“Este caos tiene la complicidad, el silencio y la cobardía de los dirigentes” – GENTE Online
 

“Este caos tiene la complicidad, el silencio y la cobardía de los dirigentes”

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Víctor Hugo, el tema es la violencia en el fútbol y sus derivados. Primera pregunta: ¿ve alguna salida en el corto o mediano plazo? –Caminos inmediatos, no. Ahora estamos poniendo el énfasis en el presidente de Gimnasia, Juan José Muñoz, que no es un extremo detestable, sino el promedio del hombre de fútbol de la Argentina. Eso es lo preocupante.

–¿Y qué pasa con los dirigentes?

–El tema creo que tampoco se agota en Julio Grondona, cuya presencia hace que se perpetúen de manera perniciosa el no funcionamiento de los tribunales, los reglamentos, y el espíritu del fútbol. Es el propio fútbol y sus dirigentes los que tiene que aportar su cuota de solución para terminar con la violencia.

–Grondona tuvo grandes éxitos al frente de la AFA: se ganaron Mundiales tanto en mayores como en juveniles; le dio lugar a José Pekerman cuando era un desconocido y aún hoy ocupa un puesto en la cúpula de la FIFA. Según usted, entonces, ¿por qué no toma el toro por las astas?
–Muy simple: porque privilegia el negocio.

–¿De quién es el negocio?
–El negocio es de la televisión. Y detrás hay diarios sumamente poderosos, que son dueños de la televisación del fútbol, o que no se meten con el otro diario porque tienen negocios en común y no se van a pisar las sábanas entre ellos.

–¿A qué se refiere?
–La tevé somete a los dirigentes del fútbol a aceptar condiciones perniciosas para los clubes.

–¿Y éstos cómo sufren esas consecuencias?
–Las instituciones están debilitadas y empobrecidas. Juegan siempre con planteles nuevos. Perjudican el nivel de juego. Y esto impide que algunos equipos puedan tener cierto margen de regularidad.

–Hoy, el hincha de fútbol percibe que todo es un gran negocio…
–Exacto. Un negocio que lo perjudica, que sabe que es una gran estafa… pero contra lo que nada puede hacer, salvo portarse mal. Y ahí se mete la canallada de las barras bravas, que hacen su gran negocio de esas frustraciones. Y a la vez, esto se ata al extraordinario fenómeno de pertenencia que el fútbol despierta en la gente.

–Lealtad y pertenencia que a uno le hace preguntarse cómo persiste pese a tantas frustraciones: violencia permanente, suspensiones…
–Esto se explica porque no hay pertenencias a líderes, ideologías o partidos políticos. Con la propia familia tampoco se puede disfrutar mucho. En ese contexto, creo, el fútbol es la única vía de escape: le pertenecés a Boca, o a River, o a cualquier otro equipo, por encima de cualquier otra cosa.

–Lo grave es que no estamos hablando sólo de pasión, sino de hechos delictivos…
–Claro, porque este negocio, que puede ser asqueante, forma el caldo de cultivo de una violencia latente. La violencia en el fútbol es ejecutada con la complicidad, el silencio y la cobardía de los dirigentes.

–¿Y por qué no reaccionan antes de que todo termine en tragedia o en el fin del fútbol?
–Están todos paralizados por el poder del fútbol –ese poder es Grondona–, y el que está detrás de la AFA, el poder de la televisión. Y hoy la máxima institución del fútbol argentino es un simulacro, una mesa de entradas donde se despacha lo que la televisión quiere: fixtures hechos a mano; evitar sanciones que puedan provocar desafiliaciones de clubes grandes, etcétera, etcétera.

–En este contexto, ¿es posible implementar un cambio desde los clubes?
–Recuerdo que una vez, en la cancha de Boca, escuché que los dirigentes informaban por los altoparlantes: “Tengamos mucho cuidado. Estamos en una situación muy expuesta y del comportamiento que tengamos en este partido también depende el futuro del club…”. Apenas la gente sabe que hay controles, y que son justos, todo cambia. Con este sistema, hay grandes derrotados.

–¿Quiénes serían éstos?
–Todos los clubes que se consideran clase media y clase baja. El negocio que hace la televisión es una estafa para el fútbol, que encima está mal repartida. Ni siquiera se reparte por criterios deportivos… ¡sino por el rating! En consecuencia, River y Boca se llevan mucho más dinero que el resto. Alguna vez les pregunté a los presidentes de los clubes menos poderosos si existe una “barra brava periodística” que los acosa…

–¿Y… qué le dijeron?
–No me lo desmintieron. Resignados, sólo me dijeron: “¿Qué podemos hacer?”.

–El diario deportivo Olé hizo una tapa negra a raíz de las irregularidades del partido entre Gimnasia y Boca…
–Sí, ahora informan escandalizados, pero hace cuatro meses, cuando se estaba discutiendo el nuevo precio del fútbol –que recibe de la tele 92 millones de pesos por año–, no decían nada, eh. A cambio, la AFA le entrega el fútbol todo atado, como si fuera un matambre.

–Ya que estamos, ¿me puede dar más cifras de esto que usted llama el negocio del fútbol?
–En determinado momento los clubes dijeron que no podían más y pidieron 150 millones de pesos. Después, lo último que se supo es que reclamaban 273 millones. Cifra que seguiría siendo una estafa, pero a los clubes les permite no tener que vender de apuro y poder mantener sus planteles. Así, los de la clase media del fútbol podrían darse el gusto de ser casi tan buenos compradores como Boca y River. Pero, ¿qué pasó? Lo cajonearon.

–A su vez, uno de los grandes, como River, también está sometido a la presión de su barra brava. Basta recordar la reciente agresión que sufrió el plantel en el propio estacionamiento del club. Al final, todo quedó en la nada. Ni siquiera los denunciaron…
–El presidente de River, Aguilar, se pasó totalmente a lo que llamamos el establishment. Le gusta el paraguas de ser llamado por la televisión y los diarios que dominan el fútbol para hacer notas y descargos de por qué las cosas no funcionan. Además de las culpas generales, están las particulares de cada club.

–Dígame uno…
–El negocio que intentó River de dar a 16 juveniles, de los cuales muchos habían jugado en Primera (incluía, si mal no recuerdo, al Pipita Higuaín), por tres millones de dólares. Al final no prosperó; de lo contrario, se hubiera convertido en la auto-estafa más grande que yo he visto de un club contra sus propios intereses. Y Macri es uno de los que disfrutan con este sistema.

–¿Qué le cuestiona a Macri?
–Con este estado de cosas, él sabe que, de diez campeonatos, Boca va a luchar todos y seguramente ganará la mayoría.

–Frente a este triste panorama, ¿le adjudica alguna responsabilidad al Estado?
–Por supuesto, una gran responsabilidad. Porque tenemos un gobierno nacional altamente negociador con los sectores periodísticos que le importan. Un Gobierno que no desea pelearse con los medios de comunicación con los que tiene una saludable convivencia… perdón… connivencia.

–Daniel Passarella dice que este campeonato es una vergüenza y que hay que pararlo. ¿Qué piensa?
–Tiene razón. Para River no es lo mismo jugar sabiendo que lo está haciendo por el segundo puesto que estar peleando el campeonato. Pero lo dijo tras perder con Estudiantes. Está bien lo que dice; está mal cuándo lo dice. Ya perdió su oportunidad.

–Por último, ¿qué le parece todo lo que pasó con Gimnasia y Esgrima de La Plata? Un presidente que actúa como barrabrava y amenaza a un árbitro en el vestuario. Y después, los barrabravas apretando a su equipo para que pierda… ¿Ve luz al final del túnel?

–Lo de Gimnasia fue muy desagradable. El que prohíja todo eso es Muñoz. Toda la corporación de dirigentes lo absolvió de algo que era una vergüenza para ellos mismos. Espero que los dirigentes cambien.

Cancha de Independiente. Los rojos ganaban 2-0. Hasta que a los 19’ del segundo tiempo el árbitro Elizondo debió suspender el partido por graves incidentes en la tribuna de Racing.

Cancha de Independiente. Los rojos ganaban 2-0. Hasta que a los 19’ del segundo tiempo el árbitro Elizondo debió suspender el partido por graves incidentes en la tribuna de Racing.

Una bandera colgada por la propia hinchada de Gimnasia, el domingo contra Vélez, refleja gran parte de la indignación que despierta la conducta de su presidente, Juan José Muñoz, en la gente del Lobo.

Una bandera colgada por la propia hinchada de Gimnasia, el domingo contra Vélez, refleja gran parte de la indignación que despierta la conducta de su presidente, Juan José Muñoz, en la gente del Lobo.

“<i>El hincha ve al fútbol como un gran negocio contra el que nada puede hacer, salvo portarse mal. Y ahí, las barras bravas sacan su rédito de esas frustraciones</i>”

El hincha ve al fútbol como un gran negocio contra el que nada puede hacer, salvo portarse mal. Y ahí, las barras bravas sacan su rédito de esas frustraciones

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