«Estoy más cerca de tocar mis hijos, Benito y Lisa, que de volver con Soda» – GENTE Online
 

"Estoy más cerca de tocar mis hijos, Benito y Lisa, que de volver con Soda"

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Se despertó al mediodía, para no perder la costumbre. Este lunes, Gustavo Cerati (47) desayunó fuerte y se encontró con su entrenador en un parque que no está dispuesto a revelar. “Mi personal trainer es el Delivery Boy de 100% Lucha. No te voy a vender que llevo una vida ascética: cuando vivo un momento intenso, como el recital del sábado, me fumo un cigarrillo… Igual, como verás, estoy tratando de salir del sedentarismo”, cuenta. Hace dos días, porque fue el sábado 10, reunió más de 150 mil personas en un recital gratuito en La Pampa y Figueroa Alcorta. “El recital más intenso que viví”, asegura el ex líder de Soda Stereo.

El hombre que hoy trata de abandonar esos típicos vicios de rockstar (“a veces, inevitablemente me desbarranco”, confiará) recuperó el status de bestia pop, aunque suene antagónico un término tan ricotero para él. Pero tanto es así, que cuando el 2006 parecía ser el año de Andrés Calamaro, apareció su Ahí vamos. Antes de salir a la venta, el disco ya se había ganado el Platino (40 mil copias) y luego se llevó el Grammy Latino al Mejor Album de Rock. También metió un hitazo, Crimen, que fue el mejor rock en castellano. “Nunca me interesó ser un músico elitista. Soda era un grupo muy popular. Y, tras la separación, tuve que dejar lo que yo había hecho. No fue algo en contra de la gente: simplemente, viví una etapa de búsqueda musical”, admite Cerati.

–¿Podías vivir sin el reconocimiento que te llegó ahora?
–Esa es una búsqueda permanente en un artista. Hoy disfruto el haber recobrado ese reconocimiento. No puedo pensar que eso atente contra mí.

–¿Por qué decís que este recital fue más intenso que el que diste en 1991 con Soda Stereo, en la 9 de Julio?
–Aquella vez había cerca de 250 mil personas, pero mi padre estaba enfermo, tenía cáncer y vivía sus últimos días. Fue una emoción muy linda para mí, un regalo para él, pero no podía estar del todo feliz. Y acá estuve feliz de principio a fin, disfrutando musicalmente, como pocas veces pasa en estos conciertos, que a veces son superados por el marco.

–¿Sentís que le das una mano a Telerman y su candidatura con un concierto auspiciado por el Gobierno de la Ciudad?
–Los artistas que participamos le dimos una mano a la idea. Pero por eso no estoy poniéndome en una situación explícita de apoyo. Cuando tocamos en la 9 de Julio gobernaba Carlos Grosso, pero lo importante era Soda, no Grosso. Está bueno que se hagan cosas así, no porque toque Cerati, sino porque engalana a Buenos Aires.

–Fueron 150 mil personas. ¿Después de Cromañón los músicos también deben pensar en la seguridad?
–En el 86 hicimos un concierto con Soda en San Nicolás y murieron cinco chicos a raíz del desprendimiento de una bandeja. Nos sentimos muy compungidos, aunque no tuvimos nada que ver, porque fue un problema de construcción. Pero en algunos aspectos, tanto grupo como manager deben hacerse cargo.

–¿Y Callejeros…?
–Son muchas las responsabilidades. Y a Callejeros algo le toca también. No conozco la interna de arreglos con Omar Chabán, pero si hay un Chabán adentro, ¿cuántos hay afuera? Lamentablemente, a veces el ser humano aprende con golpes terribles.

–Hoy es muy común que las bandas nuevas quieran meter gente hasta que el lugar explote.
–Es una barbaridad que esto ocurra, y es producto de la ambición sin límites. Todo es una cuestión de educación. Parece que todavía hay gente que disfruta de esos estados de desprotección.

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La pregunta es sólo una: ¿Cuánto hace falta para volver a reunir a Soda Stereo? Gustavo contesta: “Los millones están: hay varios empresarios dispuestos a ponerlos. Sólo faltan los tres músicos…”. Cerati por ahora toma distancia de la tendencia a los regresos de grupos como Pink Floyd y The Police. “Ellos habrán arreglado sus números y limado asperezas…”, explica y dice que hoy, junto a Richard Coleman, Fernando Samalea, Leandro Fresco y Fernando Nalé disfruta el rock como cuando era un adolescente: “Cuando Soda explotó y empezamos a tocar en todos los países viví una especie de mareo loco. Esa vorágine no me permitió disfrutar. En cambio ahora me digo: ‘Esta vez no me lo puedo perder’. Igual, uno ya aprendió a vivir con los pedidos de la vuelta de Soda…”.

–Debe ser como si te dijeran: “Che, Gustavo, ¿por qué no dejás la familia que formaste y volvés con tu ex?
–Ja, ja. Alguna vez usé esa alegoría, pero tampoco es tan así. Cuando terminé el Ultimo concierto con Soda sentía eso. Pero hoy no lo pienso así. Lo de Soda siempre está rondando, aunque por ahora no hay nada. Lo único cierto es que después de estar distanciados varios años, nos hemos juntado en algún que otro show, y las asperezas están mucho más limadas …

–Por lo visto, estás más cerca de formar una banda con tu hijo, Benito (13), que de juntarte con Zeta y Charly…
–Eso es seguro, porque ocurre todo el tiempo en mi propia casa. El está aprendiendo a tocar la guitarra y en plan de formar su primera banda. Me acompaña en todo esto, me critica, escribe… pero hay que ver si sigue ese camino. Sin dudas, tiene toda la información. Y también está Lisa (10), que toca la batería. Ya hicieron alguna versión tipo White Stripes en algún casamiento familiar…

–Al ver crecer a tus hijos, ¿te das cuenta de que tenés 47 años?
–Sí, y a veces tus ojos no son suficientes. Entonces te encontrás con un amigo que ve a tus hijos y no lo puede creer. Yo no percibo una situación de vejez, no libero mi energía en ese aspecto. Lo que me mueve en la vida tiene el mismo impulso juvenil que 20 años atrás.

–Una vez, Migue García le dijo a su padre: “¿Vos que eras un hippie querés ponerme límites?”. ¿Ya te ocurrió lo mismo?
–(Ríe) Benito ya está por entrar en la etapa en que contradice en todo a su padre. Es un momento adolescente insufrible. La figura paterna es fundamental. Uno se puede haber equivocado feo, pero igual es una forma de mostrarles a sus hijos qué cosas evitar. Seguramente, puedo transmitirles mi experiencia aun habiendo cometido errores. Pero sé que no puedo ser un ejemplo de vida para nadie, ni siquiera para ellos…

El músico juntó una multitud sobre la avenida Figueroa Alcorta. Su nuevo disco lo convirtió en el rockero de habla hispana del momento.

El músico juntó una multitud sobre la avenida Figueroa Alcorta. Su nuevo disco lo convirtió en el rockero de habla hispana del momento.

Cerati recibió a Luis Alberto Spinetta para cantar <i>Té para tres</i>, un clásico de Soda, y <i>Bajan</i>, el tema de Pescado Rabioso que incluyó en su disco Amor amarillo. “<i>A nivel artístico, es lo más grande que tiene y ha tenido el rock</i>”, dijo sobre su invitado.

Cerati recibió a Luis Alberto Spinetta para cantar Té para tres, un clásico de Soda, y Bajan, el tema de Pescado Rabioso que incluyó en su disco Amor amarillo. “A nivel artístico, es lo más grande que tiene y ha tenido el rock”, dijo sobre su invitado.

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