“Este año gané mucho en el mundo, pero no se imaginan cómo extraño la comida de mi vieja” – GENTE Online
 

“Este año gané mucho en el mundo, pero no se imaginan cómo extraño la comida de mi vieja”

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Minutos antes de que se anunciara oficialmente quién sería el ganador del Olimpia de Oro 2005, la mayoría de los trescientos invitados al Centro de Convenciones de Vicente López, de pie, empezaron a corear el nombre de David Nalbandian, y todos los deportistas que ya tenían su Olimpia de Plata abordaron el escenario para estar cerca del gran premiado de la noche: el dueño del oro. La Hiena Barrios, oculto tras sus ya famosos anteojos oscuros, lo saludó y le disparó un chiste:

–¡Che, David! ¡Agradecéle el oro a éste (señalando a Song Liu, ganador en Tenis de Mesa), que fue el que organizó el torneo de Shanghai!

En realidad nadie, ni siquiera David, dudaba de que después de la casi imposible hazaña frente a Roger Federer –la máquina suiza, el imbatible número uno– el Círculo de Periodistas Deportivos lo cubriría de oro. Tal vez por eso se enfundó en su mejor traje, voló en el primer Córdoba-Buenos Aires que partió del aeropuerto de Pajas Blancas y entró a la fiesta sonriente, impecable y con aura de estrella imposible de ser opacada. Tanto, que dijo, sin soberbia:

–Sinceramente, estaba seguro de que el Olimpia de Plata ya era mío, y a pesar de que los méritos de Ginóbili fueron muchísimos, también me tenía fe para el de Oro… Además, como él lo ganó el año pasado, mi chance era doble. Confieso que venir fue un esfuerzo muy grande, porque ya terminé mis vacaciones y estoy en plena pretemporada de entrenamiento para arrancar el Abierto de Australia, el 17 de enero, con el pie derecho. Pero paso tanto tiempo fuera de mi país que tenía muchas ganas de recibir un mimo de los argentinos…

Números e historia: el unquillense es el cuarto tenista que logró el Olimpia de Oro. Los otros fueron Norma Baylon en 1962, Guillermo Vilas en 1974, 1975 y 1977, y Gabriela Sabatini en 1987 y 1988.

Y siguió David, así:

–Es un gran honor que después de diecisiete años, un jugador de tenis vuelva a ser distinguido entre tantos deportistas de primera línea, porque entre otras cosas es muy difícil comparar tantas disciplinas. Francamente, miraba a mi alrededor y veía mucha, mucha gente que también lo merecía. Por eso les digo: ‘No bajen los brazos’, porque este premio también será para ellos algún día. Seguramente, un día muy cercano…
Después, más tranquilo, habló con GENTE:

–¿Fue tu mejor año?
–¡Un año increíble! Es más: todavía estoy disfrutando el título del Masters de Shanghai como si hubiera sido ayer. Y si en algún momento me olvido, la gente, en Córdoba, en Buenos Aires o en cualquier rincón del país me lo recuerda, pidiéndome un autógrafo o sacándose una foto conmigo. Ese cariño y ese reconocimiento no tienen precio, sobre todo para mí, que paso tanto tiempo lejos de mi gente.

–¿Estás haciendo mucha vida de familia en Unquillo?
–Más o menos. Apenas un poco, porque el entrenamiento es sagrado. Pero me hago tiempo, y lo reparto entre mi familia, mi novia y mis amigos. Todo lo que extraño cuando estoy a miles de kilómetros…

–¿Extrañás algo en especial?
–¡La comida que hace mi vieja! Por eso, cuando se terminan los compromisos profesionales, trato de cenar en familia. Es un rito…

–¿Tus vacaciones fueron suficientes?
–¡Nooo…! Te juro que me tomaría diez días más y me iría de vacaciones al Sur… ¡o a cualquier parte!

–¿Cómo te llevás con la fama?
–Bien… Normal. Pero a veces me gustaría sentarme a comer tranquilo con Victoria, mi novia, o con mis amigos, sin que la gente me rodee, me pida autógrafos… ¡y logre que se me enfríe la comida! Pero bueno: son las reglas del juego. Y si algún día me faltara el cariño de la gente, creo que lo extrañaría, y mucho...

–Después de retirarte del tenis, ¿estás decidido a correr rally?
–¡Seguro! Y te adelanto algo: ya estoy preparando un equipo para correr. En el 2006 le voy a poner toda la garra al tenis, pero también a los fierros, mi otra pasión.

–¿Más o menos que el tenis?
–Hummm, una decisión difícil. Creo que se definiría en un tie break...

David con sus dos Olimpia de metales preciosos. Pugnó cabeza a cabeza con Emanuel Ginóbili, el otro gran candidato, pero en el último set se quedó con todo.

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David junto a dos Leonas: Luciana Aymar y Ayelén Stepnik.

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Firmando la pelota Hyundai que se verá en el Mundial de Alemania.

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