María está intentando recuperarse de las cosas que vivió, y lo está logrando paso a paso con ayuda de sus amigos y de la gente que la quiere. La terapia y volver a trabajar fueron los pilares fundamentales para que ella esté saliendo adelante”, dice una persona de su grupo íntimo.
La primera decisión que tomó María Eugenia Tobal (36) para superar la crisis fue animarse a volver al ruedo. Y no dudó ni un segundo cuando, el mes pasado, le propusieron grabar la publicidad solidaria de Ser, para apoyar a la Liga Argentina de Lucha contra el Cáncer. Estar frente a las cámaras le hizo bien. Luego, empezó a abrirse a las nuevas propuestas de trabajo. Tuvo varios ofrecimientos de televisión, pero finalmente decidió aceptar la idea de Germán Paoloski para hacer Pura química, reemplazando a Laura Azcurra –que hoy actúa en Lobo, la tira de El Trece, con Gonzalo Heredia–, porque los horarios le permitían seguir con su proyecto de teatro, que piensa concretar para mediados de año.
LO QUE PASO, PASO. “Si me vieron triste es porque lo estuve y lo estoy. Una separación no está buena”, confesó la actriz. Y después eligió el silencio. Hace tres meses y medio que Eugenia y Nicolás Cabré (32) no duermen juntos. La sorpresiva ruptura, luego de siete meses de casados y la pérdida de un bebé, la sumió en una profunda tristeza. Para colmo, tuvo que soportar los rumores de una tercera en discordia, Eugenia Suárez, compañera también del elenco de Los únicos. Algunos decían que los besos entre la China y Cabré iban más allá de lo que pedía el libreto. Nunca hubo una foto, pero en el ambiente todos hablaban del “nuevo romance” como un hecho consumado. Para ese entonces, Cabré abandonó el departamento de Palermo y se mudó a su casa en un country de Pilar. El matrimonio se había roto. Su familia la vio muy mal. Siguiendo sus consejos, se tomó un avión –en compañía de su madre– y juntas se fueron a Miami en plan de vacaciones y shopping. “La idea era que se alejara de todo, que no escuchara nada más que la pudiera afectar y que tuviera tiempo para pensar con tranquilidad”, contó un amigo. Las fotos de ella sonriente por Bal Harbour, junto a Susana Giménez y un grupo de amigas –que publicó GENTE en exclusiva–, demostraron que su familia no se había equivocado.
LUZ, CAMARA... ¡TWITTER! El lunes 27 Eugenia estaba radiante. Era su debut en Pura química y su regreso a la conducción. Ese mismo día bromeó vía Twitter con Mex Urtizberea, su compañero en ESPN, quien le dijo: “No me dejes plantado en el altar”. Ella le respondió: “¡Eso nunca, porque no podría casarme!”. Pero Mex quería tener la última palabra y le respondió: “Nos casamos vía Paraguay”. Eugenia entonces le retrucó: “¡Mejor en Las Vegas! ¿No te parece?”. Esta última broma en la red social no es sólo un chiste, sino que tiene una enorme cuota de verdad: más allá de que la actriz ya no viva con Cabré, la ley determina que para poder divorciarse deben cumplirse dos años de matrimonio, o tres años a partir de la separación de hecho. Pero las cámaras de la tevé se encendieron y Eugenia sonrió feliz. Ya en el aire, agradeció la buena onda de quienes la acompañaron en este difícil momento. Entonces Nicolás Repetto –que estaba como invitado– le preguntó directamente: “¿Qué te pasó? Contame”. Ella zafó bien: “Después les cuento... ¡Tenemos un año entero para contarlo! Pero nada muy grave...”.
A la salida del programa –todavía sintiendo la adrenalina y energía de su primer día de trabajo–, Eugenia se fue hasta el Paseo Alcorta para aplaudir el desfile de Vitamina (donde de casualidad no se cruzó con Eugenia Suárez, que también estaba mirando la nueva colección) desde la primera fila. Al día siguiente siguió su tour fashion y asistió al desfile de Wanama en La Rural. Espléndida y de buen humor, relató que se siente muy contenida por Germán y todos sus compañeros. “Estoy muy bien, tirando para adelante. Tengo que seguir y valorar a la gente que estuvo conmigo en los peores momentos. Por eso, mi familia y algunos amigos que se acercaron y estuvieron apuntalándome hoy son mi prioridad”, le confió a un íntimo. Y le aseguró convencida: “No pienso volver a caer en un pozo depresivo: estoy intentando estar mejor”.
Eugenia está tan decidida a dejar atrás las desagradables experiencias vividas que retomó sus clases de yoga –que la ayudan a relajarse– y se permite dedicar tiempo a las cosas que más le gustan: la música, la lectura y el buen cine. Para alejar los malos recuerdos, hoy no quiere hablar de la crisis con Cabré ni en su círculo íntimo. Y, obvio, mucho menos con los periodistas. Cuando le tocó enfrentar los micrófonos, puso su mejor cara y habló así:
–Defininos a Nico Cabré con una palabra...
–No, no voy a hablar de eso. Nico Cabré es mi marido y... está todo bien: no voy a hablar de él.
–Dijiste que es tu marido... ¿Pueden pelear por el amor?
–El es mi marido todavía... No voy a hablar de eso.
–Te tengo que preguntar por los rumores que vinculan a Cabré con Eugenia Suárez...
–No, no voy a hablar. Estoy acá, re contenta, retomando mi vida y tratando de salir adelante.
–¿Hay una luz al final del camino, hablando de amor?
–Siempre hay una luz. Y si no, prendela.
A pesar de la crisis que vivió en los últimos meses, con ayuda de la terapia y sus amigos está superando lo peor. La última semana volvió a frecuentar lugares públicos y a su profesión.
"Estoy muy bien, tirando para adelante. Tengo que seguir y valorar a la gente que estuvo conmigo en los peores momentos."
La semana pasada debutó por la pantalla de ESPN en Pura química, junto a Germán Paoloski, Mariano Zabaleta, José Chatruc y Mex Urtizberea, con quienes tiene muy buena onda.
