“Estamos muy felices. El amor es más fuerte” – GENTE Online
 

“Estamos muy felices. El amor es más fuerte”

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Si algo no le faltará al bebé que Guillermina Valdés (36) y Marcelo Tinelli (53) esperan para principios de abril de 2014 –¿llegará el mismo 1º, con la fuerza ariana de su papá, para alegrarle el cumpleaños?– son brazos para alzarlo. Siete hermanos, los cuatro por parte de Marcelo –Micaela (24), Candelaria (22), de su matrimonio con Soledad Aquino (51), y Francisco (15) y Juanita (11), de su unión con Paula Robles (45)– y los tres que Guillermina tuvo con Sebastián Ortega (40) –Dante (11), Paloma (10) y Helena (8)– y una mesa chica que es siempre grande, a la que se suman los novios de las mayores y amigos entrañables como Andrea Bursten (40) y sus chicos, Francesca (11) y Stéfano (9), aguardan ansiosos su llegada y ya juegan a imaginar nombres y sexo del nuevo integrante del clan, ese que los terminará de unir como una típica familia ensamblada con “los tuyos, los míos, y el primero de los nuestros”. Con ellos viajaron a festejar en Guanahani, refugio del conductor en Punta del Este, la sorpresa que les cambió la vida y, de paso, a probar la convivencia en alegre montón. Sólo faltaron las dos mayores, que preparaban la apertura del nuevo local de Ginebra, la marca de ropa de Mica, en el Paseo Alcorta.

“EL AMOR ES MAS FUERTE”. No fue buscado, pero sí muy deseado. Cuando el amor es tan grande tiende a echar raíces, y la fantasía de un hijo juntos sobrevolaba desde hacía rato las charlas y las ganas de los dos, aunque antes de conocerse hubieran tenido tan claro que ya no querían volver a ser padres. Lo saben: no hay decisión tomada que resista los planes del Universo. Volvieron a comprobarlo juntos cuando las dos rayitas de un test casero los encontraron en un abrazo de pura emoción y cuando, también juntos, escucharon por primera vez los latidos de su bebito en un consultorio de la Clínica de la Trinidad, en Palermo. Fue en la mañana del 5 de septiembre: un atraso los había alertado al regresar de su romántico viaje por Roma y la costa amalfitana. ¿Otro síntoma? La belleza explosiva de la modelo de Muse, aún más exacerbada. “Es que Guille se pone todavía más linda con los embarazos, más luminosa, con la piel más suave”, dicen los amigos. Y es cierto: brillaba en la presentación de la colección primavera-verano de Valdez (la marca de zapatos y carteras que creó junto al diseñador Fabián Paz), cuando llegó de blanco y lookeada al estilo de los años veinte a la Gala Aniversario de GENTE y en el lanzamiento de la línea que intervino Candelaria con su arte para la etiqueta adolescente Muaa! La noticia no tardaría en filtrarse en las redacciones, pese a su intención de resguardarse hasta que se cumplieran tres meses de gestación. “Querían contarles a los chicos una vez cumplido el primer trimestre, pero cuando el lunes por la tarde se enteraron de que la información ya era vox populi, decidieron anticipar la reunión familiar”.

La mesa chica, esa siempre grande que pronto le hará lugar a la sillita alta y las decenas de baberos azulgrana que recibirá su papá, fue convocada ese mismo lunes. Si la alegría de la pareja ya era inocultable para entonces, tanto más al ver la de sus hijos, que lo viven como la consagración del amor de sus padres y de una relación que aceptaron con mucha naturalidad desde sus comienzos, en agosto de 2012. La primera en saludarlos en público tras conocer la buena nueva fue Mica. “¡Una bendición del cielo y fruto de un amor puro y real como el de ustedes!”, escribió desde su cuenta de Twitter, resumiendo el sentir de los Tinelli- Valdés. ¿La más contenta? Juanita, que se encariñó tanto con Guillermina y sus chicos que incluso había seguido viéndolos durante el tiempo en que la pareja estuvo separada, entre noviembre y enero de 2012. “¡Dios me escuchó! Le pedía todos los días que me mandara un hermanito”, clamó la hasta ahora menor del clan. Hubo abrazos, felicitaciones mutuas y mucha felicidad por el octavo de los hermanos, el que los unirá como familia para toda la vida.

Con la tranquilidad del visto bueno de los chicos, el número uno de la TV argentina confirmó la noticia sin ocultar su alegría. “Gracias a todos por el cariño enorme que nos dan. Estoy muy feliz. El amor es más fuerte”, tuiteó Marcelo junto a una foto en la que se los ve sonrientes, bajo el sol del Mediterráneo. “La vida nos da sorpresas –respondió ella y subió la imagen de un beso–. El amor es más fuerte, comprobado”, agregó. “Marcelo está como loco, no cabe en su felicidad”, dice otro amigo. Cosas del destino: el anuncio del embarazo de Guille se hizo el mismo día en que se cumplieron tres meses de la partida del hermano del alma de Tinelli, Fede Ribero. “Sé que hoy estarías feliz”, dijo también por Twitter. Fue la tarde en que la red del pajarito se convirtió casi en la de la cigüeña para unos papás que no pararon de recibir saludos.

LO QUE VENDRA. En la intimidad planean con mucha calma cómo seguir. Nadie mejor que ellos sabe que la vida se abre paso más allá de los planes, para hacerlos todavía más felices de lo que soñaron: quizás justo porque decidieron entregarse al presente de su amor sin exigencias ni proyectos más allá de compartir el camino. Y claro que la idea de compartir el techo también es parte de ese viaje. Marcelo ya busca una casa más grande que pueda albergarlos a los diez, porque su piso de Le Parc Alcorta, donde hace sólo unos meses concluyeron las refacciones que lo dividieron en un gran loft de soltero para él y dos departamentos para sus hijas mayores, les quedaría chico ahora que sumarán, entre los dos, ocho hijos de todas las edades. Para Guille son días de plenitud, pero también de reacomodo, y a la revolución hormonal cuya evidencia más palpable es el sueño que la vence en cualquier situación se suma cierta preocupación. “Tenía un poco de miedo de cómo iba a reaccionar Sebastián al enterarse. Entre ellos el diálogo sigue cortado, así que él supo del embarazo por los medios. Por ahora no pasó a mayores, más allá de alguna expresión poco feliz (N. de la R.: le dijo a la periodista Marina Calabró que le parecía: “muy bizarro”). Incluso autorizó por primera vez que los chicos fueran en vuelo privado a Punta del Este, con la condición de que mantuvieran un perfil bajo”.

Mientras tanto, el jefe de Ideas del Sur festeja los goles de San Lorenzo aferrado a la estampita de Pugliese, su santo particular, y negocia su regreso a la tele –por El Trece– con la misma paz con la que se tomó uno de los años más intensos de su vida, ese que decidió pasar afuera de lo que parecía su hábitat natural. “Mirá qué fruto hermoso le dejará su sabático: una síntesis de todo lo que le pasó a Marcelo en 2013. Se permitió estar junto a Fede para acompañarlo hasta el último segundo, junto a Andrea y los chicos para apuntalarlos estos meses, junto a Guille para nutrirse con su amor. El resultado es esta familia linda y grande que formaron. Y pensar que Marcelo creció tan solo... ¿cómo no van a estar felices?”.

Viernes 20 de septiembre: los futuros papás llegan a Punta del Este para festejar en familia la noticia del embarazo. Ante los fotógrafos, Valdés se toca la pancita y ambos estallan en una carcajada.

Viernes 20 de septiembre: los futuros papás llegan a Punta del Este para festejar en familia la noticia del embarazo. Ante los fotógrafos, Valdés se toca la pancita y ambos estallan en una carcajada.

Cuando nazca el bebé, Marcelo y Guillermina sumarán, entre los dos, ocho hijos. El tiene a Micaela (24) y Candelaria (23) de su matrimonio con Soledad Aquino (51) y a Francisco (15) y Juanita (11) de su unión con Paula Robles (45). Ella tiene a Dante (12), Paloma (11) y Helena (8) de su relación con Sebastián Ortega (40).

Cuando nazca el bebé, Marcelo y Guillermina sumarán, entre los dos, ocho hijos. El tiene a Micaela (24) y Candelaria (23) de su matrimonio con Soledad Aquino (51) y a Francisco (15) y Juanita (11) de su unión con Paula Robles (45). Ella tiene a Dante (12), Paloma (11) y Helena (8) de su relación con Sebastián Ortega (40).

El sábado a la noche comieron en La Huella con los chicos y varios amigos. Aunque ella no tiene antojos –”sólo mucho sueño”–, se tentaron con el volcán de dulce de leche, superclásico del restó de José Ignacio, nombrado recientemente por la prestigiosa revista británica Restaurant como uno de los mejores de América Latina. Allí brindaron por su amor y por el hijo que tendrán, “una bendición del cielo” que llegó para sellarlo.

El sábado a la noche comieron en La Huella con los chicos y varios amigos. Aunque ella no tiene antojos –”sólo mucho sueño”–, se tentaron con el volcán de dulce de leche, superclásico del restó de José Ignacio, nombrado recientemente por la prestigiosa revista británica Restaurant como uno de los mejores de América Latina. Allí brindaron por su amor y por el hijo que tendrán, “una bendición del cielo” que llegó para sellarlo.

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