“Estoy en un buen momento personal y laboral, y simplemente trato de disfrutarlo” – GENTE Online
 

“Estoy en un buen momento personal y laboral, y simplemente trato de disfrutarlo”

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Quinientas fotos y quinientas sonrisas. Ese fue el número aproximado de veces que Gonzalo Heredia (28) tuvo que posar ante la lente de cámaras fotográficas y celulares durante su fin de semana en Mendoza. Y él, contrariando cualquier pronóstico –justificado por esa pose arisca que asumen algunos actores de su generación–, no sólo accedió estoicamente a cada pedido, sino que además se mostró agradecido por las demostraciones de afecto. “Puedo entender lo que genera la televisión en cada hogar: nos lleva a los actores a un lugar de cercanía, que es lo que explica ese entusiasmo cuando la persona te encuentra por la calle”, sostiene luego de inaugurar el segundo local de Fiume –la marca que lo tiene como figura distintiva– en el Mendoza Plaza Shopping.

Pero no todo lo que esperaba a Heredia sería trabajo: el actor fue invitado especialmente por Bodega-Espacio Salentein (a 100 kilómetros de la ciudad, en el Valle de Uco) para disfrutar de un paradisíaco lugar de 2.000 hectáreas, enclavado entre los 1.050 y los 1.700 metros sobre el nivel del mar, que alberga dos bodegas de vinos bien premiados en el mundo, además del museo y restaurante Killka, una capilla y una exclusiva posada. “Hacía tiempo que no podía tomarme un descanso... Y no lo digo quejándome: me considero un afortunado”, cuenta. Sólo pide una condición: no hablar de su vida privada. Se sabe que Cecilia Roth lo acompañó en este viaje, aunque él prefiera ni siquiera comentarlo.

–El éxito viene creciendo alrededor de tu carrera profesional desde hace por lo menos cinco años. ¿Te considerás un hombre de suerte?
–Trabajo y suerte, en ese orden. Sin el primero, la segunda se queda a mitad de camino. Ayer charlaba con mi amigo Hernán Marty, además dueño de la marca a la que represento, y le comentaba que hace once años ya me pasaba horas y días enteros en Pol-ka. Ahí estaba, con mi currículum bajo el brazo. Sentía que tenía que ir, bancar, buscar con empeño una oportunidad...

–Los mismos pasillos por los que ahora pasa este muchachito que hace explotar el rating en la pantalla.
–(Sonríe) No me gusta reflexionarlo desde ahí. Tengo muy claro que el éxito es pasajero. Sí creo que fui constante con mi instinto, con las señales que me fue dando la vida y el primero en creer que, con esfuerzo, sucedería eso que tanto esperaba.

–Venís de Munro. Siempre dijiste que sos un chico de barrio que encontró al artista en el camino. ¿Recordás algunas de esas señales que te marcaron el sendero de la actuación?
–El momento más representativo fue a los 11 años, cuando vi una obra infantil en el teatro Blanca Podestá. Recuerdo perfectamente la profunda sensación de admiración, de absorber lo que pasaba en el escenario y de querer estar allí. Fue mágico. Recién cuando pasan los años, a través de las experiencias personales y de la profesión, vas descubriendo de qué se trata.

–¿Cómo viviste la nominación al Martín Fierro por tu papel en Valientes?
–Como un halago al trabajo personal y del equipo. Pero ya que preguntás, aprovecho para decir que me pareció absolutamente injusto que no nominaran a Mariano (Martínez). Creo que APTRA tuvo algo personal con él. Hablo por Luciano (Castro) y por mí, que lo veíamos quedarse hasta tarde ensayando las escenas, por el trabajo extra que implicaba la forma de ser y la manera de expresarse de Segundo, su personaje. Igualmente, estoy encantado con las premiaciones a Arnaldo André y Eleonora Wexler, absolutamente justificadas. Son unos actorazos.

–Al inicio de Valientes se comentaba que había competencia entre ustedes. Sin embargo, luego resultaron amigos. ¿Cómo consolidaron esa relación?
–Nunca existió esa lucha de egos que se quiso plantear. Tanto con Luciano, que ahora se incorpora a Malparida, como con Mariano, hemos quedado en una relación casi de hermandad. Y eso es espontáneo: lo sentís y surge naturalmente. Por eso el vínculo traspasó la pantalla.

–¿Y cuál es el secreto de este nuevo éxito que es Malparida? ¿La historia? ¿La pareja con Juanita Viale?
–Con Juana no nos conocíamos, y nos divertimos mucho. A ella la veo fantástica en el papel, y a eso se le suma lo que pasa a nivel del grupo en general. Hay un buen clima, cargado de humor. Igualmente, lo que sucede con Malparida es que la gente se está enganchando con la historia, excepcionalmente planteada por los autores, con una idea muy clara de hacia dónde va.

–¿Vos decís que la historia será coherente con su estilo hasta el final?
–Seguro. Incluso el desenlace ya está escrito, y eso es lo bueno. Aquí no habrá rellenos ni agregados para estirar: la historia es fuerte y concreta. Me siento muy a gusto. Además, tengo el placer de compartir muchas escenas con un gran actor y compañero como es Raúl Taibo. ¿Qué más puedo pedir?

–¿Cómo te resulta esto de posar y ser el modelo de una marca de indumentaria?
–Lo hago como un juego, pero no tengo el ímpetu ni la fantasía de desfilar. O sea... No me van a ver en Punta del Este en el verano, arriba de una pasarela. Si acepté es porque me gustó la onda de la marca y la energía que hay con los dueños.

–Esa intuición que te acompaña siempre.
–La misma. Creo en la intuición y en la piel que siento con las personas.

–¿Y cómo es la relación que llevás con el galán, con ese hombre deseado por las argentinas?
–Creo que se trata de un estado momentáneo, alimentado por el propio medio, pero nada permanente. Mañana esto pasa. No hay que creerse nada. Soy consciente de tener un rol que, por ejemplo en el caso de Valientes, se acercaba al del chongo en músculos. Pero fijate que después –porque además había una historia que contar– los hombres también se engancharon.

–Aclaraste que no hablás de tu vida privada, pero... ¿Me contás algo de Cecilia (Roth)?
–...

–Bueno, entonces simplemente hablame del amor. ¿Sos un hombre enamorado, un galán?
–Estoy en un buen momento personal y laboral, y trato de disfrutarlo. Así de simple. El galán de moda rodeado de los hermosos paisajes que ofrece la provincia cuyana: montañas, viñedos y sol. Relajado, se abrió a las confesiones.

El galán de moda rodeado de los hermosos paisajes que ofrece la provincia cuyana: montañas, viñedos y sol. Relajado, se abrió a las confesiones.

“Hace once años ya me pasaba horas y días enteros en Pol-ka. Ahí estaba, con mi currículum bajo el brazo. Sentía que tenía que ir, bancar, buscar con empeño una oportunidad”

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“Fui constante con mi instinto, con las señales que me fue dando la vida y el primero en creer que, con esfuerzo, sucedería eso que tanto esperaba”

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