Sonrientes, para no decir felices. Porque eso lo dijeron ellos: “Jamaica no problem. La pasamos genial. Fue muy divertido. Hicimos un montón de excursiones y después nos quedamos tres días en Miami para hacer compras. ¡No podíamos volver sin regalos para los chicos! Estamos muy, pero muy felices”. Palabras de Nancy Dupláa, así de textual…
Eran las once de la mañana del miércoles 28 de febrero cuando los recién casados llegaron de su luna de miel (quince días en un exclusivísimo resort de Jamaica). La vuelta, en un vuelo de American Airlines proveniente de Miami, dejó bien en claro cuánto pensaron en los chicos estando tan lejos de casa: partieron con cuatro valijas, pero regresaron con siete. “Extrañamos mucho el rol de mamá y papá. Es más, no vemos la hora de pegarles un buen abrazo y un fuerte beso”, terminó confesando Pablo Echarri antes de subir al auto de su papá, Antonio, que los fue a buscar a Ezeiza para llevarlos en un viaje terrestre (pero sin escalas) hasta la casona de Colegiales, donde los aguardaban (ansiosísimos) Luca y Morena.
El reencuentro, toda una fiesta: juguetes, ropa y más juguetes para los chicos.
Enseguida, vuelta a la rutina dentro del “hogar dulce hogar”. Pidieron pizza al delivery de la zona para no cocinar, vieron películas, pasaron las fotos de la fiesta y el viaje, Pablo recibió el llamado de su manager para informarlo sobre las propuestas que tiene para este año y el próximo, Nancy regresó al gimnasio de Belgrano, preparó a los chicos para el primer día de clases, recibió la visita de su hermano Quique y el sábado también pasó (como siempre) Matías Martin para llevar a pasear a Luca.
Dicen que la exposición pública no es lo que más les gusta. Ya bastante accedieron a posar para los fotógrafos en la red carpet armada frente al Tattersall de Palermo aquel sábado 10 de febrero, día de la boda. Y no quieren más. Ahora, vuelta al perfil bajo y a la vida de hogar… Al menos hasta que un programa de televisión o alguna película los quiera de protagonistas y tengan algo nuevo para contar.
–¿Nancy, y ahora qué..?
–A ser felices y a disfrutar de la familia.
–¿Con ganas de agrandarla?
–Las ganas siempre están.
Fue la última frase de la morocha antes de cerrar la puerta. Adentro la esperaban Pablo y su mundo privado.
Volvieron el miércoles 28, llenos de valijas: partieron con cuatro, regresaron con siete. Juguetes y ropa para Luca y Morena fue lo que compraron durante los quince días que duró la luna de miel.
Luna de miel para dos y, enseguida, vuelta a la rutina dentro del “hogar dulce hogar”: el sábado, Nancy recibió la visita de su hermano Quique y Pablo despidió a Luca Martin, que se fue de paseo con su papá, Matías.
