Corvalán es el prototípico detective privado maltratado por la vida que, ya sin creer en absolutamente nada, desperdicia sus días persiguiendo a esposos infieles hundido en su sobretodo, al mejor estilo del Philip Marlowe de Raymond Chandler. Santana, que también es detective, que también investiga asuntos extramatrimoniales, en algún lado todavía conserva una pizca de sus ideales. Y en eso están, espiando maridos, fumando, desperdiciando sus días, cuando llega a sus oficinas una hermosa mujer para complicarles la vida con un caso de traiciones y dinero sucio… Es 1952, como telón de fondo Eva Perón agoniza en la Residencia Presidencial y, de pronto, sus vidas se ven envueltas en una intriga de mafias, mentiras y amores peligrosos…
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Esa es la historia que Eduardo Mignogna (ganador de tres premios Goya con Sol de otoño, El faro y La fuga) dejó escrita en su novela La señal, publicada en 2002, y en la que estaba trabajando el año pasado junto a Ricardo Darín y Diego Peretti para llevar al cine, cuando un cáncer lo mató a sus 66 años. La señal, entonces, quedó en suspenso.
El 2006 fue un año oscuro para el cine nacional. En cinco meses, la industria perdió dos directores que estaban en plena etapa de producción. Dos directores, además, muy ligados a Darín. En junio murió Fabián Bielinsky, que lo había dirigido en Nueve reinas, El aura y que ya lo había elegido como protagonista para su tercer film. Y en octubre le tocó a Mignogna. Fueron unos meses difíciles, pero a Darín esa historia, la de los detectives, le quedó dando vueltas en la cabeza. “Corvalán me hacía recordar mucho a mi viejo, en especial por la construcción del lenguaje”, contaba Ricardo, decidido a seguir con el proyecto y a dirigirlo, con la colaboración de Martín Hodara. “Me enamoré de esa historia. Con Eduardo hubo charlas, críticas, mucho diálogo y así aparecieron los primeros borradores”, recordaba hace poco el actor.
El elenco, además de contar con Ricardo Darín en el papel de Corvalán, tiene a Diego Peretti como Santana, Julieta Díaz como la hermosa mujer de un mafioso, y también a Carlos Bardem y Andrea Pietra. El 29 de marzo empezaron a rodar en San Telmo y, en principio, el 29 de mayo tendrían que estar terminadas todas las escenas.
La semana pasada, el equipo se instaló por unos días en el Hipódromo de La Plata, donde actores y extras, todos vestidos muy años cincuenta, les devolvieron cierto encanto a las tardecitas burreras del lugar. “La señal se ha convertido en algo más que una película. Además de ser una historia maravillosa, hoy representa la oportunidad de seguir con el sueño que comencé junto a Eduardo Mignogna hasta el final, junto a todo el equipo, en su lugar –dice Darín–. Es algo así como una herencia, un camino en el que, estoy seguro, él nos está acompañando”.
Darín, de sombrero y sobretodo, en el papel del detective privado Corvalán en el Hipódromo de La Plata. A su lado, Andrea Pietra, compañera de elenco en La señal.
Tras la muerte de Mignogna, Darín, además de tener el rol protagónico de la película, decidió hacerse cargo de la dirección junto a Martín Hodara.
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"La señal se ha convertido en algo más que una película. Además de ser una historia maravillosa, hoy representa la oportunidad de seguir con el sueño que comencé junto a Eduardo Mignogna hasta el final"
