“Estamos medio locos y tenemos a quién salir” – GENTE Online
 

“Estamos medio locos y tenemos a quién salir”

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Surfearon las mejores olas de Hawaii. Visitaron la tribu Padaung, en
Indochina, donde habitan las mujeres jirafa. Se bañaron en las turbias aguas del
Ganges, al pie de Varanisi, la ciudad santa más antigua del mundo. Se
encontraron con los restos del régimen del dictador Pol Pot, en Camboya, que
regó de minas antipersonales todo el suelo del país. Acompañaron a los
Médicos Sin Fronteras
en su labor humanitaria. En el corazón del Africa,
convivieron con las tribus más primitivas y aisladas del planeta. Ahora,
vuelven. Ellos son los hermanos Weinbaum. Eugenio (43) y Culini (32, se llama
Sebastián, pero ya ni él se acuerda de eso…) conducen y protagonizan MDQ
para todo el mundo, el programa que desde el 7 de agosto se verá los domingos a
las 21, grabado y editado íntegramente en Mar del Plata. Eso no es todo: también
estará Herminia (73), la mamá, estrella del ciclo. ¿Por qué MDQ? En honor
a la ciudad en la que crecieron, ya que MDQ es el código aeronáutico del
aeropuerto de Mardel.

-¿Hay que estar un poco loco para hacer lo que hacen?
Eugenio
: Estamos un poco locos, sí.
Culini: Y tenemos a quién salir. ¿No, mamá?
Herminia: ¿Hablan de mí…?

-¿Se viene un regreso con gloria?
Culini
: Hay regreso, sí.

-La leyenda cuenta que todo comenzó hace 16 años en la ciudad que los vio
nacer, Mar del Plata. ¿Cómo fue?
Eugenio
: Todo comenzó en el año '89, a mis 27 años. Había vuelto de un viaje
de mochilero por Hawaii, con la idea de vivir de lo que me gustaba: el surf.
Y hacer un programa donde podía difundir el deporte y a la vez recorrer el mundo
me pareció la mejor opción. Así empecé, en un canal de cable marplatense,
filmando los fines de semana fiestas de quince para bancar el espacio. Y
al tiempito se sumó mi socio, mi amigo, mi hermano Culini. ¿Por qué Culini?
Porque de chico tenía un traste enorme que no cabía en sus pantalones. Y Culini,
de adolescente, por la suerte que tenía con las chicas.
Culini: Yo empecé iluminando las fiestas de quince que él filmaba con un
farol que me había afanado del parque San Martín… (risas)
Eugenio: Y cuando tenía que grabar el vals, el momento culminante de la
fiesta, de repente se me ponía todo en sombra. Y eras vos que te habías quedado
hablando con una mina.... Siempre fuimos un desastre.
Herminia: Doy fe, sí, sí.

-Pero no les fue nada mal…
Eugenio
: No, nada. Sobre todo porque se hizo desde la inexperiencia total.

Culini: Pero tuvimos una idea genial, admitámoslo de una vez: hicimos un
programa pensando más como televidentes que como productores. Siempre intentamos
mostrar cosas que nos gustaría ver a nosotros en la televisión.

-¿Cómo fue que el surf, la musa inspiradora del éxito, terminó en un
segundo plano?
Eugenio
: A medida que fuimos evolucionando, nos dimos cuenta de que una ola
no era lo más importante. Lo más fuerte, muchas veces, estaba atrás nuestro.
Mientras nosotros surfeábamos, en la playa por ahí estaban cremando a una
persona en medio de una gran ceremonia. Y si a mí, que era un surfista de toda
la vida, eso me llamaba la atención y hacía que me distrajera de ver la ola, me
pareció bueno plasmarlo en el programa.
Culini: Sí, el surf terminó siendo una excusa para treparnos a los
aviones y el programa (MDQ para todo el mundo), un diario de viaje.

-¿En busca de qué van ahora, muchachos?
Culini
: De distintas culturas y formas de vida. Viajar te abre mucho la
cabeza, salís del tupper. Te encontrás con diez mil realidades distintas.
Además, para viajar tenés que ser medio busca. Y en ese sentido, el marplatense
es bastante busca…
Eugenio: Compartir lo que vemos es el máximo placer para nosotros. Pero,
en realidad, nunca fuimos detrás de una meta fija. Siempre se nos fue abriendo
el camino. El tiempo dirá detrás de qué estuvimos yendo…

-¿Siempre se les dio por viajar?
Culini:
Mi debut fue a los 13, con dos amigos y mi tabla de surf a Brasil.

Herminia: ¿Cómo a los 13, nene? Tu primer viaje fue a los 3. Cuando te
escapaste de casa y te subiste a un colectivo para irte a lo de tu abuelo…
Cuando el chofer se dio cuenta de que ese piojo iba solo, terminó llevándolo
hasta la puerta de lo del Nono.

-¿Y a usted, Herminia, no le da un poco de miedo que sus chicos anden por
ahí, conviviendo con tribus primitivas y viajando por los lugares más
inhóspitos?
Herminia
: El refrán dice que "viajando se fortalece el corazón". Y
además, hace unos años los chicos estaban filmando en Barranca de los Lobos, acá
nomás, y se les cayó el acantilado. Saltaron a tiempo y se salvaron de milagro.
Viajan por todos lados y casi se matan a quince cuadras de casa… Eso me dio la
pauta de que están más seguros en la selva con los indios que en casa. Aunque,
pobres, no sé qué suerte pueden correr los indios con mis hijos…

Después de un año y medio de producción –o de viajes por todo el mundo–, los 
hermanos Weinbaum vuelven a la televisión. Pero lo tienen claro: la que manda y 
la estrella del programa es su <i>idische mame</i>, Herminia.

Después de un año y medio de producción –o de viajes por todo el mundo–, los
hermanos Weinbaum vuelven a la televisión. Pero lo tienen claro: la que manda y
la estrella del programa es su idische mame, Herminia.

Eugenio y Sebastián entre viajes y el programa pasan todo el día juntos. Más que hermanos, amigos entrañables.

Eugenio y Sebastián entre viajes y el programa pasan todo el día juntos. Más que hermanos, amigos entrañables.

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