El lunes 1° de marzo inician las clases presenciales en Provincia de Buenos Aires. Y a menos de una semana, la Dirección General de Cultura y Educación bonaerense actualizó el protocolo para el regreso a las aulas, con algunas modificaciones a tener en cuenta.
A raíz de estos cambios, varias instituciones deberán adaptarse a las nuevas medidas y a los esquemas que se proponen para evitar la propagación del covid-19. ¿Qué similitudes y qué diferencias hay con el protocolo de la Ciudad?
El “Plan jurisdiccional de la provincia de Buenos Aires para el regreso seguro a las aulas” cuenta con diferentes características. Lo primero que se plantea es que no habrá burbuja educativa general, sino que establece que “el tamaño de los grupos dependerá del tamaño de los espacios áulicos y del cumplimiento del distanciamiento social obligatorio: 1,5 metro entre estudiantes y 2 metros entre los mismos y sus docentes”.
Al igual que en la Ciudad habrá jornadas simples, de cuatro horas, y esta actualización también reformula los tres modelos de escolaridad permitidos: modelo presencial completo, modelo semipresencial o combinado y modelo no presencial.
Según informaron voceros, “cada escuela definirá el modelo a seguir en función de su infraestructura y de sus recursos humanos; en caso de necesitarlo, podrá combinarlos”.
En tanto, según confirmó La Nación, los 16.000 establecimientos de educación obligatoria de la Provincia “no deberán presentar su protocolo para su aprobación”.
En cambio, la Dirección General de Cultura y Educación bonaerense “se ocupará de inspeccionar el correcto cumplimiento de las normas establecidas en todas las escuelas”.
