«Estoy felizmente soltero» – GENTE Online
 

"Estoy felizmente soltero"

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El nuevo Che trae pelo mojado, remera rock del grupo inglés The Cure y
pasaporte mexicano. El nuevo Che mamó la actuación desde la cuna, es hijo de
José Angel García y de la actriz Patricia Bernal. El nuevo Che debutó a los doce
en los estudios de Televisa, conoció la fama en el año 2000 con el film
Amores perros y se consagró en Cannes con sus dos últimas películas;
La mala educación
, de Pedro Almodóvar, donde interpreta a un travesti, y
Diarios de motocicleta
, del director brasileño Walter Salles, donde cuenta
la vida del mítico Ernesto Guevara. El nuevo Che tiene 25 años y fama de
seductor: hasta Juanita Viale y Dolores Fonzi reconocieron públicamente sus
atributos y encantos. Y hasta se dijo que tuvo un affaire con Cecilia
Roth, hecho que habría provocado la ruptura de la actriz Fito Paez. El nuevo Che
está otra vez en Buenos Aires clavándome su famosa mirada verde. El nuevo Che
tiene nombre y apellido, claro: Gael García Bernal. Y, antes de que se le haga
la primera pregunta, reconoce en voz alta: "De no haber existido el Che, yo
no sería nada. No sería nadie. Sin la revolución cubana mis padres no se
hubieran conocido. Podría afirmar que sin él yo no existiría, no habría nacido.
Y lo que es aún peor, nunca hubiera podido protagonizar su historia
".

Una historia que recorre Latinoamérica sobre la famosa Norton,
coprotagonizada por Rodrigo de la Serna, producida por Robert Redford, una
historia de lujo. Gael no viene solo: lo acompaña su jefa de prensa mexicana,
una especie de Fridita Khalo diminuta, a la que le exigió que durante su primer
día en Buenos Aires -el domingo 18- no concertara entrevistas porque quería
consagrar su tarde-noche a ver fútbol. No tuvo suerte, Gael: por tevé primero
vio la derrota de su equipo, los Pumas, contra River Plate, y luego la de la
selección de su país, goledada por Brasil en la Copa América.

Ahora, lunes, Gael camina lento porque "me estoy reponiendo de una
operación en la ingle
", cuenta antes de tomar su lugar en la silla para
seguir con la entrevista.

-Los mexicanos y los cubanos siempre tuvimos un intercambio cultural y social
muy fuerte, ¿sabías? Yo crecí rodeado de hijos de exiliados argentinos a los que
llamábamos argenmex, oíamos hablar del Che en las casas y en las
escuelas; si la Revolución Cubana estaba dentro del programa escolar. A los doce
años, seguía tan intrigado con su leyenda que empecé a leer todo lo que había
sobre él. Quería descubrir su historia y conocer las razones por las que una
vida tan congruente había quedado inconclusa…

-¿Fue mucha responsabilidad mostrarle al mundo un personaje de estas
características?

-Pues sí. Sobre todo para mí mismo. El personaje significa tanto en mi vida
que tenía que representarlo bien. Estudié mucho y por más que le dediques tiempo
a eso sólo lograrás una plataforma del 30 por ciento de lo necesario.

-¿Cómo hiciste para darte el baño de argentinidad que se necesita para
mostrar al Che en su única etapa argentina?

-Eso me tenía muy preocupado. Viví cuatro meses aquí, estudiando historia,
haciendo pesquisa, investigando. Fui a Alta Gracia, Córdoba, hablé con sus
amigos y parientes. El tenía la formación de cualquier latinoamericano
privilegiado, vivía con la misma idiosincrasia y la misma irreverencia frente al
mundo. Al final de cuentas le tenía que prestar mi voz al personaje, hasta
entonces él era un chico latinoamericano de 23 años, la edad en la que filmé
Diarios de motocicleta
. No tenía nada en especial, salvo el liderazgo
natural. Era vanguardista.

-¿Qué te pareció el Che y su relación con el amor más allá del que sentía
por su pueblo?

-El batalló siempre por sus ideas y trasladó esa pelea de poderes a su vida
personal. La lucha por la congruencia le hizo tapar su vida personal con sus
ideales. El mundo que él vivió y el actual te ponen en la obligación de tener
prioridades claras.

-Y vos, ¿qué tal con el amor y las prioridades?

-Yo estoy felizmente soltero. Conmigo es otra movida y no me quiero comparar
con el Che en ningún aspecto. En mi vida todo es muy confuso y creo que lo va a
ser durante mucho tiempo. Busco la coherencia como él, y eso me hace pensar
bastante en lo que quiero.

-Apenas tenés veinticinco años...

-Pero es que no tengo claro lo que quiero en el amor, por ahora es un buen
rock and roll.

-Chicas no te deben faltar.

-Sí, pero estaría mejor que una novia me espere seis meses en México mientras
salgo a filmar.

-Entonces, la candidata debe ser mexicana...

-Ese fue un ejemplo. Tiene que ser mujer, ese es el principal requisito...

-Hablando de sexos. ¿Cómo te sentiste travestido en el film de Almodóvar?

-De travesti, me vi parecido a mi mamá (risas). Te juro. De Che, me sentí
mucho mejor. Al menos, el personaje me calzaba cómodo.

Las chicas mueren por él, pero Gael todavía no piensa en el amor. A los 25 años, vive su propia revolución: quiere ser un actor respetable y trabaja año a año para lograrlo. Los directores más importantes ya lo tienen en la lista de sus favoritos.

Las chicas mueren por él, pero Gael todavía no piensa en el amor. A los 25 años, vive su propia revolución: quiere ser un actor respetable y trabaja año a año para lograrlo. Los directores más importantes ya lo tienen en la lista de sus favoritos.

Arriba, García Bernal (como El Che) y Rodrigo de la Serna (como Alberto Granados) en Diarios de motocicleta. Y a la derecha, los verdaderos: viernes 20 de junio de 1952, El Che y Granados en Mambo-Tango, la balsa que los leprosos les regalaron en Perú.

Arriba, García Bernal (como El Che) y Rodrigo de la Serna (como Alberto Granados) en Diarios de motocicleta. Y a la derecha, los verdaderos: viernes 20 de junio de 1952, El Che y Granados en Mambo-Tango, la balsa que los leprosos les regalaron en Perú.

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