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“Esta vez todos lloramos”

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Juan, sabemos que para vos va a ser una decisión difícil, pero nosotros creemos que no deberías viajar a Shangai. Por edad y por condiciones, a un Master vas a ir muchas veces. Lo que nadie sabe es si tendrás en la vida la posibilidad de jugar de local otra final de la Davis”. Aquella frase de Alberto Mancini no logró convencer a Juan Martín Del Potro, que contestó tajante: “Cuando Coria perdió el título de Roland Garros se pensó lo mismo. Y ahí lo tenés a Guillermo”, remató a principios de noviembre el número 8 del planeta y quien, de conquistar tal Masters, además de acrecentar su cuenta bancaria en casi tres millones de dólares podía meterse dentro de los tres mejores.

Se sabe, por un lado, que Del Potro voló a Oriente y quedó eliminado en la fase inicial, llegando a Buenos Aires el sábado 15 (menos de una semana antes de la definición con España, después de más de 30 horas de vuelo), quedándose dos días allí y aterrizando el lunes 17 en Mar del Plata. Nalbandian, por su parte, venía de protagonizar una primera polémica. “No sé si jugaré...”, declaraba desde Madrid en medio del culebrón por la sede, disputada entre Córdoba y Mar del Plata.

Finalmente aceptó, aunque estableció sus exigencias. No bien pisó el estadio del Polideportivo Islas Malvinas, mediante sucesivas capas de pintura hizo cambiar tres veces la velocidad de la cancha, una superficie a la que Juan Martín nunca pudo adaptarse por completo. Hasta que una semana antes volvió a chocar con los dirigentes cuando, junto con parte de sus compañeros, partió hacia Buenos Aires para asistir al casamiento de Juan Ignacio Chela. “¡No puede ser! ¡A una semana de semejante competencia se van a una boda!”, lanzó su queja un alto dirigente de la Asociación Argentina de Tenis. Se dice, por el otro lado y ya entre los dos singlistas principales, que hubo un encontronazo previo al momento cumbre. “Apareció un sponsor y puso 10 millones de pesos para repartir –cuenta una fuente interna–. David advirtió que se quedaría con el 70 por ciento. Ahí Del Potro se plantó: ‘¿Por qué? ¡Si yo no ganaba el último punto ante Rusia no estaríamos acá peleando por convertirnos en el primer país latinoamericano en obtenerla!’”, reaccionó Juan Martín antes de saltar a la cancha celeste de indoor en busca de su Copa Davis.

VIERNES 21. DIA DE ESPERANZA Y PASION. “Hoy nos pondremos 2-0. Mañana cerramos la serie”, mencionaba rebosante de optimismo Fernando Marín, el presidente de L’Egalité S.A., la empresa que posee los derechos comerciales de la Copa. Optimismo y contagio, porque en las inmediaciones de las avenidas Juan B. Justo e Independencia, cortadas al tránsito pero no a la pasión, se respiraba un clima bastante ajeno al de los últimos tiempos en nuestro país. “Se respira la adrenalina de una final de Mundial de fútbol”, comparaba Marín antes de cruzarse a Guillermo Vilas, Soledad Pastorutti, Daniel Scioli, Mirtha Legrand, Valeria Mazza e Isabel Menditeguy y perderse entre una multitud que pedía pista en los alrededores de este estadio de 13 mil metros cuadrados cubiertos y 11.132 ubicaciones, entremezclándose con 550 periodistas de decenas de nacionalidades, stands promocionales (de marcas deportivas, lácteos, turismo, etcétera), puestos de comida y una adrenalina poco común. También cruzándose a algún jugador visitante, caso Fernando Verdasco, escuchando su Ipod apoyado en el camión de caudales que traslada los cien kilos que pesa la ponchera que en 1900 compró Dwight Filley Davis (el hombre que impulsó este torneo por equipos, que ya lleva 97 ediciones); y topándose con algún jugador local, caso Agustín Calleri, bromeando ante Gastón Recondo, de Mañanas informales. “A los gallinas no les doy notas”, lo chuceaba en broma. Clima distendido, sí, hasta que con el correr de las horas apareció la tormenta: Nalbandian vencía a David Ferrer 6-3, 6-2, 6-3, pero Feliciano López superaba 4-6, 7-6, 7-6, 6-3 a un Del Potro que acusaba cierta lesión que convertía el sueño perfecto en la antesala de una pesadilla.

SABADO 22. DIA DE IMPOTENCIA Y AUSENCIA. A minutos del match clave, distintas voces transitaban el grabador de GENTE... “El dobles es como un matrimonio; debés conocerte, comprenderte, tenerte paciencia. De allí que, me parece, López-Verdasco tienen más posibilidades que Nalbandian-Calleri, porque suelen competir juntos. Ojalá me equivoque (Norma Baylon, ex tenista). “Este tercer punto es el quinto punto” (Juan José Moro, periodista). “El que pegue ahora se llevará el premio mayor” (Gabriela Sabatini, eterna). “Si no conseguimos el objetivo, caemos y nos eliminan. Necesitaríamos replantearnos el ejemplo de nuestros rivales. Claro, el equipo español siempre come junto, siempre entrena junto y siempre cobra la misma plata, más allá de los rankings y la calidad de sus individualidades” (Juan Szafrán, enviado especial de ESPN).

Bien: el partido quedó en manos de los ibéricos por 5-7, 7-5, 7-6 y 6-3, y encendió una nueva polémica: ¿nuestros perdedores se tomaron a trompadas en la intimidad? No. Sacado de bronca, rumbo al vestuario, David vociferó que “lo perdimos porque nos faltaron huevos”. Cuando Calleri escuchó, lo empujó. Un allegado a ellos le brindó detalles a otro tenista en el gimnasio del Costa Galana, hotel donde se alojó el grupo. “Mal. La cosa anda mal –arriesgó–. ¿No te diste cuenta de que después de que el Gordo erró, promediando el segundo set, esas dos bolas importantes, David no volvió a hablarle hasta el cuarto, cuando insinuaron una recuperación?”. El cordobés Calleri desmintió ambas versiones. “Nunca pasó nada, ni siquiera un empujón”, afirmó.

DOMINGO 23. DIA DE BRONCA Y DESCONSUELO. “El inicio lo observamos en la tele, en Madrid. Una vez que triunfó Feliciano, resolvimos venirnos. Tomamos el avión y escuchamos el dobles por radio, en el coche, camino hacia aquí. Nos gusta enfrentar a tu país en la definición, porque si no la logramos nosotros queremos que la ganen ustedes”, comentaban en las adyacencias del estadio Carlos y Ana Cobo y Beni y Francisco Carmona, vecinos de Linares, Arjonilla, Andalucía. “Igual, el capi Emilio Sánchez Vicario demostrará que sin Nadal (recuperándose de una dolencia física en las Islas Mauricio y pidiendo que le instalen una antena parabólica para no perderse el choque) los españoles continuamos pisando fuerte”, acertarían, ya que Verdasco superó 6-3, 6-7, 4-6, 6-3 y 6-1 a José Acasuso y liquidó el pleito cinco horas antes de la salida a la cena oficial de la International Tennis Federation, cuando el equipo de Luli, ya vestido de impecable negro, partió rumbo al Provincial envuelto en el aliento de los fanáticos.

“¿Te imaginás lo que hubiera sido si hubiéramos ganado”, lamentaba un Chucho emocionado. “Esta vez todos lloramos... Mi ciclo se acabó. Mañana lunes presentaré la renuncia”, anticipaba Mancini. David (en definitiva, el único que respondió ganando su punto), el último en dejar el 12º piso, adelantó que romperá su silencio (el que le costó 10 mil dólares por no presentarse a la conferencia de prensa oficial) “mañana a la una de la tarde”. Y partieron al encuentro de los vencedores, esos que un rato antes habían recibido la ensaladera plateada bajo una lluvia de papelitos lanzados al aire. Una mueca agria del destino: papelitos de color celeste y blanco. Esas caras lo dicen todo. Chucho Acasuso, al borde de las lágrimas, acaba de perder el cuarto punto ante Fernando Verdasco y España logra el 3-1 irreversible. Juan Martín Del Potro, David Nalbandian y el capitán, Alberto Mancini, son pura desolación. Todo fue lágrimas.

Esas caras lo dicen todo. Chucho Acasuso, al borde de las lágrimas, acaba de perder el cuarto punto ante Fernando Verdasco y España logra el 3-1 irreversible. Juan Martín Del Potro, David Nalbandian y el capitán, Alberto Mancini, son pura desolación. Todo fue lágrimas.

El equipo español en pleno –su capitán, Emilio Sánchez, y los jugadores López, Granollers, Verdasco y Ferrer– festejan la conquista de la tercera Davis que obtiene su país (las anteriores, en el 2000 y 2004). Es la primera como visitantes.

El equipo español en pleno –su capitán, Emilio Sánchez, y los jugadores López, Granollers, Verdasco y Ferrer– festejan la conquista de la tercera Davis que obtiene su país (las anteriores, en el 2000 y 2004). Es la primera como visitantes.

Todos fueron parte de la gran hinchada argentina.

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