Gonzalo Quesada -27 años, ex apertura de Hindú, admirador de Juan
Fernández Miranda, y símbolo actual de los Pumas - disfruta de una corta
estadía en Buenos Aires. Vino desde Francia, donde patea desde febrero
del 2000 para el Racing Club Narbonne Mediterranee, y demostró frente a
Italia que sigue siendo un jugador de exquisita calidad. Fue en la tarde del
sábado, en el estadio de Ferro. Allí, los Pumas demolieron al seleccionado de
Italia por 38-17, y luego de trece meses volvieron a disfrutar de un triunfo en
un test match. En el tercer tiempo, no fueron pocos quienes señalaron al
Gonza como el camino hacia la victoria. Sin embargo, en la charla con GENTE
ON LINE, él prefiere darle mérito al equipo.
-En Ferro jugaste medio partido y sumaste 15 puntos...
-Sabía que se me daba una oportunidad y quería aprovecharla. Desde que
quedé afuera del equipo (N de la R: esta temporada fue desplazado de la
titularidad en el seleccionado, y cedió el puesto de apertura a Felipe
Contepomi), estaba esperando una revancha, una posibilidad para recuperar mi
puesto. Tanto contra los All Blacks maoríes como contra Italia A
había quedado conforme con mi desempeño, aunque sabía que de todos modos no
era suficiente.
-Dio la impresión de que tu ingreso levantó el nivel de juego del equipo.
-Sí, pero esas son sólo circunstancias. Mucha gente dijo eso, pero
creo que la levantada se dio a nivel equipo. Argentina desgastó al equipo
italiano durante la primera media hora y eso seguramente generó los espacios
que se encontraron en el segundo tiempo. Sin analizarlo demasiado, yo estoy
contento porque me tocó jugar, porque quedé satisfecho con mi actuación, y
porque el equipo jugó bien y ganó.
-Hicieron cuatro tries y elaboraron otras tantas jugadas que
merecieron terminar en el in-goal. Además se los notó firmes en
defensa. ¿Les faltó algo?
-Siempre falta algo. Pero en el balance final, lo más importante fue el
trabajo en defensa. Habíamos salido a la cancha con el objetivo de mantener el
orden y llevar a cabo un sistema defensivo que venimos practicando desde hace un
tiempo. Y en ambos sentidos se anduvo bien.
-Me dijiste que siempre falta algo ¿Qué fue en este caso?
-Faltó mantener un mismo nivel durante los 80 minutos. Tuvimos lagunas
en las que dejamos crecer al rival. Perdimos la pelota en numerosas ocasiones
con knock-on u otorgando penales tontos.
-¿Cuánto les sirve este triunfo?
-Y... nos sirve para levantar el ánimo. Porque además de ganar, jugamos bien. Este año lo empezamos con el
Panamericano, que se ganó, pero sin conseguir el nivel de juego que
esperábamos. Luego le siguió la gira por Nueva Zelanda, donde sólo
funcionamos por momentos y no en todos los partidos -tal vez en el primero y el
último, nada más-. El equipo se debía tener una buena actuación,
regalarse a sí mismo un buen partido de rugby. Además, fue una victoria para los hinchas.
Porque desde el mundial la gente está muy identificada y nos viene bancando,
siguiendo y apoyando a full. Era importante ganar y jugar bien, para
retribuir un poco todo eso que nos brindan desde las tribunas.
-Donde esta vez había 18.500 personas.
-Sí. Fue impresionante. A pesar de que nos imaginábamos una gran
convocatoria, el clima nos sorprendió. Fue bárbaro. Lo mismo ocurrió en Salta
cuando jugamos con Argentina A. Allí también el público nos colmó de
afecto.
Afectos. Una palabra más que importante para alguien que está lejos
de ellos. Hoy Gonzalo vive en Narbonne, al sur de Francia. Hasta allí lo
llevó su excelente desempeño en el Mundial Gales 1999, donde sus
conversiones como apertura de los Pumas le abrieron las puertas hacia el
profesionalismo, y le llegó una propuesta para ir a jugar al exigente rugby
francés, donde defiende los colores del equipo local, el Racing Club
Narbonne Mediterranee.
-¿Cuánto cambió tu vida desde que te fuiste a jugar a Francia?
-Acá tenía toda una vida más allá del rugby. En un tiempo, el
complemento era el estudio (N de la R: se recibió de Licenciado en
Administración de Empresas), más tarde, lo fue el trabajo. Allá es
diferente, tengo mucho tiempo para dedicarme de lleno a jugar, es una liga muy
competitiva y te exige constantemente.
-¿Te adaptaste rápido al nuevo lugar, al nuevo ritmo del día a día?
-Tuve la suerte de que el club está en un lugar espectacular. Vivo en
una zona lindísima y con bastante tiempo libre para conocer, para hacer
una vida que no tiene nada que ver con la de Buenos Aires.
-¿Y los afectos?
-Se extraña un poco. Pero nada que no se resuelva con algún oportuno
partido de Los Pumas o una que otra escapada que me permita el club.
-La última... ¿novia francesa o argentina?
-Ahora estoy solo. Salí con una chica inglesa unos cuatro meses, pero
ya se terminó. Después con una francesa, pero nada demasiado serio.
por: Maximiliano Ponzio
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Tras el partido contra los maoríes, en el cierre de la última gira por Nueva Zelanda, los jugadores argentinos se retiraban de la cancha desmoralizados. "Este triunfo sirve para levantarnos el ánimo", explica Gonzalo luego de la contundente victoria ante Italia.
La formación de los Pumas que salió a la cancha de Ferro para enfrentar al seleccionado de Italia. Gonzalo Quesada se encontraba en el banco. Entró a los 39 minutos y el equipo comenzó a demostrar lo mejor de su juego.
Gonzalo y su marca registrada: el cuerpo describe una curva perfecta y la mirada sigue atenta la trayectoria del balón. Apoyó un try, realizó un penal y dos conversiones, y consiguió un gran drop.
Narbonne.
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Tras su gran actuación en el Mundial de Gales 1999 llegaron Francia y el profesionalimo. "Tengo mucho tiempo para dedicarme de lleno a jugar, es una liga muy competitiva y te exige constantemente" aclara el apertura del Narbonne.
