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Festejo por partida doble

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Los que alguna vez estuvieron en las míticas noches del Café Einstein, allá por mediados de los 80, verán pasar su vida por delante como un flash ante esta noticia. Los más jóvenes, que siguen a Divididos “a todas partes”, confirmarán –otra vez– que al líder de la banda le sobra energía para ser el alma de la aplanadora del rock. Feliz al lado de su mujer, Natalia Oreiro (30), y con muchos proyectos en su mente y su corazón, el viernes 17 Ricardo Mollo cumplió 50 muy bien llevados años (se hizo vegetariano, bajó 30 kilos, practica yoga y se volvió fanático de la vida sana) y los festejó en su quinta de Parque Leloir.
Desde temprano –y de muy buen humor–, él recibió regalos y saludos de sus fans en la casona de Palermo Viejo de su mujer (Nati se la compró a la actriz Julia Von Grolman cuando se separó de Echarri a mediados de 2000). Natalia, como buena esposa, hizo personalmente las compras para el festejo y se ocupó de los preparativos. En la quinta La Calandria, ubicada en el oeste rockero y que la banda usa como sala de ensayo y estudio, a la tarde ya estaba todo dispuesto para la gran fiesta. Hacia allí partieron los Mollo a pleno y, en una carpa blanca montada especialmente en el jardín, ante la presencia de su familia y amigos, el líder de Divididos sopló las 50 velitas.

Tras la celebración, Ricardo y Natalia escaparon a un destino secreto. “Fueron a un lugar mágico para ellos, en la Argentina”, le dijo a GENTE un allegado. “Ricardo ama nuestro país de norte a sur y de este a oeste”, siguió. Hace siete años, Divididos decidió ser parte del Festival de la Pachamama, en Tilcara, Jujuy. Desde entonces adoptó a esa provincia como su segundo lugar en el mundo, estrechando lazos con Ricardo Vilca –el folclorista humahuaqueño que murió hace dos meses–, autor del tema Guanuqueando, que la banda incluyó en su disco Vengo del placard de otro. En homenaje a Vilca, Mollo acaba de grabar la canción Nada tengo, junto a un trío jujeño.

Pero no todo es descanso. El cantante de Divididos ya trabaja en el nuevo –y esperado– disco de la banda. El grupo se tomó agosto y septiembre para avanzar en la composición de algunas canciones. “Creo que este año vamos a estar arrimando una buena parte, para comenzar a grabar en enero”, dijo Mollo hace pocos días, en declaraciones al programa Falso impostor, de la radio Rock&Pop. Mientras tanto, preparan el show que darán el próximo 8 de septiembre en el Teatro de Verano, en Montevideo, Uruguay, la tierra de Natalia.

LOVE STORY. Como si se tratara de una casualidad del destino, la vida sentimental de la pareja está ligada al 17 de agosto. Porque el 17 de agosto, además de festejar el cincuentenario del músico, también celebraron que, ese mismo día, se cumplieron siete años de su primera salida. En el año 2000, luego de que fueran presentados en su oficina por José Adolfo Verde (Afo para los amigos, director artístico de la compañía BMG, que produjo tanto a Natalia como a la Divididos), Mollo invitó a Natalia a su cumpleaños número 43 en El Marquee, un boliche de Villa Crespo donde esa noche tocaba La Renga: “Gracias por venir”, le dijo él. “Gracias por invitarme”, retrucó ella. Unos días más tarde, la actriz terminaría su noviazgo de seis años con Pablo Echarri y volvería a coincidir con Mollo en Londres y Ushuaia. A los pocos meses admitieron públicamente su relación: “Sí, estoy muy enamorada de Ricardo”, dijo ella. “Estoy de novio con Natalia”, confesó él.

El noviazgo duró poco más de un año, hasta que el 31 de diciembre de 2001, a bordo de un barco en el Atlántico, cerca de la isla Fernando de Noronha –a 340 kilómetros de la costa de Brasil– contrajeron matrimonio durante una ceremonia secreta. “Queremos ser felices para siempre”, confesaron a dúo. En ese paraíso de los ecologistas, ella (amante de lo natural, anda en bicicleta, no usa celular ni tiene manager) y él (alejado de los excesos del rock), sin contárselo a nadie, dieron el “sí”.

Los íntimos aseguran que una de las cosas que más lo seducen a Ricardo es poder tener un hijo con Natalia. “Sueña con levantarse un día y que ella le diga que está embarazada”, afirman los amigos que más conocen al músico. Ricardo ya tiene dos hijas: Martina (24) y Azul (18), de su primera mujer, Gabriela.

Hoy, mientras disfrutan de su viaje, esas dos décadas que los separan ya no se notan: “Ni él es tan tranquilo ni yo soy tan polvorita”, confiesa la mujer que transita el mundo a pura belleza y seducción, y que encontró, al lado del “hombre más hermoso de la Tierra”–según sus propias palabras–, madurez y serenidad.

A pesar de las dos décadas que los separan, Natalia y Ricardo le hacen honor al tango Volver, de Gardel y Le Pera. Cada día que pasa están más enamorados.

A pesar de las dos décadas que los separan, Natalia y Ricardo le hacen honor al tango Volver, de Gardel y Le Pera. Cada día que pasa están más enamorados.

Por la mañana, Ricardo recibió en su casa de Palermo la visita de sus fans, quienes aprovecharon para sacarse fotos y pedirle autógrafos.

Por la mañana, Ricardo recibió en su casa de Palermo la visita de sus fans, quienes aprovecharon para sacarse fotos y pedirle autógrafos.

Por la tarde, Natalia se ocupó de los preparativos y compró cotillón a dos cuadras de su casa.

Por la tarde, Natalia se ocupó de los preparativos y compró cotillón a dos cuadras de su casa.

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