Quién no deseó alguna vez morir al menos por un rato? El Rey lo logró. Fue un impasse silencioso. En ese tiempo, no existieron noticias, ni recitales, ni declaraciones, ni ninguna prueba de vida que comprobara lo contrario. Para todos, comenzando por los periodistas mexicanos, Luis Miguel (40) estaba muerto. Sin embargo (esta vez se necesitó un poco más de tres días), El Sol de México resucitó. “¡Estoy encantado de estar con vida!”, dijo acompañando sus primeras palabras por una sonrisa perfecta y socarrona.
¿Qué cómo fueron sus días en el cielo? Paradisíacos, como la suerte de los bienaventurados. “Estaba en el más allá… pero en las playas de Bora Bora”. Sí, la Polinesia Francesa. Probablemente hasta Dios eligiera el mismo lugar para descansar… Pero lo cierto es que el rumor no le causó ninguna gracia: “No me pareció propio ni adecuado salir a aclarar tantas versiones como lo de mi muerte, porque hubiera sido caer en el mismo juego. ¡Que lo aclaren los que lo inventaron!”. Ya no hacía falta.
Luego de la conferencia de prensa, el intérprete azteca volvió al ruedo ante las 4 mil personas que se dieron cita en el Hotel Caesars Palace de Las Vegas con el objetivo de presenciar la presentación de Labios de miel, su vigésimo primer disco. “Necesito seguir cantando porque es lo que me da energía. ¡Es como un coche que necesita gasolina! Yo necesito del aplauso y si el público me permite quiero seguirlas interpretando”. Y así fue la velada: casi dos horas seguidas de canciones y aplausos.
A las nueve y veinte del 15 de septiembre, el cantante apareció en escena junto a 14 músicos, vestido con un traje negro, camisa blanca, pañuelo amarillo, zapatos de charol, corbata negra con puntos blancos y el típico bronceado atemporal que lo caracteriza… Y entonces, el día en que su país celebraba el bicentenario de su independencia, Luismi lanzó el primer guiño para su tierra natal: “Buenas noches a todos, disfrutando de Las Vegas en nuestras Fiestas Patrias”.
Pero no fue lo único que dijo al respecto. De hecho, el homenaje nacionalista siguió de la mano de Qué bonita es mi tierra, El rey, Cielito lindo y Viva México. Además, de su nuevo repertorio (el nuevo disco ya alcanzó el Oro en ventas en Chile y Estados Unidos), entonó Mujer de fuego, Tres palabras, No existen límites, Lo que queda de mí, entre otras. Y de yapa, para los fanáticos de habla inglesa –o no necesariamente–, el Sol regaló una versión de Come fly with me a dueto con la voz de La Voz: Frank Sinatra. Pero la gira recién comienza.
En su itinerario figuran Paraguay, Argentina (se vendieron 20 mil entradas el primer día para su concierto en Vélez), Perú, España, México y Estados Unidos. Mientras tanto, sus fanáticos se conforman con verlo como pueden. Sin ir más lejos, el video de la reaparición del cantante se convirtió en el segundo video más visto en la semana que YouTube inauguró su portal en el país. Ya vendrá youtubbers… ¡paciencia! Al menos, hay algo que es seguro: a Luis Miguel, la muerte le sienta bien.
El Rey volvió a cantar. Más precisamente, en el Hotel Caesars Palace de Las Vegas.
Camisa con gemelos, traje negro a medida y la sonrisa blanca que lo caracteriza.
