Buenos días, Carlos. ¿Cómo durmió?”, le pregunta la enfermera que lo despierta cada mañana. “El señor Carlos García es un paciente más. No tiene ni tendrá ningún tipo de privilegio o trato diferente a cualquier otro paciente de esta clínica. Además, es lo mejor que puede pasarle para recuperarse lo antes posible”, explican los profesionales que lo atienden en la clínica de salud mental Dharma, en especial la terapeuta Liliana González. Nito Mestre –histórico compañero de Charly en el mítico dúo del rock nacional Sui Generis– y León Gieco escuchan contentos las palabras de la directora del instituto, al que García llegó el sábado 14 desde el Hospital Argerich. Ambos, Mestre y Gieco, tuvieron que aprobar una entrevista con psiquiatras de la clínica para integrar la acotadísima lista de visitas del músico.
¿Cómo va su recuperación?: “El paciente evoluciona favorablemente. Sigue con el tratamiento psicofarmacológico. A la noche no tiene dificultades para dormir. En las mañanas se mantiene despierto por largos períodos. Su cuadro respiratorio mejora día a día y se le hacen distintos análisis, que se envían al laboratorio. Hasta el momento, las únicas personas autorizadas para visitar al señor García son su hijo (Migue García) y el señor Nito Mestre. Vamos a analizar la posibilidad de extender las visitas”, explicó una autoridad de la clínica. Nito le contó a León la actualidad de Charly: “Para poder verlo primero hay que pedir turno por teléfono, y después tener una entrevista (de media hora a cuarenta y cinco minutos) con su terapeuta, Liliana González, que después te autoriza o no”.
Nito y León esperaron sentados en dos de las veinticinco butacas del hall de ingreso a la clínica, y miraron el correr del agua de una fuente sobre una pared rocosa… Y así hablaron: “Te digo, León, que esta vez lo veo distinto a Charly. Mejor, con ganas de darle para adelante en serio. ¿Sabés qué hace? Dibuja lo que ve y lo que se imagina. No quiere mirar televisión. Prefiere algunos videos y lee libros y revistas. Está más gordito. Pero, claro, teniendo en cuenta lo flaco que es… A veces se aburre, y está bien: aburrirse es sano. Te lo digo yo, que también pasé por esos momentos. Sólo con mucha voluntad y el apoyo de los afectos genuinos se puede salir… ¿La verdad? La clínica está bastante bien; tiene una mesa de ping pong y un gimnasio con bicicleta fija. Me emocionó y me sorprendió cuando Charly me dijo: ‘Tomá, Nito. Esta es la partitura que escribí para agosto, cuando vayamos a tocar en los Estados Unidos’. Pero él sabe, y quienes lo queremos también, que ésta es la oportunidad más importante que le da la vida, y tengo mucha fe en que Charly la sepa aprovechar. ¿Sabés lo que me dijo recién, cuando lo vi: ‘Necesito a mis amigos más íntimos. Me banco todo. No pido más que lo que tengo’”. Y Nito se fue, sonriendo. Y creyendo en mañana.
La mudanza de Charly desde el Hospital Argerich a la clínica psiquiátrica.
Lunes 23: Nito Mestre y León Gieco en la clínica Dharma, Chiclana al 3300, Parque Patricios. Sus colegas y amigos quieren que Charly aproveche la ocasión para recuperarse definitivamente de su adicción a las drogas.
