“Estuve a punto de ver la luz…¡Pero me acordé del tarifazo y volví!” – GENTE Online
 

“Estuve a punto de ver la luz…¡Pero me acordé del tarifazo y volví!”

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De golpe, cuando estaba a punto de salir de casa para hacer el programa de televisión, comencé a sentir un fuerte dolor. Primero en los pulmones y luego en el pecho. Era como si me estuviesen clavando millones de agujas. Después parecía como si una mano me ahorcaba y no me dejaba respirar…”. Mientras Roberto Pettinato (53) hace el relato en la puerta de los estudios de FM 100 (donde conduce El show de la noticia), gesticula con las manos y sonríe. A pesar del susto que pasó el viernes 31 de julio, recuerda la anécdota vivida con su clásico toque de humor. “Yo pensé que estaba viviendo una alucinación. Como estoy trabajando en América, un canal chico, creí que no había lugar entre El Trece y Telefe. ‘¡La presión de los canales!’, pensé”.

Sin embargo, la escena de aquella tarde no fue para nada graciosa. Porque el dolor era tan fuerte que el ex Sumo cayó al piso, mientras le pedía a Karina, su esposa y madre de Lorenzo, su cuarto hijo, que llamara una ambulancia. Lo primero que se pensó fue en el tan querido y respetado corazón. Sin embargo, cuando los médicos le hicieron el primer electro en su casa, descartaron esa posibilidad. Pero, por precaución, trasladaron al conductor al Instituto Sacré Coeur. Y, luego de varios estudios, el diagnóstico fue: “Fuerte contractura y tensión cervical, acompañados de un cuadro de estrés”. ¿El remedio? Cinco días de internación, dieta estricta y a bajar un poco las revoluciones. Además de sus dos programas, el músico dirige la revista La Mano, escribe una columna semanal en el diario Clarín y está trabajando en su quinto libro. Hoy, de vuelta a su programa de radio y también a la tele, Petti habla del susto que vivió.

–¿Dudaste en internarte?
–De entrada no quería ni ir a la clínica, pero después decidimos con Karina que era lo mejor. Pero nunca pensé que me iban a dejar internado. No llevé nada. Para bañarme, le tuve que usar el shampoo a una de las enfermeras.

–¿Te dejaron por precaución?
–Sí, porque entre un estudio y otro había dos o tres días de diferencia, y me dijeron que lo mejor era quedarme ahí encerrado cinco días, en una habitación de dos por dos. Pero sirvió para tranquilizarme. ¡No vi televisión en cinco días! ¡Todo un logro!

–¿Cuál es el balance que hacés?
–Lo bueno, que no tengo nada en el corazón ni en los pulmones. Lo malo, que tengo la cervical hecha pelota y tengo que parar un poco, porque el estrés no es joda. Estuve a punto de ver la luz… ¡Pero me acordé del tarifazo y tuve miedo de que lo endosen en la factura y volví!

–¿La televisión es causante de ese cansancio físico?
–Seguro. En diciembre del año pasado le dije a Karina: “En el 2009 no voy a hacer televisión”. Había terminado con Duro de domar en El Trece y quería descansar un poco. Pero después vino Gastón y me tentó con hacer Un mundo perfecto, el programa de la medianoche que yo tanto quería.

–El rating al principio no acompañó…
–Claro. No medía lo que tenía que medir. Lo cambiamos un montón de veces. Todo eso fue muy traumático. El proyecto original se desvaneció, y eso me puso bastante nervioso. Hasta el médico me dijo: “¡A vos casi te mata el último programa!”. Pero, bueno... Sirvió para pensar un montón de cosas…

–Para darte cuenta de que no tenés que volverte tan loco con el trabajo y pensar un poco más en disfrutar a Lorenzo.
–Claro. Esa en un principio era la idea. Pero era imposible decir que no a una oferta tan grande. Este era un buen año para quedarme en casa. ¡Con Lorenzo, Karina, y la radio, hubiese estado perfecto!

–¿Ahora vas a tomarte todo de otra manera?
–Sí. Me dieron un par de pastillas que me calmaron bastante. Pero ahora el programa de tele está bien. Encima, tuve una idea revolucionaria. ¡Mandé a laburar a Guido Süller y a Jacobo Winograd!

–¿Fue idea tuya llevarlos ahí como periodistas?
–Sí. Cuando lo propuse en la mesa de producción les pregunté: “¿Si Salvador Dalí tuviera su programa de televisión en Argentina, no estarían trabajando Guido y Jacobo?”. De esta manera tengo una visión “dalineana” de todo lo que pasa en la tele. Con su clásico humor, Petti aceptó las fotos y la entrevista a la salida de su programa de radio. “El de arriba me iluminó: ¡los puse a laburar a Guido y a Jacobo”, asegura entre risas.

Con su clásico humor, Petti aceptó las fotos y la entrevista a la salida de su programa de radio. “El de arriba me iluminó: ¡los puse a laburar a Guido y a Jacobo”, asegura entre risas.

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