Felipe de Edimburgo y la reina Isabel: cómo fue su historia de amor – GENTE Online
 

Felipe de Edimburgo y la reina Isabel: cómo fue su historia de amor

Se conocieron cuando la reina era apenas una curiosa princesa de 13 años, y fueron tan referentes en cuanto a cuentos de príncipes y princesas que tuvieron el matrimonio real más longevo de la Historia (compartieron 73 años de casados). 
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El príncipe Felipe, quien murió este viernes a los 99 años (en 62 días cumplía 100), fue el hombre más importante en la vida de la reina Isabel II de Inglaterra.

Ellos se conocieron cuando el rey Jorge VI junto a su esposa y las princesas (Isabel y Margarita) hicieron un recorrido por el barco Britannia Royal Naval College (en el que Felipe se graduaría en 1939 como el mejor cadete de su promoción) y el joven, que tenía 18 años, quedó a cargo de acompañar a las dos princesas. Según testigos, el encuentro causó una profunda impresión en Isabel, de apenas 13 años.

Muy pronto, el joven griego empezó a mostrarse como un buen prospecto y para fines de 1942 era un prominente teniente de la Marina.

El romance oficial comenzó con un intercambio de cartas y continuó con invitaciones a compartir tiempo con la Familia Real. Fue después de una de esas visitas, en la que Isabel puso en su tocador una foto de Felipe vestido con su uniforme naval. Un claro gesto de que la relación iba a llegar a buen puerto.

Según Marion Crawford, la institutriz de la princesa, fue la apariencia "vikinga" de Felipe –pelo rubio y ojos azules– lo que atrajo a Isabel. Y en el verano de 1946, el marino a quienes muchos describían como "rudo y maleducado", le pidió oficialmente al rey la mano de Isabel.

La boda –que se celebró después de que él cambió su apellido, renunció a su título griego y se hizo ciudadano británico– fue el 20 de noviembre de 1947 en la Abadía de Westminster y el entonces primer ministro, Winston Churchill, la describió como un "destello de color" en medio de la posguerra.

Un año después, en 1948, nació su hijo mayor, el príncipe Carlos, en 1950 llegó la princesa Ana, en 1960 el príncipe Andrés, y en 1964 su cuarto hijo: Eduardo.

En 1952, cuando la pareja emprendió un inolvidable viaje por África que originalmente harían el rey y la reina, llegó desde Inglaterra la noticia de que el rey había fallecido por una trombosis coronaria y Felipe fue el encargado de decirle a Isabel que su padre había muerto y ella era la nueva monarca.

Durante los primeros años del reinado de Isabel, Felipe canalizó parte de sus energías manteniendo una intensa vida social y perdió la batalla por imponer qué apellido llevarían sus hijos: él quería que fuese Mountbatten, pero la reina eligió Windsor. "Soy el único hombre en este país que no puede darle a sus hijos su nombre", dicen que se quejó con sus amigos el hombre que, en privado, a la reina la llamaba "Lilibet", "querida" o "salchicha".

Viajaron juntos por todo el mundo, y el Buckingham Palace calculó que, desde 1952, el príncipe atendió 22.219 compromisos. Pero su mayor logro fue, sin duda, la constancia de su apoyo a la reina. Él creía que su trabajo era, como le dijo a su biógrafo, "asegurar que la reina pudiera reinar".

Fue su mujer, Isabel II, quien en el aniversario de bodas de oro de la pareja dijo: "Felipe es alguien que no se toma fácilmente los cumplidos, pero simplemente ha sido mi fortaleza y se ha quedado todos estos años. Yo, su familia y este y muchos otros países le debemos mucho más de lo que él admitiría y de lo que nunca sabremos".

Fotos: Instagram @theroyalfamily.

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