Juan Roccabruna, ex empleado del llamado "médico de los famosos", presentó una denuncia por supuestas amenazas tras sus dichos.
Rubén Mühlberger, conocido por todos como “doctor de los famosos” fue detenido el pasado jueves acusado de la promoción polémica de un producto que cura el coronavirus, algo que circuló hace muchas semanas atrás en las redes sociales
El operativo incluyó la clausura de su centro de estética y la pesquisa de muchos medicamentos vencidos, que databan de 2014 y 2015. Finalmente el fin de semana se conoció que el Dr. fue beneficiado con prisión domiciliaria por haber sido operado hace apenas un mes y considerado “paciente de riesgo” en el contexto de la pandemia por el COVID.19.
Y en ese contexto, apareció una nueva denuncia, la de Juan Roccabruna, ex recepcionista de su clínica, quien luego de revelar desde su cuenta de Instagram los manejos de la clínica, aseguró que fue amenazado por una abogada.
El empleado estuvo en Intrusos junto a su abogado y dijo que fue amenazado luego de ese descargo en las redes: "Lo llamó una abogada y le dijo que tenga mucho cuidado con lo que va a hacer que le va a pasar algo" aseguró el abogado del exempleado de Mühlberger.
EL SINIESTRO MANEJO INTERNO
Roccabruna era el recepcionista de la clínica desde el 7 de enero pasado "era la primera cara que uno ve cuando llega a la clínica de Mühlberger " sostuvo, antes de dar detalles de los manejos internos. "Daba turnos, atendía el teléfono y era el encargado de los presupuestos de los suplementos del doctor", explicó. Y agregó: "Cada cliente tenía un presupuesto distinto, el doctor les daba las recetas en el lugar y luego los pacientes compraban los productos en la dietética propiedad de Mühlberger que estaba a la vuelta".
"A los pacientes se les cobraba a todos distinto. Cada persona tenía un presupuesto distinto de acuerdo a quién era y cuánto dinero tuviese", explicó el empleado.
Además, sostuvo que los pacientes eran muchos de altos poder adquisitivo aunque otros no, que cuando iban las famosas se "blindaba el lugar" y que los políticos que concurrían no eran llamados por sus nombres, sino por números: "Lilita Carrió era la paciente 4", explicó. Y agregó que cuando ella iba, se cerraba la clínica del barrio de Recoleta.
"La clínica tiene un área restringida que es en donde se hacen los procedimientos, pero no eran quirófanos. Se hacían procedimientos estéticos, no operaciones", manifestó en cuanto al lenguaje que les hacía usar Mühlberger.
Luego, explicó que cuando los pacientes llegaban eran recibidos con un té rojo al que le ponían gotas de Clonazepan (un potente ansiolítico usado en psiquiatría), "para calmar a los más ansiosos".
"Muchos pacientes se quejaron por los resultados de sus tratamientos, sobre todo los que se hicieron tratamientos íntimos", explicó.
También dijo que no recuerda haber visto cartas documentos de pacientes, pero sí muchas de ex empleados, sobre de todo de recepcionistas, el puesto en el que trabajaba: "En la entrevista de trabajo me preguntaron si era del bando del doctor (gay) y qué series miraba", explicó. Y en el momento de la entrevista, el doctor le dejó en claro que: "si amás debés admirar". No sólo había que "adorarlo sino saber todo de él y leer sus libros". Roccabruna contó que en esa misma entrevista laboral, Mühlberber le pidió su mano para leerla, y mientras la acariciaba, le decía: "sos un rey sin corona".
Otra revelación de Roccabruna fue que no había un cuidado con los residuos patológicos, que se guardaban en el mismo lugar que estaba el depósito general y sin cuidado alguno. "Una vez tuve que pedirle a la empleada de limpieza que sacara las pisadas de sangre que había por todos lados", contó.
Según Roccabruna, habría un acuerdo tácito: "ningún empleado pregunta". Además reveló: "el doctor manejaba el miedo entre nosotros". Compartió que la actitud de Mühlberger era similar a la de Miranda Presley, el personaje central de El diablo se viste a la moda: "él se hacía esperar por todos, se hacía desear y antes de que llegase había que tener todo listo, como perfumar la clínica con aroma a romero".
LA METODOLOGÍA CONTRA EL COVID-19
"Todo comenzaba con un llamado telefónico, que era atendido por cualquier empleado y ahí se le explicaba que el frasco con 60 patillas costaba 4500 pesos", explicó Roccabruna.
"Luego le tomábamos el turno para el paciente vaya a la clínica a comprarlo, pero no era atendido por el Dr, sino por cualquier empleado que lo recibía. Él no atendía a todos, se hacía rogar", manifestó al explicar cómo llegaba a manos de los pacientes el frasco con las pastillas para supuestamente atenuar al coronavirus.
EL DÍA DEL ALLANAMIENTO
"La mañana del allanamiento llegaron a las 10 de la mañana una inspectora acompañada de una policía, se las recibió muy bien, al principio eran dos, luego llegaron a ser más de 30. Primero pidieron la habilitación del lugar y ella, Natalia, la encargada del lugar, hizo pasar a la inspectora a su oficina", relató Roccabruna.
"El Dr. llegó a las 11.30, ese mismo día tenían turno una jueza importante, Rocío Oliva y tres personas más, y lo primero que le piden es su matrícula, a lo que él responde que tenían que leer su libro. No salía de su burbuja".
En cuanto a cómo fueron las horas previas de Mühlberger antes de la detención explicó: "A él no lo dejaban hacer ningún llamado y cuando insisten con los papeles de habilitación de la clínica comenzó a regalarles sus libros, y dijo que lo envidiaban y por eso le hacían eso. Que él le había salvado la vida a muchos famosos y dijo que Moria (Casán) lo respaldaba".
Hasta que llegó la hora en que se iría detenido: "Finalmente a eso de las 17 nos comunican que el Dr. va a quedar detenido. No le pusieron esposas, si un trapo en las manos y una campera en la cabeza para salir".
