Esta hinchada hace 35 años que tiene un sueño… – GENTE Online
 

Esta hinchada hace 35 años que tiene un sueño...

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Racing va primero. Casi cuatro millones de argentinos son felices.

Sin embargo, en sus jugadores, sus dirigentes, su cuerpo técnico y sus
hinchas manda la cautela
. Es que en fútbol, se sabe, el sueño de ser
campeón es como una mesa: se sustenta sobre esas cuatro patas, ese póquer de
protagonistas. El problema es que, desde hace 35 años, la mesa del Racing Club
(el tercer grande de la Argentina, según una encuesta) está chueca. La pata de
los hinchas, huelga aclararlo, siempre fue sólida, construida con la madera
más noble y resistente. No en vano, a La Guardia Imperial le gusta que
la definan también como La Número uno. La de los jugadores, como la de
los técnicos, alternó buenas y malas. La de los dirigentes, en cambio, siempre
fue endeble, de segunda, fabricada con un material que se corrompía con una
facilidad asombrosa. La mesa, entonces, iba a parar al suelo. Y con ella el
sueño de campeón.

Pero no hay mal que dure cien años, y llegó el siglo XXI. Faltan dos años
para el centenario racinguista (será el 25 de marzo de 2003), y los carpinteros
académicos, con Fernando Marín a la cabeza, se pusieron de acuerdo para darle
felicidad a su gente, argentinos con temple de acero que esperan que esta vez,
sí, sus copas se llenen de felicidad. Van doce fechas del Torneo Apertura, y la
Academia (con un partido más que el resto, como Boca) le lleva siete puntos de
ventaja a River Plate, diez a Boca y once a Gimnasia (LP). Encima, el equipo va
primero en recaudaciones, se hicieron 2.800 socios nuevos, 8.000 camisetas se
vendieron en los últimos días…
Faltan seis partidos, claro, y nadie
aventura la palabra campeón. Hagamos los cuernitos como el técnico, Reinaldo
Carlos Merlo, entonces, y conozcamos a los orfebres de este milagro criollo.

LA CABEZA. Fernando Marín (62) conoció a Racing a los seis años, de
la mano de su padre. Ese día, la Academia jugaba en el viejo Gasómetro
frente a Chacarita. Cuando se sentó en la platea, el equipo de Avellaneda
perdía uno a cero. Terminó ganando cinco a uno. De hincha afortunado,
Marín (publicista y productor televisivo exitoso) pasó a gerenciar, durante
diez años y al frente de Blanquiceleste S.A., al club de sus amores.

"Estos eran los objetivos que teníamos -señala en su
departamento de Palermo- aunque no sabíamos el tiempo que nos iba a
llevar. Porque para estar primeros hay varios factores que tienen que coincidir,
y uno de ellos es la suerte.

-Antes de comenzar el campeonato, usted dijo que este iba a ser el año
de Racing, ¿Fue un deseo de hincha o lo preveía?
-Como hincha, tengo el músculo de la tolerancia totalmente desarrollado,
pero más que como pálpito lo dije por razonamiento. Veníamos comprando bien y
teníamos un técnico comprometido con todo este proyecto. Y más allá de
los resultados, este fue el año de Racing.
Por el orden que tiene el club,
porque los jugadores sólo se dedican a jugar, y porque ya no somos noticia por
los escándalos.

-¿Que a Racing le vaya bien influirá en que muchos piensen que la
solución son las sociedades anónimas?
-Ojalá los clubes estén siempre en manos de asociaciones civiles sin
fines de lucro. Pero quedó demostrado que a pocos les fue bien. Hubo muchos
fracasos por malas administraciones y en otros casos por deshonestidad.

-¿Por qué eligieron a Merlo?
-Porque como jugador tiene un pasado exitoso, y como técnico, mucha
experiencia. Además tiene ese fuego sagrado de triunfador que le permite
conocer los secretos del fútbol. El vive para el fútbol.

-¿Le quita el sueño ver a Racing Campeón?
-Sí. Como hincha, tengo una obsesión.

LAS MANOS. "A todo entrenador le gusta salir campeón, pero
recién pasamos la mitad del torneo, y es un campeonato parejo. La única verdad
es la realidad, ¿o qué decía el general Perón?"
. En la mesa del
fondo del Café Dos Reyes, Reinaldo Carlos Merlo (51), artífice del
puntero, sonríe con picardía cada vez que se lo apura con una definición. El
cinco recio y metedor de River es un diez gambeteador ante cada pregunta que
busca hurgar su intimidad. "El arranque nuestro fue sacar a Racing del
descenso. Y ahora armar al equipo para luchar los primeros puestos. Por ahora,
este equipo maneja bien la presión. No entra en el ritmo de la gente"
.

-Racing es la gloria o Devoto. ¿Qué pensó cuando le ofrecieron ser el
técnico?
-Sabía que agarraba en un momento difícil. Había que hacer 25 puntos
para no jugar la promoción y podíamos incorporar nada más que dos jugadores.
Y bueno, a veces hay que correr riesgos.

-Pasó las cinco décadas y sigue soltero. ¿Cómo alcanzó ese invicto?
-(Se ríe) Cosas de la vida, es difícil eso… Tuve parejas, pero
no se dio. Algo normal, para mí por lo menos. Todos pensamos en eso, pero a
veces no se da. Será que no encontré el amor de mi vida.

-¿Y lo está buscando?
-(Vuelve a reír) No.

-Ah, le gusta "picotear"…
-No tengo tiempo… Con el fútbol no tengo tiempo…

-¿Y las cábalas? El otro día lo pescaron haciendo cuernitos ante un
ataque rival, pero se dice que tiene muchas…
-¿Yo? Noooo…Puede ser la misma camisa celeste, pero nada más. Te soy
honesto. Tampoco te podés aferrar mucho a las cábalas.

LAS PIERNAS. Hay ciertas coincidencias entre este Racing modelo 2001 y
el último campeón del 66. Como aquel, se formó -tras una pésima campaña-
con un combo de futbolistas de las inferiores y otros, venidos de distintos
clubes, que no habían ganado nada. Todos, con hambre de gloria. José
Chatruc es la figura del equipo. Corre y juega. Cuando deja los cortos, se
cuelga el delantal: estudia para chef con el Gato Dumas. Su historia
futbolística comenzó a los 17 años. El resto lo cuenta él: "Me fui a
probar a Platense y dos años después debuté en primera. Estuve tres años en
el club del cual soy hincha y, cuando descendió, pasé a Racing a préstamo.
Puse todos mis sueños en este equipo y por ahora las cosas se dan. Desde que
Blanquiceleste se hizo cargo del club, Racing es como una
isla.
Estamos al día con el sueldo, con los premios y se incorporaron
nuevos jugadores. Lo de la gente es increíble. Sería muy importante conseguir
el título. Porque quedaríamos en la historia del club y porque cumpliría un
sueño"
.

Maximiliano Estévez y Diego Milito hicieron las inferiores en Racing. En
1998, el Chanchi, un pibe de Villa Soldati, debutó en primera, y nada
menos que frente a Independiente. Un año después, frente a Unión, lo hizo
Milito. Hoy son la dupla atacante y, joysticks en mano, rivales
encarnizados de Playstation. Habla Maxi, símbolo de este equipo: "En
los 12 años que llevo en el club, esta es la etapa más hermosa. Pasamos una
vida en Racing y le tenemos un cariño muy especial. Después de defender
tantos años los mismos colores, sentís que es algo muy tuyo"
.
Diego completa: "Estoy muy contento. Porque en este club, a los
jugadores de divisiones inferiores siempre les costó llegar a primera y ahora
en el plantel hay muchos. Esta es mi segunda casa".

De los nuevos, uno de los más aplaudidos es el mediocampista Francisco Pancho
Maciel. El estudiante de marketing en la Fundación de Altos Estudios
comenzó su carrera en el otro extremo del espinel del fútbol: Yupanqui, hoy
conocido por ser el club con menos hinchas. Como todos, prefiere ser cauto:
"Tenemos que tener los pies sobre la tierra y saber que aunque estamos
primeros, todavía no ganamos nada. Igual, es imposible sacarles la ansiedad a
los hinchas".

EL CORAZON. Por supuesto, son los hinchas. Los que siempre llenaron el
Cilindro de Avellaneda en las buenas y en las malas. Hoy, adentro del
pecho de cada racinguista los latidos son cada vez más fuertes. Las cuatro
patas de la mesa del campeonato parecen firmes. Para que la ilusión de la copa
llena, esta vez, no se caiga.

por Hugo Martin
y Sergio Oviedo
fotos: Maximiliano Vernazza, Matías Campaya e Infosic
Así se autodefine la hinchada de Racing. Un amor incondicional que se renueva todos los años.

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