“Estoy tratando de salir adelante, y Débora es mi gran apoyo” – GENTE Online
 

“Estoy tratando de salir adelante, y Débora es mi gran apoyo”

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Queda la huella de una tabla en el Cerro Catedral: la que va dejando Diego Torres (39). Y otra la replica más atrás, sobre clásicos esquíes: la de Débora Bello (34), su pareja. Llegaron aquí el jueves 9 con Ricardo Darín y Florencia Bas, que cumplió años el sábado. Un happy birthday perfecto para ella, pero todavía con sombras para Diego, que vive aún el duelo por la muerte de su padre, Julio César Caccia, agosto 22, a sus 78 años. Duelo con poca tregua: siete días después, Diego volvió al escenario en Puerto Rico. “Y di todo lo que tenía... o me quedaba. Canté Tal vez, el tema que compuse para Lolita, mi madre, y se lo dediqué a él. Dije: ‘Ya sé que desde el cielo ellos me están mirando. Para vos, viejo’, y seguí adelante”.

Luego viajó a Nueva York, y el 4 de septiembre cantó en el Madison Square Garden (una Meca) ante veinte mil almas y como invitado de Ivete Sangalo, una mágica voz brasileña. “Hola @ivetesangalo qué lindo fue cantar con voce en el Madison!! Qué sucesso!! Gracias por invitarme y poder compartir con tu equipo!! abrazo”, escribió en Twitter el viernes. La misma red en la que dijo: “Gracias a todos por los mensajes. Papá descansa en PAZ después de haber sufrido mucho; el tiempo me ayudará a salir”. Y al otro día, nuevo tweet: “Hermoso día en la montaña, este lugar es un paraíso, acá la cabeza descansa y uno piensa mejor!!”. Buena señal... Y después, esta charla en el bar del hotel Pire-Hue.–¿Cómo vas llevando este momento?
–Dentro de todo, bien. Apretando los dientes y tratando de salir adelante. No me queda otra. Por suerte tengo a Débora, que es mi gran apoyo. Ella siempre está conmigo.

–¿Tu padre estaba muy presente en tu vida?
–El viejo era muy fuerte, importantísimo para mí, y una columna para toda la familia. Lo fue para Lolita, mi madre, y para Santiago, Angélica, Mariana y Marcelo, mis hermanos.

–¿Cómo era él?
–Un tipo enorme. Y para mí, un pilar, un líder. Asumir la muerte de los padres es tan terrible como inevitable: ellos se van antes, lo sabemos, y sin embargo no lo creemos hasta que sucede. Y después de ese momento, aunque uno lo supere, ya no vuelve a ser el mismo.

–¿Cómo mantenés la buena onda y tu energía positiva de siempre?
–Por suerte amo lo que hago, y puedo trabajar aunque el dolor me ahogue. La música es un gran bálsamo, y el público también, porque te compromete.

–Entre Twitter y Facebook recibiste más de setenta mil mensajes de apoyo. ¿Te ayudó un poco?
- Muchísimo... La energía que me transmite la gente es maravillosa. Pararme frente al público es algo incomparable siempre, pero en este momento mucho más.

–Subiste al escenario en Puerto Rico y Nueva York muy poco después de la muerte de tu padre. ¿Cómo fue aquello? ¿Te quebraste?
–No. Fueron dos recitales increíbles, y con un público inolvidable. Aunque por dentro siga el dolor, ese mundo te levanta y te fortalece.

–¿Cómo sigue tu cronograma?
–El 2 y el 9 de octubre en GEBA (Gimnasia y Esgrima de Buenos Aires). El 14 en el Orfeo, Córdoba. El 16 en el Hipódromo de Rosario, y después empezamos la gira por Centroamérica.

–Varios refugios...
–Es cierto. Pero si no me gustara tanto, tanto lo que hago, no serían suficientes. Sin ese fuego, sería imposible seguir adelante.

–¿Tu padre sufrió mucho?
–Estaba enfermo del corazón, pero todo fue peor después de la muerte de mi madre (Nota: Lolita Torres murió el 14 de septiembre de 2002). El la quería tanto que nunca superó su pérdida. El recuerdo y la nostalgia jamás se fueron de su vida. Pero nunca se cayó, porque era muy fuerte y necesitaba demostrarlo ante sus hijos.

–¿Y ahora?
–Ahora ese papel me toca a mí. El público seguirá a mi lado, me pedirá fotos y autógrafos, y tendré que responder como siempre. La muerte de mi padre es un drama íntimo, privado, intransferible. Se vive hacia adentro, pero no hacia afuera. Hay que desdoblarse. Y si uno es un artista popular, mucho más.

–¿El espectáculo debe seguir?
–Siempre. Es la primera y la última ley de este oficio. Cuando se apagan las luces de la sala y se encienden las del escenario, todo queda atrás. Hay que dejar el cuerpo y el alma allí arriba. Lo entendés desde el primer día en que te parás frente al público. Y si no lo entendés, es mejor que te dediques a otra cosa.

...después del dolor por la muerte de su padre. Diego y Débora en la nieve, a pleno sol. <i>“Papá fue un líder para la familia, y ahora debo asumir ese papel”</i>, dice.

...después del dolor por la muerte de su padre. Diego y Débora en la nieve, a pleno sol. “Papá fue un líder para la familia, y ahora debo asumir ese papel”, dice.

Los juegos en la nieve, la amistad y el silencio fueron un bálsamo para Diego, todavía en el largo duelo por la muerte de su padre, Julio César Caccia.

Los juegos en la nieve, la amistad y el silencio fueron un bálsamo para Diego, todavía en el largo duelo por la muerte de su padre, Julio César Caccia.

Diego y Débora son una pareja firme desde el 2004. Y hoy, tan cercana la muerte de Lole Caccia, el padre de Diego, ella es un sostén imprescindible.

Diego y Débora son una pareja firme desde el 2004. Y hoy, tan cercana la muerte de Lole Caccia, el padre de Diego, ella es un sostén imprescindible.

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