“Estoy destruida: Santiago me arruinó la vida” – GENTE Online
 

“Estoy destruida: Santiago me arruinó la vida”

Actualidad
Actualidad

El primer encuentro fue sobre las tablas. El, más historias que Arjona, hombre de mil batallas, actor consagrado y una de las cabezas de la compañía. Ella, en cambio, está dando sus primeros pasos, lleva la piel de una veinteañera y pasea medidas contundentes. La aspirante a vedette tiene un papel chiquitito: todas las noches tiene que entregarle un sobre a Santiago Bal. La jovencita se la juega y le deja un mensaje: “Me estás empezando a gustar”. Otro: “Te quiero”. Uno más: “Te adoro”, hasta que el hombre tuvo que poner las cosas en su lugar: “A esta altura necesito estar tranquilo. Vos sos un terremoto para mí: podría ser tu padre”. Y sí, la carne es débil, y sobre el final de la temporada, Bal cayó en brazos de la rubia. ¿Los de Ayelén Paleo? No. Así empezaron su relación Carmen Barbieri (32 por aquellos años) y Santiago Bal (51, entonces) en enero de 1986. Cualquier parecido con lo que ocurrió un cuarto de siglo después... ¿es pura casualidad?

IGUAL QUE AYER. En 1986, Santiago Bal sentía que su historia con una chica veinte años menor era algo así como una relación prohibida. ¿Qué habrá pensado cuando empezó a coquetear con la pulposa Ayelén, de 21, cincuenta y cuatro menos que él?

Pero hay más similitudes. Cuando Carmen le declaró su amor, Santiago estaba en pareja: después de su relación con Silvia Pérez, el galán maduro había vuelto con su esposa, Thelma del Río. Eso sí: cuando lo pensó mejor, hizo las valijas y corrió con Carmen. Aunque antes le aclaró: “Si querés estar conmigo vas a tener que aprender a dar inyecciones”.

¿Cómo fueron las cosas? Complicadas. En los primeros dos años de relación sufrió tres operaciones: en una de ellas le extirparon el intestino grueso de punta a punta. ¿Qué hacía Carmen? Estoica a su lado, le daba inyecciones, le cocinaba y en los momentos más duros llegó a bañarlo. “Carmen es mi mujer, mi madre y mi enfermera”, agradecía él.

Si aquellos fueron años complicados, los que siguieron fueron peores. Los dos desocupados, Santiago peleando contra su salud –en el ’98 tuvo otro problema renal– y Carmen a su cuidado, hicieron gala del popular “contigo, pan y cebolla”. ¿La enseñanza? “Se puede salir de todo –dice Carmen–. De la gordura, de la miseria, de la depresión. A fines de los 90’ debía 60 mil dólares, estaba desocupada y tenía a mi marido enfermo...”.

¿EXPERTO EN PINCHAZOS? Aquello de la pobreza fue quedando atrás: en el ’98, Carmen reemplazó a Georgina Barbarossa en Movete y llegaron los éxitos: el Martín Fierro, encabezó Incomparable con Miguel Angel Cherutti, se coronó en Bailando por un sueño... y con el dinero empezaron los conflictos. Se peleó con propios y extraños: con Cherutti y Reina Reech, con Moria... Y se convirtió en Bravísima –tanto en la obra como en la vida–, protagonista absoluta de sus compañías, al punto que Santiago volvió a escribir.

“En el último tiempo noté que escribía guiones cada vez más zafados”, decía Carmen, que empezó a ver cambios: Bal coqueteaba cada vez más con las chicas de los elencos. ¿Las candidatas? Andrea Ghidone, Paola Miranda y Andrea Estévez. Ellas iban cobrando protagonismo gracias al cariño del productor y guionista. ¿Ciertas? La única descartada sería la ex de Alé. Aclaremos: hablamos de Estévez. Hasta ahí todo bien. Carmen se bancó los rumores de infidelidad y los coqueteos. Pero un día explotó la bomba. ¿Por qué? “Una cosa es la infidelidad, y otra la traición”, cuenta alguien que conoce la interna de la pareja. Al parecer, Bal se había enamorado de una chica de veinte años.

Si hubo un clic en la vida de Santiago, fue la muerte de Rolo Puente en mayo pasado. “Aquel día estaba fuera de sí. Le hablaba al cuerpo de su amigo. Le pegó el viejazo y quiso aprovechar sus últimos años”, cuenta Carmen entre los suyos.

NOS HABIAMOS AMADO TANTO. Si es cierto que el hombre tiene la edad de la mujer que ama, Santiago se buscó una de veinte, como para sentirse lo más joven posible. Ayelén Paleo es una bailarina de tango con cuerpo de vedette; además, el motivo de la última internación de Carmen Barbieri en el Sanatorio de la Trinidad, de Palermo. ¿Diagnóstico? Un pico de presión. ¿Las causas? Un mail. ¿Tenía un virus? Más o menos. Carmen leyó una de las cartas de amor que su ex le escribía a la bailarina. ¿Detalles? La invitaba a estar juntos un fin de semana y le ofrecía regalos. Se nota que de a poco Santiago fue aflojando los cuidados, porque al principio de la relación usaba a Julieta y a Mariano –hijos de matrimonios anteriores– como carteros. “Soy un idiota: no paro de soñar con vos”, escribía como un veinteañero.

Aquello ocurrió hasta que Carmen quiso sacar a la chica de la obra: “Si la borrás me llevo el libro”, la amenazó Bal. “Santiago me dijo que estaba enamorado de mí”, aceptó Ayelén, aunque después le corrió el cuerpo a la noticia: “Me están usando para separarse”. Para completarla, apareció un bailarín hambriento de figuración, Martín Whitencamp: “Ayelén decía: ‘Al viejo le va a salir caro hacerme el amor’”. ¿Qué papel juega Whitencamp en esta historia? Martín fue corrido por Bal del elenco de Bravísima y la causa habría sido un romance con Ayelén.

Carmen no tiene dudas de la historia entre Santiago y Ayelén: “Soy una cornuda”, dijo en la puerta del teatro. ¿Por qué explotó ahora y no antes, con los rumores de Estévez, Miranda y Ghidone? “Carmen encontró faltantes en la cuenta”, relatan. Primero se habló de treinta mil dólares, aunque más tarde se dijo que serían veinte mil pesos.

Otra reflexión de Barbieri: “Es increíble que a los 75 años Santiago tenga la capacidad de amar a una chica de veinte. También es doloroso: ¿sabés lo que es el cuerpo de ella al lado del mío...?”.

PAN Y CIRCO. Todo es una divina comedia, y la Barbieri es capaz de tirar las frases más crudas cinco minutos después de haber compartido el escenario junto a su ex: “Antes escribía guiones aburridos, y de repente se convirtió en un hombre alegre, divertido”. Eso abajo de las tablas. Pero ficción y realidad no tardaron en mezclarse arriba. Si no, miren los dardos que se tiraron Carmen y Santiago el viernes 9 sobre el escenario del teatro Roma de Avellaneda. Todo sea por el guión.

Periodista: Carmen, insinúan que tu marido...
–(Interrumpe) ¡No me digas que se la volteó!
Carcajadas del público, entra Santiago Bal a escena. Aplausos.
Carmen: Mirá cómo te conocieron. Pensé que ya se habían olvidado de vos.
Santiago: ¡Vos me has hecho muy popular en estos últimos días!
Carmen: Y uno te gritó “ídolo”. ¡Mirá vos! Para algunos pasaste a ser un ídolo.
Santiago: Yo te escribo cosas jóvenes, modernas, nuevas. ¿Vos viste lo que son las pendejas de ahora?
Carmen: ¿Qué son?
Santiago: Esos pechos, esas colas...
Carmen: No tengo nada que envidiarles.
Santiago: Seguro. ¡Vos tenés más de todo!
Carmen: ¡Basta, eh!
.............................................
El sábado, cuando la ex pareja repitió ese cuadro en el teatro Coliseo Podestá de La Plata, el público abucheó a Santiago Bal. Fue una pequeña victoria para Carmen, que vive sus primeros fines de semana en soledad. “No quiero que la gente me vea así, pero estoy destruida: Santiago me arruinó la vida”, alcanza apenas a decir. El sábado, Carmen, abatida, paseó con su mascota por Belgrano.

El sábado, Carmen, abatida, paseó con su mascota por Belgrano.

Este fin de semana, Carmen y Santiago se presentaron en el teatro Coliseo Podestá, de La Plata. El viernes lo habían hecho en Avellaneda. La diva, cabeza de la compañía, no paró de “chicanear” a su ex arriba y abajo del escenario: “Antes escribía guiones aburridos, y de repente se convirtió en un hombre alegre, divertido”. A fin de año el guionista se abriría de la obra.

Este fin de semana, Carmen y Santiago se presentaron en el teatro Coliseo Podestá, de La Plata. El viernes lo habían hecho en Avellaneda. La diva, cabeza de la compañía, no paró de “chicanear” a su ex arriba y abajo del escenario: “Antes escribía guiones aburridos, y de repente se convirtió en un hombre alegre, divertido”. A fin de año el guionista se abriría de la obra.

En 1986, Carmen Barbieri le declaró su amor a Santiago Bal: compartían la obra Mesa de noticias. “Si querés estar conmigo vas a tener que aprender a dar inyecciones”, le dijo el actor, que padecía un cáncer. A ella no le importó y salieron adelante. En el 90’ nació Federico, el único hijo que tuvieron en común. Santiago ya tenía a Julieta (de su relación con Silvia Pérez) y Mariano (de su primer matrimonio), que hasta fin de mes será el representante de Carmen.

En 1986, Carmen Barbieri le declaró su amor a Santiago Bal: compartían la obra Mesa de noticias. “Si querés estar conmigo vas a tener que aprender a dar inyecciones”, le dijo el actor, que padecía un cáncer. A ella no le importó y salieron adelante. En el 90’ nació Federico, el único hijo que tuvieron en común. Santiago ya tenía a Julieta (de su relación con Silvia Pérez) y Mariano (de su primer matrimonio), que hasta fin de mes será el representante de Carmen.

Más información en Gente

 

Más Revista Gente

 

Vínculo copiado al portapapeles.

3/9

Lorem ipsum dolor sit amet, consectetur adipisicing elit.

Ant Sig