez cerró todo.

–Concretamente, ¿qué tenés que hacer?
–Son tomas con mucho erotismo y sensualidad. Hay desnudos, pero siempre hay algo que no muestro, algo que me guardo. No me gusta mostrarme entera.

–Y con las emociones, ¿también sos así?
–Sí, como buena escorpiana. Soy extrovertida e impulsiva para muchas cosas, pero otras me las guardo.

–En este caso, ¿tenés escenas hot con hombres, no?
–No sólo con hombres. ¡Con mujeres también! Eso fue nuevo para mí. Yo siempre decía: “Nunca en mi vida voy a estar con una mujer”. Lo decía desde el punto de vista de la sexualidad. Igual, creo que por mis hormonas toda la vida voy a ser heterosexual: me gusta el hombre. Pero bueno, fue todo un desafío tocar a una mujer. Es más, siempre pensaba: “Si me surge una ficción para hacer escenas lésbicas, ¿cómo voy a hacer?” Acá no sé qué me pasó, no sé si fue el lugar o qué, la cuestión es que no me importó estar con una chica. Ojo, fue todo muy profesional, y a la otra mujer no la vi nunca como objeto sexual… Era un trabajo. Y creo que nos salió muy bien. Gaby (Rocca) nos hizo sentir muy cómodas. Nos fue llevando, nos fue llevando… y lo hicimos como si nada. Seguramente me destapó algunas cosas que tenía reprimidas. No lo podía creer. Además, me divertí mucho. Hubo muy buena onda con todo el equipo. Lo pasé como nunca en mi vida. Fueron dos semanas geniales.

–¿Y si te llaman de Playboy Estados Unidos?
–Es muy probable que salga una versión en inglés del programa. Incluso ya hice las pruebas en inglés.

–Porque tu tipo da...
–La verdad, me gustaría. Trabajar en Estados Unidos es un sueño que tengo desde chica. Siempre me atrajo ese mercado. Me gusta mucho la cultura americana, la buena energía que tienen; es un país de crecimiento, muy patriótico. Hoy por hoy, en Argentina no se vive muy bien, y eso me tira un poco para abajo.

–Entonces, ¿te instalarías en Estados Unidos?
–Sí, y por ahí en Chile también. Sobre todo porque estamos muy cerca. Amo mucho ese país, y además allá tengo muchos amigos.

–Volvamos al tema Playboy. ¿Participarías de las fiestas de su famosa mansión?
–Me encantaría conocer a Hugh Heffner. Me parece un viejito divino (con todo respeto, lo digo), simpático, es lo más. Me tengo fe, ¿por qué no? Sobre todo si ellos ven este producto y les gusta. Es algo novedoso, distinto. Sin desmerecer todo lo que hice hasta ahora –porque todo tuvo su cosa divina– ésta fue la producción más grossa que tuve. Más elaborada, con más inversión y la que siento que me va a abrir más puertas afuera. Hoy por hoy siento que en poco tiempo logré muchas cosas en el país, pero este año además se me abrieron otros mercados. Ahora, por ejemplo, tengo un desfile en Ecuador, para el que me contrató el hijo del presidente. Salir de tu país y que te reciban tan bien afuera, es increíble. A veces no lo puedo entender.

–Y en el amor, ¿en qué andás?
–En este momento estoy muy enamorada de mi trabajo. Sí reconozco que me gusta tener un compañero que esté en la misma que yo. Salir sin ninguna formalidad ni compromiso, y cuando queremos nos vemos y si no, no. Pero hoy estoy abocada a lo que hago. En general, los chicos de los que te enamorás de verdad te suelen decir que largues todo. Yo reconozco que es difícil, pero tienen que tener personalidad, ser muy seguros de sí mismos, conocerme y saber que soy una chica super confiable. Si hoy alguien me pide que deje la carrera, perdió. Porque lo que hago me gusta y me da placer.

–Por ahí había un cantante brasileño y un príncipe europeo, ¿no?
–Bueno, son amigos. A los dos los conocí en Punta del Este. Tal vez me reencuentre con el brasileño este verano, pero el príncipe es su mejor amigo (risas). Calculo que también lo voy a ver a fines de diciembre. No sé… Vamos a ver.

–¿Te operaste algo para el programa?
–No, para el programa no. Sí me tuve que hacer las lolas de vuelta, porque me golpée una y se me hinchó. Me parece que fue en un desfile en Paraguay. El médico me dijo que tenía un hematoma interno. Y ya que me tenían que abrir, aproveché para retocarme un par de cositas que podían quedar mejor. Después tuve otro problemita porque no cicatrizó bien, así que tuve que estar un mes más para que me retocaran la cicatriz. Pero ahora estoy bien. El tamaño es el mismo, pero tal vez parecen más naturales.

–Insisto con algo que ya te pregunté a principios de año: ¿qué te hiciste en la cara?
–¡Ay, todos me dicen lo mismo! Me preguntan si me hice botox… ¿o qué? Nada que ver: no me operé la cara. Lo más gracioso es que lo que sí me hice, y reconozco que me cambió mucho la mirada, es una dermopigmentación en las cejas: es como que te dibujes las cejas y la mirada. Eso te cambia mucho. Sí, soy una fanática de los cuidados de la piel. Mi esteticista me pone mucho ADN, una sustancia nueva que te deja la piel divina, o me hago mesoterapia, o peelings con punta de diamantes que te dejan un brillo increíble en la piel. Soy fanática de eso. Trato de verme más linda todos los días. Tampoco nadie cree que mi cola es mía. Para mí las colas hechas no quedan bien. Se nota. Por más que vos digas, no te creen.

–¿Será que se mueren de envidia?
–No sé ni me importa. Que piensen lo que quieran.

Luciana Salazar al desnudo, en la estancia Santa Rita, ex residencia de Juan Manuel de Rosas. Allí se filmaron los siete episodios para <i>Playboy TV</i>.

Luciana Salazar al desnudo, en la estancia Santa Rita, ex residencia de Juan Manuel de Rosas. Allí se filmaron los siete episodios para Playboy TV.

“<i>Me habían pedido que hiciera topless, pero no quise. No tanto por pudor, sino porque estaba esperando la ocasión especial</i>”

Me habían pedido que hiciera topless, pero no quise. No tanto por pudor, sino porque estaba esperando la ocasión especial

“<i>Reconozco que me gusta tener un compañero que esté en la misma que yo. Salir sin ninguna formalidad ni compromiso, y cuando queremos nos vemos y si no, no</i>”

Reconozco que me gusta tener un compañero que esté en la misma que yo. Salir sin ninguna formalidad ni compromiso, y cuando queremos nos vemos y si no, no

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